Aria, una exitosa autora de novelas románticas, se encuentra en el epicentro de una controversia literaria. Su última obra maestra no fue bien recibida por todos debido a un final que dejó a los lectores divididos. Aria, luchando contra las críticas...
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4 DE JULIO
"Base Aérea Lackland. San Antonio, Texas."
Acabamos de pasar el letrero. Ya estamos cerca. El aire acondicionado de la camioneta va a todo lo que da y aun así siento que me estoy asando y empapada de sudor. Una polvareda desértica se esparce por los alrededores y tengo muy poca visibilidad de lo que hay a nuestro alrededor gracias a la luz solar.
Poco después entramos a lo que parece ser un hangar y nos detenemos. Al bajar dos filas en extremo derechas de unos cuarenta militares están bien formados delante nuestro, se mantienen erguidos y sin bajar la mirada.
—Teniente. —dos tipos de gran complexión rondarán los cincuenta años se paran delante nuestro y hacen un saludo militar hacia Nevan
—Coronel Almeida, Capitán Jensen... —el rubio los saluda
—Bienvenidos a la base aérea Lackland... —el sujeto de la derecha creo que es el coronel me sonríe con amabilidad y el otro asiente —Usted debe ser Aria...
—Les presento a mi esposa...Aria Whitman —Nevan me señala, extiendo mi mano y ellos corresponden
Somos guiados por el par de hombres entre los hangares y hasta lo que parece ser un edificio de oficinas. Nevan me deja sola en una sala de espera y él se va con los dos a otro lugar más apartado. Seguro tendrán una reunión.
Llegué a imaginar que para pasar un día así de importante como lo es el día de la independencia, Nevan por ser candidato y yo por acompañarlo haríamos algo más importante que venir a una base aérea. Por los datos que tengo sé que él estuvo dentro de la milicia, específicamente en zonas de combate y fue un excelente piloto, pero no creí que visitaríamos una base militar.
En estas últimas semanas, desde lo sucedido en la gala benéfica, Nevan cumplió su palabra, en cada lugar al que vamos al menos una vez o si se puede más, doy algún discurso, platico con el resto de la gente y me integro lo más que puedo. Trato de poner todo el empeño y disfrutarlo. Esto último ha generado mucha simpatía entre los votantes.
Mark me enseñó a leer las estadísticas y por lo que he visto vamos números arriba de Eleanor y Raffaello. La población en general se ha mostrado colaboradora y participa a nuestro lado, ni que decir de la fama que ya nos acarreamos como pareja.
Las cosas en la campaña van mejorando y yo voy tomando más confianza en este enredado mundo de la política. De ignorar por completo el tema ya voy adquiriendo nuevos conocimientos.
—Me permite pasar, mi señora... — un tipo, militar también asoma la cabeza, se ve joven, rondara lo veintitantos, le veo los iris café claro y una sonrisa carismática que me recuerda a la de Mark
—Adelante... —quizá estoy en su oficina o mi presencia resulta incómoda. El hombre va hasta un gabinete pequeño y saca un par de folders, con una sonrisa pasa de largo y sale.