Capítulo 22.2

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La noche luego de haber abierto los regalos llevó a cabo una gran cena hecha por Molly con la ayuda de Remus y Penny. La mesa se volvió colorida con tantos adornos y colores que se lograban observar. En medio habían velas y de vez en cuando pasaba un adorno de santa en trineo por sus cabezas provocando pequeñas risas de diversión y ternura.

Erika bajó a cenar llena de nervios, luego de los intercambios de regalo no pudo evitar sentirse avergonzada por no entregar absolutamente nada a nadie. Aunque en verdad, sabía que el motivo de su actuar era Hermione.

Que novedad...

Durante la tarde Erika fue a su habitación y comenzó a procesar un poco lo sucedido, Hermione la había halagado y para más remate le había pedido ver el libros de criaturas juntas. Si se tuviera más fé empezaría a ilusionarse, para ella era una cita perfecta ver un libro de criaturas y leerlo juntas mientras veían las ilustraciones, pero claro, Hermione seguramente estaba siendo amable y solo quería ver el libro. Ella no sobrepensaría tanto durante aquella sesión como Erika, quien se volvió tan consciente de sus sentimientos que comenzó a sufrir las consecuencias de estos.

Cuando tomó una pequeña siesta soñó que llegaba al departamento de Danielle, era navidad por los adornos que logró ver a simple vista y no estaba sola. Cuando su perspectiva cambió notó que estaba junto a Hermione, ambas de la mano caminando por el departamento de su hermana mayor como si fuera lo más común del mundo. Se sentía real, las voces, el tacto de Hermione cuando le arregló el cabello, la cercanía cuando de repente empezaron a acercarse más a un paso de besarse...

Decidió despertar.

Despertó con la cara ardiendo y su respiración agitada, su corazón latía a mil por hora al punto en que llegaba a dolerle, aunque era un dolor totalmente distinto al que había comenzado a experimentar últimamente. Era un dolor conectado a su vergüenza. Logró dormir bien por primera vez y su subconsciente le jugó la mala pasada de hacerle soñar con su vida ideal junto a Hermione yendo de noviecitas a una cena familiar.

¿Cómo iba a ser capaz de verla a los ojos cuando se la tope?

Pero, como siempre, el destino le jugaba una mala pasada cuando se trataba de Granger.

Cuando llegó a cenar caminó hasta una de las sillas vacías, pero tal parecía que Hermione también tenía intenciones de sentarse junto a Lupin, lo que resultó en ambas topando sus cuerpos cuando tuvieron la intención de tomar la silla al mismo tiempo.

— ¡L-Lo siento! -Exclamó Erika tensando sus hombros mientras daba un paso hacia atrás.-

— Está bien, puedo buscar otra silla. -Tranquilizó la Gryffindor con una sonrisa.-

— No, no, puedo buscar otra. -Le insistió mientras caminaba de espaldas, lo que siempre le salía mal.-

Cuando sus nervios estaban a flor de piel era más torpe de lo usual, en algún momento de aquel año Danielle la comparó con Tonks en niveles de torpeza y Erika no pudo evitar ofenderse un poco, pero en ese momento lo comprendió en un pequeño porcentaje.

Al retroceder rápidamente sus pies se enredaron en la pata de la silla de atrás haciendo que perdiera el equilibrio por un momento, no logró caerse pero sí logró quedar en ridículo frente a Hermione como ya se hacía costumbre. Cuando se recompuso estiró su espalda quedando erguida para actuar como si nada hubiera pasado, pero ya la mayoría de los presentes habían sido testigos de aquello.

Con un rostro rojísimo decidió caminar hasta un asiento libre que se encontraba entre Tonks y George.

¿Cómo podía sobrevivir estar en la misma casa o escuela que Hermione ahora?

Dark Red || Hermione Granger.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora