Capítulo 21.2

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A la mañana siguiente todos actuaban con normalidad, en especial los menores, quienes por obligación tenían que pretender que no escucharon nada sobre la conversación que tuvo la órden sobre lo que sucedía con Harry y Erika. Navidad estaba a la vuelta de la esquina y la casa de los Black comenzaba a verse un poco colorida con los adornos navideños iban apareciendo poco a poco, Erika bajó para desayunar más tarde de lo usual luego de quedarse casi toda la mañana en cama por pensar en cómo sobrellevar las reacciones de los Weasley ante lo oído la noche anterior. Una vez llegó a la cocina se topó con Remus, Danielle y los Weasley colgando y ordenando algunos de los adornos.

Con la mirada baja se acercó a la alacena para comenzar a hacerse su desayuno en silencio, no quería toparse con la mirada de ninguno de los Weasley, sabía que podían estar pensando lo peor de ella o que seguramente no querrían dirigirle la palabra. ¿Cómo le hablarían a alguien a quien manipulan para unirse a los mortífagos? Mientras pensaba en aquello se sirvió un vaso de juego, no tenía hambre pero al menos un poco de líquido en su cuerpo la mantendría distraída del hambre. Tuvo la intención de irse a su habitación con el vaso en la mano aprovechando que nadie la miraba, o eso pensaba.

— ¿Tan solo eso te llevas? -Le preguntó repentinamente Lupin quien llegó frente a ella.-

Erika lo miró con sorpresa, preguntándose cómo había llegado tan cerca de ella sin que lo notara. Asintió en silencio rápidamente luego de salir de la sorpresa.

— No tengo mucha hambre. -Murmuró.-

— ¡No puedes irte solo con eso! -Le dijo Molly llegando por su espalda, asustándola un poco.- Saca un poco de pan de huevo y comes algo.

— Pero-

— ¿Bajas tarde y ahora me niegas la comida? -La ceja levantada de la mujer era un indicador de que se había molestado.-

Erika tragó saliva y rendida asintió sentándose en la mesa con su vaso de jugo y pan, en silencio comenzó a comer al mismo tiempo que buscaba a Harry con la mirada. No lo veía desde la pequeña conversación que habían tenido fuera del baño por lo que era muy probable que siguiera durmiendo.

— Es raro verte comer algo que no sea avena. -Le sonrió Remus sentándose a su lado.- ¿Qué tal dormiste?

— No dormí mucho pero creo que logré descansar. -Respondió pasando su lengua por dentro de su mejilla.- ¿Y Harry?

— Alimentando a Buckbeak, lleva un buen rato allí así que seguramente se están poniendo al día. -Le respondió mientras miraba hacia el cuarto donde el hipogrifo estaba.- Si comes rápido puedes ayudar a los chicos a decorar el salón.

Erika tragó saliva y tan solo asintió con amabilidad, si era sincera no sabía si ellos querrían estar en la misma habitación que ella. Su mente era tan propensa a sobrepensar que desde que se durmió llevaba pensando que los Weasley la odiaban.

Claramente no era así.

Ron estaba totalmente seguro que los de la órden solo tiraban especulaciones, según él no debían preocuparse de que Erika se uniera a los mortífagos porque era lo menos probable que pasara por más que su tonto padre tratara de manipularla. Ginny quería hablarle a la chica pero no sabía cómo reaccionaría, en la mañana Harry actuaba evasivo y sin hablarle a nadie, no sabían si Erika era igual de reacia y malhumorada que Harry.

Vieron a Erika subir las escaleras luego de sonreírles algo tensa, entre ellos se miraron y buscaron con la mirada a alguien que les explicara qué pasaba. Remus con un movimiento de cabeza los mandó arriba y los chicos dejaron de intentar colgar una serpentina en el techo para hacerle caso.

En silencio se movieron por el salón una vez llegaron, Erika no dijo ninguna palabra durante todo el tiempo al pensar que ellos estaban asustados o enojados con ella mientras que los Weasley no decían ninguna palabra por pensar que Erika les gritaría en la cara por no querer que le hablasen.

Dark Red || Hermione Granger.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora