16. GIA

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Por primera vez la cagada había sido mía. Os juro que odié a Lucas en ese momento más que a nadie. Qué inoportuno había sido con aquel mensaje, teniendo en cuenta que no había pasado nada más entre nosotros, nada. Me había jodido pero bien.

-- ¿Qué le pasa a este ahora?. – preguntó Gino, justo cuando Oliver pasó por su lado huyendo de allí sin mirar atrás.

-- Lucas... -- le dije a mis amigas preocupada, haciendo referencia a mi teléfono móvil.

-- No me jodas tía... -- respondió Aina.

-- ¿Ese tío es idiota?. – a Cleo realmente nunca le gustó Lucas como pareja para mi.

-- Lo es... -- dije pasándome la mano por la cara, sin saber cómo iba a solucionar todo eso. -- ¿Y Derek?.

-- Ni idea, me ha dicho que ahora venía.

-- No.

Me levanté, no lo pensé dos veces. Oliver estaría por ahí hecho una furia, seguro. Tenía que encontrarlo lo antes posible. Busqué por todos lados, con la ayuda del resto, que me entendieron a la perfección con solo mirarme. Con alguien iba a pagar esa rabia, lo conocía, y que Derek no estuviera allí me preocupaba bastante. Otra vez no.

Preguntamos a varias personas, nadie había visto a ninguno de los dos. La gente estaba pendiente de la carrera que iba a dar comienzo en cuestión de segundos, pero nosotros seguíamos buscándolos. Pregunté a una chica, que me aseguró haber visto a Derek ir en dirección contraria a la carrera, así que hacia allí nos dirigimos.

La música estaba más baja que antes, se podía escuchar el alboroto de la gente por la carrera.

-- ¡Joder, dónde está el idiota este!. – Gino estaba desesperado.

Intenté llamarlo una y otra vez, pero nada, no teníamos señal ninguno de los dos.

-- ¡Creo que están allí!. – gritó Aina cuando creyó visualizarlo.

O mejor dicho, visualizarlos. Empezamos a correr hacia allí, porque en efecto, estaban a puñetazo limpio. Enganchados, agarrándose de la ropa e incluso cayéndose al suelo abrazados porque no se soltaban.

-- ¡Basta!. – Gino se metió en medio de los dos y agarró a Derek.

-- ¡Suéltame imbécil!. – Derek intentaba soltarse de Gino que lo aguantaba con todas sus fuerzas.

-- ¡Oliver para!. – le decía mientras le empujaba hacia atrás para que no se acercara de nuevo a Derek.

-- ¡No quiero parar!, todo es culpa de este idiota. – Oliver sólo sabía señalar a Derek con cara de mala hostia. Estaba culpándole de todo y me miraba lleno de rabia.

-- Él no tiene la culpa Oliver. La culpa es solo nuestra.

Cuando le dije aquello pareció frenar. Se quedó pensando mientras me miraba a los ojos. No sabía si era rabia, odio, decepción, de verdad que no tenía ni idea.

-- Será mejor que nos vayamos. – dijo Aina.

-- Sí. – Gino fue directo a Oliver que aún me miraba fijamente, muy enfadado. Lo agarró del brazo y desapareció de mi vista.

-- Cúrate esas heridas rubito. – Cleo le dio un beso en la mejilla a Derek, que sonrió con lo que le dijo mi amiga.

Nos fuimos a casa, andando. La verdad que el camino que había de aquella cala a mi casa no era muy largo. Estuvimos en silencio, quizá porque cada una pensábamos en nuestras cosas, o mejor dicho, en nuestro chico. Cleo en Derek, Aina en Gino y yo... ya sabéis.

Agárrame fuerte (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora