Ni en toda la maldita noche se me ha bajado el enojo.
Traigo un humor de los mil demonios. Y de quien es la culpa. Nevan Eastman.
Quién está justo delante de mí.
Son las siete en punto. No diría que acaba de llegar ya que su cabello se ve recién lavado y está usando un traje limpio y bien planchado no el smoking de anoche, aun así, no me dejare engañar, alguien de su posición se puede permitir tener sirvientes a su anchas las veinticuatro horas capaces de complacer sus caprichos como que le lleven la ropa o hasta que lo bañen.
<<Es un cabrón de primera.>>
Con el mentón bien en alto pasó de largo, tanto él como Mark están sentados en la sala junto con Soren, el castaño murmura un buenos días mientras que el otro me analiza de pies a cabeza, pero no dice nada, tengo la vaga idea de salir y despejar mi cabeza o estoy segura y me conozco, le saltare encima para recriminarle lo que sea que paso anoche.
Calma y serenidad Aria.
El chef me preparo un batido de proteína y como Lex llegará al mediodía tengo algunas horas para hacer ejercicio y que mi mente deje de darle tantas vueltas a lo sucedido.
Ya se está haciendo costumbre que incluso dentro de la casa tengo que aguantar como las montañas de músculos llamadas guardias deben estar siguiéndome todo el tiempo, muchísimo menos se van a quedar atrás si salgo.
Vico dejo a mi lado dos de planta, son como mi sombra, Julio y Mateo están como los responsables de mi seguridad, ambos rondaran los treinta y tantos años, Julio es de tez olivácea y ojos azules, tiene el cabello negro, pero por lo que más resalta es por ser muy reservado y callado todo lo contrario al parlanchín de Mateo, el tipo habla hasta por los codos, por el supe que Julio es su primo y físicamente se parecen mucho. Son una dupla muy interesante.
—Buenos días, señorita...—Mateo hace un saludo militar de forma burlona y yo asiento siguiéndole el juego, en estos días nos hemos ido acoplando —¿Cuántos kilómetros nos tocan hoy de sufrimiento?
—Seis. —Julio llega y Mateo termina sus estiramientos, ambos están usando ropa deportiva, veo como Julio trata de tapar sus labios al dar una orden por el auricular en su oreja izquierda. Le deben avisar al centro de control.
—La seguimos señorita. —dejan que me acomode los audífonos y el reloj en la muñeca, se ponen a mis espaldas y salimos trotando por el sendero rumbo al bosque
2 horas después.
No sé si ellos se acoplan a mi trote o yo me acoplo al de ellos, pero estamos derrotados, hoy nos tocó subir cuesta arriba y esos seis kilómetros me revolvieron todas las vísceras. Deje a los chicos en la casa de visitas donde están sus cosas y yo entro a la casona principal. El aroma dulzón pegó en mis fosas nasales y por instinto mi estómago despertó.
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EL CONTRATO DEL PODER (COMPLETA)
Roman d'amourAria, una exitosa autora de novelas románticas, se encuentra en el epicentro de una controversia literaria. Su última obra maestra no fue bien recibida por todos debido a un final que dejó a los lectores divididos. Aria, luchando contra las críticas...