Capítulo 3.3

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Harry y Erika llegaron a la puerta trasera de la madriguera, al observar los alrededores se podía notar que habían algunas botas de agua junto a unos calderos oxidados en distintas posiciones por el piso. Cuando Harry abrió la puerta y entró sin pensarlo dos veces, Erika pegó un brinco por la sorpresa y lo siguió mientras miraba hacia todos lados.

— ¿No debimos haber tocado primero? -Le preguntó casi en un susurro mientras miraba sus alrededores.-

Un hogar iluminado de forma bastante cálida brindando un ambiente acogedor le dió la bienvenida. Diferentes decoraciones y plantas se podían ver. La puerta por donde habían entrado los llevó a la cocina, Erika logró ver como los trastes eran lavados con magia y una mesa larga, ordenada y con un florero en la mitad estaba en medio de la habitación. Habían ocho sillas ordenadas correctamente. Más allá de la cocina lograban verse sillones y una escalera que llevaba hacia los otros pisos, no se veía nadie cerca, poniendo más nerviosa a la Hufflepuff.

— No te preocupes, Molly no se molestará. -Le dijo con una sonrisa el de lentes al mismo tiempo que pasos despreocupados se acercaban hacia ellos.-

Harry sonrió al ver que la señora Weasley se acercaba a la cocina sin notar la presencia de ambos mientras buscaba algo en los bolsillos de su chaqueta de lana. Apenas la mujer levantó la cabeza, se asustó al ver dos personas repentinamente de pie en su cocina, pero luego de darse cuenta que se trataba de ellos sus ojos ganaron un brillo único.

— ¡Por Merlín, pensé que llegabas mañana por la mañana! -Exclamó emocionada la mujer mientras envolvía a Harry en un abrazo.-

— Dumbledore...-Murmuró el chico con una sonrisa mientras devolvía el abrazo.-

— ¡Ese hombre! -Bromeó, fingiendo enojo para luego mirar a Erika y acercarse a darle un apretado abrazo.- ¡Erika, querida, me alegra tanto verte! No sabía que también vendrías.

— Espero no sea una molestia...-Murmuró la ojiazul con timidez mientras devolvía el abrazo.-

— ¡Para nada! Me alegra saber que el ministerio por fin te quitara la restricción de salir. -Le dijo con suavidad mientras le acariciaba el pelo con cariño.-

— ¿Restricción de salir? -Preguntó Harry con curiosidad y Erika aclaró su garganta a la vez que Molly se separaba del abrazo.-

— Cosas que pasan, supongo. -Respondió bajando la mirada hacia otro lado.-

Molly los guió hacia el living donde se sorprendieron al ver que Bill se encontraba en uno de los sillones junto a alguien más. Rubia, bella y con una gran sonrisa. Fleur Delacour les sonreía con cariño desde el sillón sentada con elegancia. Sus piernas cruzadas y su espalda recta mientras los miraba con un leve asombro a cada uno, saludándolos con un movimiento tímido de mano. La sorpresa en el rostro de los recién llegados fue notoria provocando una pequeña risa sutil en Bill.

— Qué agradable sorpresa. -Sonrió el pelirrojo poniéndose de pie para acercarse a ellos.- Justo hablaba con mi madre sobre los invitados a la boda.

Harry y Erika se miraron entre sí confundidos. Ahora no los había confundido solo la presencia de Fleur, sino que la mención sobre una boda.

— ¿Boda? -Preguntó Erika pasando su mirada entre Bill y Fleur, uniendo las piezas.- Espera...¡¿Qué?!

Fleur se levantó del sillón con la gracia que la caracterizaba y se acercó al pelirrojo para abrazarlo por el costado, ayudando a que Harry entendiera la situación.

— Me indigna bastante que nadie les haya dicho. Fleur y yo nos casaremos el próximo verano. -Comentó con alegría, pasando su mano por la cintura de la francesa dándole un abrazo.-

Dark Red || Hermione Granger.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora