Capítulo 8.2

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Los entrenamientos de Quidditch habían empezado hace poco, Erika y Ernie no podían evitar sentir el vacío de Cedric siendo el capitán cada vez que llegaban al campo, no era que no les agradara el nuevo capitán, Summerby les agradaba bastante ya que era parte del grupo de amigos de Cedric, pero no era lo mismo en lo absoluto.

Al menos el nuevo capitán tomó el mismo camino de Cedric poniendo a Erika y Zacharias en equipos contrarios al entrenar, tratando de que no se toparan seguido al trotar o cosas así para evitar cualquier tipo de altercado. Si de algo estaban totalmente seguros todos los de la casa Hufflepuff era que Zacharias Smith y Erika Frukke no se soportaban en lo absoluto.

Estaban haciendo un pequeño partido de práctica antes de que las pruebas para los nuevos del equipo de quidditch empezaran, no había mucha gente en las gradas usualmente eran amigos de gente que iba a las pruebas o que simplemente no tenían nada mejor que hacer y se sentaban allí para pasar el tiempo. El equipo contrario al de Erika iba perdiendo lo que hacía que el ego de Zacharias subiera bastante, cada vez que pasaba a su lado la miraba con superioridad como si ganar un partido de práctica fuera lo mejor de toda su carrera de quidditch y Erika no podía evitar rodar sus ojos con molestia cada vez que eso ocurría.

Repentinamente, a minutos del fin del partido, tuvo que volar rápidamente para salvar a un chico de tercero que se congeló al ver una bludger que iba directo hacia él, era uno de los que quería entrar a las pruebas de cazador, si se congelaba así frente a una bludger cuando fuera su prueba el pobre no quedaría. El chico le agradeció rápidamente y apenas se alejó el capitán dió por terminado el calentamiento.

Les dieron un leve descanso antes de empezar con las pruebas, Ernie se acercó a Erika volando en la escoba mientras bebía un poco de agua.

— Zacharias está más insoportable ahora. -Se quejó mirando en dirección del rubio.- No sé por qué los menores le hablan como si fuera el Ludovic Bagman del equipo.

El chico estaba en la cancha de pie conversando con aspirantes a entrar al equipo hablando como si fuera el mejor de todos, los más pequeños lo escuchaban con atención casi viéndolo como un ejemplo a seguir. Era bueno, nadie podía negarlo, pero presumía demasiado y eso a veces afectaba el desempeño en algunos partidos. Al rodar sus ojos Erika vió una figura en las gradas que llamó su atención, no era la única, habían más personas a su alrededor ajenas a ella, pero su presencia en sí era la que llamaba su atención casi como si brillara alrededor de las otras personas que, a su vista, eran grises.

Hermione estaba en las gradas con un libro abierto, leyendo en silencio transformando aquella grada en su propia biblioteca personal. Era raro verla en el campo de quidditch sin Harry o Ron, quienes notoriamente eran la única razón para que Hermione pisara aquel lugar. Con curiosidad decidió acercarse a las gradas volando suavemente para tener una pequeña conversación con la Gryffindor.

— ¿Anotando las estrategias enemigas? -Bromeó una vez estuvo lo suficientemente cerca.-

Hermione se sorprendió al escuchar repentinamente una voz conocida y levantó su cabeza rápidamente, logró ver a Erika flotando sobre su escoba con naturalidad frente al borde que dividía las gradas del campo de Quidditch. Llevaba el uniforme de práctica, una camiseta amarilla de mangas negras donde el escudo de la casa Hufflepuff estaba en el pecho. La ojiazul se bajó ágilmente de su escoba sobre el borde de madera que funcionaba como una baranda y se sentó con sus piernas colgando quedando frente a Hermione para hablar de forma más cómoda.

Hermione sonrió ante aquello y ante la pregunta que le hizo.

— Si supiera algo de lo que hacen quizás consideraría anotarlo. -Bromeó Hermione con una sonrisa ladeada.- Estoy esperando a alguien.

Dark Red || Hermione Granger.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora