—Y entonces cuando Juani la vio se enculo el baboso.
—¿Posta?
—Te lo juro, hasta subió un tweet que decía que ya no era mi fan número uno, ¿puedes creerlo?
—Es Juani, así que, si.
—Cuando me dijo eso me sentí tan traicionada, que le dije que ya no somos amigos y ¿sabes que me dijo?
—¿Qué te dijo?
—Que era muy egoísta, blah, blah, blah, etcetera.
—¿Vos? Pero si vos sos adorable.
—Lo se, eso es lo que yo le dije.
—Entonces, ¿estás enojada?
—No, pero es mi prima, como se le ocurre a ese chango creer que le voy a dejar a mi prima.
—Y bueno, nena, ese trabajo es del padre de tu prima, ¿no?
—Lo sería, si él estuviera aquí, pero como no está, me toca a mi hacerlo, además me robaron a mi hijo.
—Nuestro.
—Ah, si, nuestro.
Ustedes se preguntarán, ¿qué está pasando? y la respuesta es nada, literalmente nada, solo una semana desde que las otras dos primas de Alex llegaron a España con ella, solo que hasta apenas ahora, un sábado por la tarde mientras disfrutaban una buena comida en el balcón de su habitación, Alex por fin pudo poner a Enzo en todo el contexto de lo que ocurrió mientras el trabajaba.
—De hecho, escuché algo.
La menor dejo de comer y presto toda su atención en el uruguayo.
—Sobre Pipe y tu prima la rubia.
Enzo le estaba metiendo suspenso para observar detalladamente las reacciones que su Juli pudiera tener.
—Escuche a Pipe decirle a Juani que sin querer escucho a tu prima cantar y se enamoro.
La cara de Alex además de no tener una reacción había perdido el color, estaba pálida y cuando Enzo se iba a levantar preocupado para ayudarla, la castaña fue más rápida y sin importar la comida se levantó y lo tomó de la camisa dejando sus caras muy juntas.
—Enzo, ¿escuchaste lo que dijiste? Felipe y Juan, ¿están detrás de mis primas? ¿mi familia? —Dijo la italiana tan suave que al pelinegro le dió un escalofrío.
—Si, ¿tenés algún problema?
Y solo con esa pregunta Alex se pregunto a si misma si era correcto amenazar a sus amigos.
