Aria, una exitosa autora de novelas románticas, se encuentra en el epicentro de una controversia literaria. Su última obra maestra no fue bien recibida por todos debido a un final que dejó a los lectores divididos. Aria, luchando contra las críticas...
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Domingo.
Esta mañana la casa luce con mucho ajetreo.
Hay personas entrando y saliendo, razón más que válida por la que no tomo el desayuno en el comedor como en los últimos tres días lo he hecho, si no que estoy molestando al personal de cocina por estar abarrotada con ellos en la barra. Ni las luces de Nevan o Mark, ni el mismo Soren ha hecho acto de aparición.
—Buenos días. —me retracto de lo dicho.
El reloj marca las nueve de la mañana, aparece Nevan que por lo regular sale desde las siete y pasa buen rato en el gimnasio y de ahí a su despacho. Detrás le sigue Soren y Vico. —¿Tienes cinco minutos Aria? —detengo la tasa antes de darle un sorbo, asentí con la cabeza y eso basta para que tome asiento a mi lado —Debes entregarle el sobre Soren...—este como fiel asistente obedece
Abro la carpeta y son hojas con una lista de lo que parece ser es el personal que trabaja para Nevan. No entiendo porque me lo dan.
—¿Y esto?
—Hay varios lugares de esa lista que solo pueden ser ocupados por gente de tu plena confianza Aria, no quise tomar tal atribución así que tu debes elegirlos, sobre todo tu asistente personal y gente del círculo cerrado...
—¿Para cuando ocupas que esté completa?
—Tenemos tiempo pero es bueno que vayas analizandolo. —Nevan le da una mirada a Soren y ambos se levantan pero justo antes de salir agrega—Por cierto, si tienes pensado invitar a alguien a la boda, díselo a Vico y el se encargará, una última cosa esta noche nos iremos con mis padres...
Antes de que pueda procesar todo lo que acaba de decirme él ya salió de la cocina.
Contengo en mi garganta la serie de palabras que me gustaría gritarle directo a su cara. Ahora tengo dos nuevos problemas en los que concentrarme y debo resolverlos cuanto antes.
—Buscame en una hora Vico, te daré una lista de quienes vendrán a la boda... —le digo al hombre antes de salir de la cocina
—Como diga señorita.
<<Ocupo un hechizo que me de paciencia>>
En mi habitación busco mi laptop y la enorme lista de contactos que tengo. La mayoría son amigos, familia, conocidos y personas con las que estoy muy relacionada por el mundo de los libros.
¿Acaso podrán ellos guardar el secreto de esta farsa?
Lo dudo completamente.
Si dudo hasta de mis propios padres, bueno con ellos la solución ya está puesta desde el inicio, yo soy quien les vendera una historia completamente falsa, ellos nunca deberán saber la verdad porque si en dado caso se les suelta la lengua eso nos condena.
