Golpes fuertes y rápidos sonaron en su puerta repetidas veces, no sabía qué ocurría pero no le interesaba por más que se acabara el mundo afuera, ella quería seguir durmiendo. Entreabrió sus ojos y notó que aún estaba oscuro, ¿era de madrugada o ya estaba por amanecer? No sabía con seguridad por lo que se acurrucó más en su cama con un pequeño quejido, estaba fresco y sentía que había dormido menos de una hora.
Su comodidad no duró mucho tiempo, su puerta se abrió estrepitosamente y las sábanas fueron quitadas a la fuerza por más que se resistiera, abrió los ojos rápidamente en busca del culpable y vió como este solo caminaba fuera de la habitación riendo levemente. Con enojo miró su reloj de escritorio y vió la hora, 1 a.m. Realmente mataría a alguien si se le cruzara en frente en aquel momento. Se puso de pie tomando un abrigo, el frío no era una broma aquella noche y por más que estuviera molesta no saldría sin abrigarse. Caminó refregando sus ojos para despertar mejor y fue hacia la sala donde vió a un hombre un tanto regordete y pequeño arreglar unos bolsos junto a un chico alto, al cual conocía bastante bien.
— ¡Has decidido despertar! Rápido ve a arreglarte, si no salimos ahora se nos hará tarde. - Dijo el hombre moviéndose por toda la sala.-
Con extrañeza, la chica miró al más jóven y este solo le sonrió de forma burlesca sin darle respuesta alguna, el chico sabía que él la había despertado y que era el causante de aquella mirada asesina que estaba sobre él ahora.
— Disculpe señor Diggory, pero ¿dónde iremos a estas horas? -Preguntó confundida tanto por haber despertado hace poco como por no entender lo que sucedía.-
La familia Diggory era como su segunda familia por lo que de vez en cuando pasaba los veranos ahí. Su hermana mayor quien cuidaba de ella trabajaba como Aurora por lo que era bastante común que la llamaran para trabajos en distintas partes del continente y el mundo. Actualmente se encontraba en Estados Unidos por lo que le pidió el favor a Amos de recibirla en el verano, después de todo el hombre quería mucho a la chica por ayudarlo en el ministerio además de haber cuidado a Cedric en sus primeros años en Hogwarts.
— La copa mundial de Quidditch, Eri. Literalmente hablaste de eso todo el verano. -Le contestó Cedric, el hijo de Amos, con quien se conocían desde que la chica llegó para su primer año.-
En el rostro de Erika llegó la realización, claro, ¿cómo no lo había pensado? Era obvio pero...la hora de despertar era absolutamente ridícula.
— Sí, claro, pero son...la una de la madrugada, la final es literalmente mañana.
— Tenemos que llegar hasta allá en un traslador y el traslador está muy lejos, debemos ir caminando. -Explicó el mayor de los Diggory perdiéndose camino a un cuarto de utensilios.- ¡Erika no te veo arreglando tus cosas!
Rápidamente y un poco asustada la nombrada corrió a su habitación por su bolso y ropa. Erika era una persona un poco desordenada cuando se trataba de meter cosas a un bolso a última hora como cuando tenía todo el tiempo del mundo. Trató de buscar la mejor ropa que podría pasar desapercibida como vestuario de Muggle y se la colocó, una vez en el baño se miró en el espejo, su cabello castaño oscuro estaba totalmente desordenado, le llegaba un poco más abajo de los hombros ya que se lo había dejado crecer después de un horrible corte que su hermana le había hecho en su tercer año. Miró las ojeras bajo sus ojos azules, estaban terribles pero seguramente cuando descansara mejor desaparecerían. Se hizo una rápida coleta y tomó su mochila rápidamente.
Cuando salió a la sala el señor Diggory llevaba una gran mochila de camping lleno de todo lo necesario para acampar. La chica no pudo evitar sentirse un poco mal cuando notó que Cedric y ella llevaban solo una mochila.
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Dark Red || Hermione Granger.
FanfictionErika Frukke es una Hufflepuff que pasó totalmente desapercibida hasta su cuarto año donde en los eventos del mundial de Quidditch se vió metida en un problema junto al trío de oro peligrando que su secreto familiar fuese revelado. Todo cambia en su...