Aria, una exitosa autora de novelas románticas, se encuentra en el epicentro de una controversia literaria. Su última obra maestra no fue bien recibida por todos debido a un final que dejó a los lectores divididos. Aria, luchando contra las críticas...
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Las luces del estudio televisivo se encendieron, las personas del equipo fueron llegando y alistando todo para cuando fuera a dar inicio la transmisión.
Primero llegó la presentadora, acompañada de otras personas y unos veinte minutos después el servicio secreto abrió paso al presidente y la primera dama.
La pareja presidencial, imponente, impoluta y espléndida de pies a cabeza.
El presidente luciendo con porte y altura un traje gris oscuro echo a la medida y a la vez viéndose más jovial por la falta de corbata solo una pequeña pajarita en tono crema que casualmente iba a juego al color del vestido de la primera dama.
Ella hermosa como siempre destacaba por lo bien que le quedaba ese vestido que tenía pequeñas flores de colores bordadas en todo el velo y le caía de forma fluida a su cuerpo, caireles rubios le resbalaban por sus hombros y la única pedrería eran sus argollas de matrimonio.
Ambos saludaron a los pocos presentes y se acomodaron en los asientos de terciopelo rojo justo frente de la presentadora que saludo con mucha amenidad a la primera dama y cuando los de sonido y maquillaje les retocaron un poco y dieron los últimos detalles empezó la grabación.
—Antes que todo yo estoy honrada de ser la persona a quien ustedes le dan el placer de hacerles esta entrevista...Muchas gracias, señor presidente y primera dama... —la mujer les sonrió y ellos corresponden —Iniciando esta entrevista me gustaría comenzar preguntándoles, el público en general conoce pocas cosas acerca de su relación, casi todo fue en secreto, ustedes han querido mantenerlo de esa forma, pero ¿fue un romance fugaz? ¿Algo instantáneo? ¿cómo lo describirían?, bueno en relación a que recientemente fue su primer aniversario, muchas felicidades...
La primera dama sonrió y le dio una mirada de reojo al presidente que solo asintió, él tomó la palabra —Tanto mi esposa como yo estamos agradecidos por que nos permitan estar aquí, para responder la pregunta quiero aclarar que nuestra historia siempre decidimos mantenerla de forma privada no tanto porque no quisiéramos que los demás la supieran sino porque de cierta forma queríamos proteger algo que es nuestro. Algo que es de nosotros. Yo puedo decir que, si algo me interesa, es cuidar el bienestar de Aria, independientemente de cómo se dieron las circunstancias de si ella se enamoró primero o yo primero...creo que siempre vamos a mantener algunos aspectos solo para nosotros, pero hemos tenido una linda aventura juntos...
—Siguiendo esa línea señor presidente los rumores de hace meses, infidelidades, traición, una posible ruptura ¿de alguna forma cobraron consecuencias dentro de su relación?
El presidente al instante negó con la cabeza —No. Esos rumores fueron completamente falsos, yo jamás he traicionado la confianza de Aria...Si yo traiciono la confianza de la persona más importante para mí, que duerme a mi lado confiando ciegamente en mí, ¿cómo podría yo cuidar de una nación? ...Sería completamente ilógico. Así que con mi palabra puedo jurar que no he traicionado la confianza de esta excepcional mujer
