Miré la previsión del tiempo para hoy. Soleado. Genial. Era un día muy importante y muy esperado, tenía que salir todo perfecto.
-- ¿Habéis puesto todas las pampas secas?. – le dije a dos chicas que habían junto al arco. -- ¿Y vosotras, os habéis acordado de traer las alfombras?.
-- Si, está todo Gia. ¡Relájate!. – Cleo me respondió, terminando de colocar todo.
-- ¡Leo, no corras por encima de los bancos!. – grité al pequeño monstruito que no paraba de saltar por encima de los bancos de madera, colocados estratégicamente para la ceremonia.
-- ¡Leonardo, te vas a caer!. – gritó Cleo, yendo en su búsqueda. – ¡Estás hecho un desastre!. – comenzó a colocarle el cuello de la camisa, y continuó metiéndola de nuevo por dentro del pantalón. Por no decir de los pelos que había estado su padre peinándole durante una hora, y ya estaban hechos un desastre.
Cleo y Derek fueron papás hace dos años. El pequeño Leo vino a nuestras vidas para hacernos muy felices. Gemma no pudo llorar más al enterarse de la noticia. Evan empezó a comprar regalos sin parar. Y Oliver... bueno, Oliver sigue diciendo a día de hoy que es el mejor tío del universo entero. Y no tengo dudas de ello. Ambos estuvieron de acuerdo desde el primer momento que supieron que era un niño, que se iba a llamar Leonardo, como Gemma quiso ponerle a Derek y nunca pudo. Os podéis hacer una idea de la cantidad de lágrimas que soltó al enterarse. Leo era un niño precioso, igual de trasto que sus padres, era digno hijo de mi amiga Cleo y el loco de Derek. No paraba quieto ni un momento. Era nuestro monstruito.
Vivieron en Madrid hasta que acabaron el instituto. Después decidieron venirse a Altea, donde Cleo se apuntó a la universidad. Se quedó embarazada en su segundo año de carrera de fisioterapia, por lo que tuvo que terminarla a distancia. Eso de compaginar un niño y los estudios... no era nada fácil. Pero mi amiga ha trabajado duro, y acaba de graduarse, estamos muy orgullosos de ella. Ya tenemos quien nos dé masajes gratis.
Todo eso fue posible gracias a Derek. Se formó para ser entrenador personal, y cuando se enteraron del embarazo, él había encontrado su primer trabajo en un gimnasio pequeñito de Altea. A día de hoy tiene el suyo propio, y de muchísimo prestigio. Derek es muy bueno en el deporte, y mucha gente acude a su gimnasio para que él mismo les entrene.
Forman una familia muy bonita, y sobre todo, muy feliz. Recuerdo el día que nos enteramos de que la vecina de Oli alquilaba su casa, sí, su vecina Ruth. Se había echado un novio inglés y se iba de locura a vivir a Benidorm. Les llamamos corriendo, para que nadie les quitara la casa. O sea que somos vecinos, pared con pared.
-- Papá, es la hora. – fui al coche, a avisar a mi padre de que era el momento.
La novia esperaba junto al altar (así lo quiso Gemma), o mejor, junto al arco que habíamos preparado, de bambas secas, y flores rosas y beige. Para llegar a aquel arco había que cruzar por una larga alfombra de yute. A cada lado había dos bancos de madera clarita, y al principio de aquel pasillo, dos adornos florales con las mismas bambas y flores del arco. Todo bonito y sencillo para el día más bonito de sus vidas.
-- Gracias hija, está todo precioso. – mi padre me dio un beso en la mejilla. Estaba nervioso, pero feliz.
-- Te mereces esto y más.
Mi padre y Gemma decidieron unir sus vidas para siempre. Cuando nos anunciaron la noticia, a Oliver casi le da un infarto de la emoción, y yo casi me atraganto con las almejas. Pero os prometo que era de felicidad. Formaban la pareja perfecta. Eran los mejores amigos, los mejores compañeros, los mejores en todo. Decidieron ser felices, y sin duda, lo eran juntos.
Hace cinco años me lanzaba a la locura de mi vida, diciéndole a Oliver que me quedaba aquí, con él. Aún recuerdo su cara de emoción, y las marcas en mi espalda de haberme clavado las piedras haciendo la croqueta. Volvería a hacerlo mil veces más, para volver a ver su cara de felicidad.
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Agárrame fuerte (2)
RomantikSEGUNDA PARTE DE LA BILOGÍA AGARRADOS. Gia y Oliver decidieron separar sus caminos, con lo que no contaban era con la fuerza del destino. Otro verano lleno de amor y locura, pero esta vez ella estará acompañada de sus mejores amigas. Ninguno lo sabe...