Thirty-two

1.3K 118 0
                                    

Capítulo 32. "La confrontación".

Alec y yo no hemos hablado en días. Estaba a mi lado cada vez que me sentía mareada o cuando intentaba comer, no se alejaba de mí cuando intentaba dormir, incluso me ha ayudado a bañarme. Pero no hemos intercambiado ningún tipo de palabra, ni siquiera un simple "hola" o un "gracias". Estaba comenzando a desesperarme, así que decidí que hoy sería el día en que lo enfrentaría. Lo necesitaba, no solo su presencia.

- Alec, ¿podemos hablar? - le digo, volteándome en la cama, viéndolo acostado a un lado mío.

Alec volvió su rostro para verme, su expresión tan serena. Quería besarlo, hacía mucho que no lo hacía, pero sabía que debíamos hablar primero.

- Entonces, ¿podemos? - volví a hablar al no recibir respuesta.

Alec asintió con la cabeza, sin apartar su vista de mí.

- Alec, ¿cómo será una conversación si ni siquiera dices una palabra? - pregunté desanimada.

- No quiero problemas - dijo Alec con voz muy grave.

- Además de esperar un bebé, ¿no quieres más problemas? ¿O es que acaso no estás viendo lo que está pasando? - pregunté tratando de levantarme.

- Déjalo así, Daniela - dijo Alec con voz tranquila, ayudándome a sentarme sobre la cama.

- ¡Alec, estoy cansada! - exclamé quitando sus manos de mi cuerpo cuando me senté correctamente.

- Entonces, ¿por qué no simplemente te duermes?

Le lancé la peor de mis miradas. No sabía si lo había dicho en serio, pero me hizo enojar. Quería golpearlo, aunque fuera con una almohada, pero mi estado físico no lo permitía.

- No quiero pelear, Daniela - dijo con voz cansada.

- No me digas así - dije enfadada por toda nuestra situación.

- ¿Qué? - preguntó Alec confundido.

- ¿Es que no te das cuenta? Estamos mal, Alec. Ya no me besas, ya no me tocas si no es para ayudarme a moverme de sitio, ya ni siquiera me quieres hablar - dije con un nudo en la garganta.

- ¡Tú lo decidiste así! - exclamó Alec molesto - ¡Tú quisiste tener esa cosa!

- ¿Es por eso que me estás tratando así? - pregunté sintiéndome horrible.

- ¡Decidiste por ambos! - exclamó enojado.

- Tú no dijiste nada - dije sintiéndome frustrada.

- ¿Y tú preguntaste? - preguntó con ironía.

- ¡Es nuestro bebé, Alec! ¡Mierda! ¿Qué debería hacer? ¿Eh? - pregunté exaltada - ¿Qué debería hacer? ¿Eh? ¡Dime! - exigí enojada.

- Tú sabes lo que deberías hacer, aún estás a tiempo - dijo Alec bajando su tono de voz, mirándome de una manera tan fría.

- ¿Es por eso que estás actuando así? ¿Por qué no lo quieres? - pregunté sintiendo lágrimas en mis ojos - Si no quieres formar parte de esto, está bien, solo vete.

- No se trata de eso, Daniela, se trata de nosotros - contestó Alec con voz firme.

- El bebé es parte de "nosotros", Alec. Si tú no lo quieres...

- ¡No! ¡No! - exclamó Alec mostrándose enojado - No lo quiero, ¿escuchaste? ¡No quiero algo que vaya a ARREBATARTE LA VIDA! - dijo gritando lo último.

Me quedé quieta procesando lo que había dicho, sintiendo pequeñas lágrimas rodar por mis mejillas.

- No sabemos si eso pasará... - dije con voz débil.

Lazos inmortales | Alec VulturiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora