Make Me Your Villain

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Cass mantuvo la cabeza agachada con la inútil esperanza de que ese hombre no la reconociera pero sabía que era inutil, sentía el vapor escapar de sus labios por el frío de la noche, su respiración agitada por la carrera que tuvieron que hacer en el bosque para tratar de llevar a Maggie a Hilltop. Pequeñas piedras se clavaban en sus rodillas lastimando su piel pero no se atrevía a mover ni un músculo. Sabía que Simón la había reconocido pero no dijo nada y eso le extrañó porque creyó que se burlaría o algo peor. Conocía la crueldad que vivía en su interior y el poco respeto por la vida humana que tenía, pero lo que estaba a punto de pasar era mucho más cruel de lo que podía imaginar, Negan se paseaba frente a ellos hasta que Cass pudo ver sus pies frenar delante de sus ojos fijos en el suelo.

- Mí dulce y pequeña Cassandra - le dijo Negan agachándose hasta quedar frente a ella, su mano enfundada en un guante de cuero levantó su rostro para que lo mirara, tiró de la capucha de su chaqueta que cubría su rubio cabello y sonrió. - Dime ángel, ¿enserio creíste que no te reconocería? Creí que eras más inteligente que eso.

- Vete a la mierda - le respondió haciendo que la sonrisa del hombre creciera más, negó con la cabeza antes de ponerse de pie.

- Me alegra ver que no has cambiado ángel, creí que andar con estos imbéciles te habría ablandado el corazón pero no es así ¿cierto?... mataste a mis hombres, tú la dulce Cass. Sabes lo que va a pasar ¿no?... deben ser castigados, luego tú y yo volveremos a casa y puedo asegurarte ángel que cortaré tus alas para que no puedas volver a escapar. - la rubia trago saliva al escucharlo, en sus ojos podías ver solo miedo. Pero eso no siempre fue así, hubo una época en la que esos mismos ojos miraban al hombre de chaqueta negra de cuero con el bate de béisbol al hombro, llenos de amor. Pero para conocer la historia debemos volver al comienzo, porque no todos los malos nacen siéndolo, algunos pasan por un infierno que los transforma en lo que son. Algunos simplemente son los malos porque así los quiere ver el mundo y otros se convierten en villanos solo por amor, por lo que harían por un amor que desean proteger y no están dispuestos a perder.

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- Profesor que bueno que lo encuentro - le dijo la odiosa directora a Negan - se que está ocupado pero debo pedirle un enorme favor.

- Lo que necesite - le respondió con exagerada cordialidad el hombre, detestaba a aquella mujer pero debía obligarse a ser amable para mantener un trabajo que detestaba, solo porque lo necesitaba.

- La nueva profesora de literatura está por llegar y necesito a alguien que la reciba y le muestre el lugar. Mí hijo tuvo una emergencia en casa y debo irme lo antes posible. - le explicó, <<genial, otra odiosa mujer con la que lidiar antes de poder irme >> pensó Negan pero aún así se obligó a sonreír.

- No hay problema, yo puedo mostrarle el lugar.

- Perfecto, no debe tardar en llegar... eso sí la lluvia no la retrasó. Su nombre es Cassandra Blake. Dejó todo en sus capaces manos y confío en que la hará sentir bienvenida. Necesitamos con urgencia que se quede. - le dijo antes de comenzar a caminar hacia la salida. - lo veré el lunes profesor. - Negan ni siquiera se molestó en contestar, haciendo una mueca de desagrado cuando estuvo seguro de que no podía verlo.
Se dedicó a esperar a la mujer deseando que no tardara demasiado, tenía una cita a la que no planeaba faltar, ni siquiera el hecho de que su esposa estuviera esperándolo lo detendría de ir o la tormenta que se desató.

Pasó casi media hora hasta que pudo ver a una mujer bajar de un auto y correr hacia en interior del edificio, sorprendido de que fuera tan joven. No debería tener más que unos veintitrés años o cerca, quizás solo lucía más joven de lo que era. Su cabello rubio suelto pronto quedó empapado por la lluvia al igual que el largo saco que llevaba y aún así sonreía.