Aria, una exitosa autora de novelas románticas, se encuentra en el epicentro de una controversia literaria. Su última obra maestra no fue bien recibida por todos debido a un final que dejó a los lectores divididos. Aria, luchando contra las críticas...
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25 ENERO
Desde el primer momento en que pusimos un pie en la Casa Blanca, supe que todo había cambiado.
La fila de las tres camionetas paró delante de la entrada central al recinto, uno de los guardias abrió la puerta para mí, subí los peldaños y entré al recibidor principal.
Ya cinco días de la toma de protesta y el sitio está hecho un caos, las luces brillantes, los pasillos imponentes y el aire cargado de tensión que flota en el ambiente; es como si cada paso que doy resuena con una importancia que nunca antes había sentido.
Aquí se están llevando a cabo cambios de trescientos sesenta grados.
Conforme voy caminando por el pasillo veo al personal ir de un lado a otro, la familia presidencial debe instalarse cuando antes, el resto de los secretarios tomarán sus posiciones, y debe llevarse a cabo la primera sesión del senado y la de congreso para que la elección de mi hermano esté completa.
Lo que por años hemos trabajado hoy se está cumpliendo.
El ajetreo de gente se extiende desde los salones principales hasta las oficinas y áreas comunes, pasar entre los pasillos repletos de personal es una proeza, cuando entramos en el ala de la oficina oval, a lo lejos veo a Lexie la asistente de Aria y Soren.
—Señor. Buenos días...—saluda Soren y la castaña a su lado asiente
—¿Nevan está dentro?
—Se encuentra en una llamada, pero...
No me interesa dejarlo terminar para rodearlo y abrir sin pena alguna la puerta, mi hermano va de un lado a otro con el teléfono pegado a la oreja, no se da cuenta de mi presencia hasta que me ve ya sentado en uno de los sofás, rueda los ojos con fastidio y sigue en la llamada.
—Creí que llegarías hasta mañana Mark... —termino la llamada, pero se puso como loco a teclear
—Cambiaron mis planes...
—¿Dejaste todo en orden?
—Si.
El plan inicial era que una vez llegaran la fecha para la toma de protesta todos nos instalaríamos aquí en Washington para garantizar la seguridad, pero no, mis padres se niegan a salir de Colorado y los de Aria menos quieren dejar Chicago, se habían hecho planes y conseguido casas y personal para que nadie de nuestras familias les faltara algo. Pero ninguno estuvo dispuesto a ceder.
Yo soy el único que, si me quedare, pero todo lo demás se reestructuró para que ahora tengan protección en Colorado y en Chicago.
Independiente de cuáles fueran los planes de Nevan, yo permaneceré cerca suyo, pero ayer Soren habló para avisarme de que ahora viviré con ellos aquí en la casa blanca. Me dio un poco más de trabajo tener que hacer el cambio, pero ya lo veía venir así que todo fue muy rápido.