Dark Red || Hermione Granger.

Capítulo 15

Los días pasaron y ya siendo Mayo el caos de los exámenes finales estaban cerca, cada profesor en sus respectivas clases mencionaba lo importante que eran estos últimos exámenes para los estudiantes de cuarto puesto que tendrían sus TIMOs a finales de su quinto año y si fallaban significaría que para los TIMOs deberían estudiar el triple.

Lo que también corría por los pasillos era el hecho de que el campo de Quidditch ya no podía ser utilizado puesto que allí se tenía planeado hacer crecer un laberinto para la última prueba del torneo de los tres magos. Los campeones tendrían que pelear con distintos obstáculos mientras deducían cómo salir del laberinto primero que los demás dando por terminado el torneo después de casi un año de duración.

Pero para Erika, lo más importante en ese momento era salvar sus calificaciones en historia de la magia, estaban en un punto medio donde era muy posible que si no tenía una buena calificación en su examen final reprobaría y Sprout hablaría con ella seriamente. Nadie debería conocer a Sprout totalmente seria.

— Señorita Frukke, espero que su pequeña siesta le haya hecho memorizar la revolución de los duendes. -Dijo Binns paseándose por el salón.-

Ese era uno de los grandes problemas de la Hufflepuff, las clases de Binns eran tan aburridas que se dormía sin darse cuenta. Sus amigos de alguna forma lo manejaban pero ella era demasiado débil cuando se trataba de sueño y el cerrar los ojos por unos segundos significaba dormirse.

Su rostro se sonrojó en vergüenza y tan solo asintió ante lo dicho por Binns poniendo atención a lo escrito en la pizarra ganándose una mirada regañadora por parte de Susan quien se había volteado solo para negar con su cabeza. Una vez la clase terminó Binns se acercó a Erika seriamente para hablar con ella.

— Señorita Frukke, ¿debo recordarle que está a un paso de reprobar mi clase para que no se duerma? -Dijo el fantasma con un tono serio.-

— No soy la única que se duerme, profesor. -Argumentó mientras fruncía el ceño.-

— Lo sé, pero no todos están por reprobar. -Binns suspiró cerrando sus ojos y miró nuevamente a la estudiante.- Es una gran bruja, señorita Frukke, por favor no desperdicie su potencial. Sea más como su hermana, ella se dormía pero de una forma u otra se las arreglaba para aprobar.

— Pero yo no soy Danielle, profesor. -Murmuró entredientes manteniendo su ceño fruncido sintiendo un poco de molestia crearse en su cuerpo.-

— Lo he notado.

Erika sintió innecesaria esa conversación y se retiró no sin antes despedirse amablemente. Salió del salón suspirando para calmar la burbuja de enojo que se estaba creando en su interior, no era la primera vez que la comparaban con Danielle y no sería la última. Prefecta de Hufflepuff, buena en duelos, Auror, salía con la chica más popular de su año y es a quien más confianza le tienen en su departamento. ¿Cómo podían comparar eso con ella que recién estaba en la escuela? ¡Danielle tampoco había sido una santa mientras estaba en Hogwarts!

Pero Binns tenía razón, no debía reprobar su clase solo porque era aburrida y somnífera. Durante un día donde no tenía mucho que hacer decidió tomar su libro y pergaminos para dirigirse a la biblioteca a dedicarse a estudiar historia de la magia con urgencia. Sus amigos se iban a quedar en la sala común a estudiar defensa contra las artes oscuras y no tenía sentido que estuviera ahí, solo se distraería con cuatro personas a su alrededor estudiando algo totalmente distinto. Encontró un escritorio individual libre y dejó todas sus cosas sobre este, cerró sus ojos e inhaló para poder lograr concentrarse, al volver a abrirlos abrió el libro y comenzó a leerlo tomando notas de lo que era más importante a su opinión, sabía que debía enfocarse en esa revolución de los duendes que mencionó Binns cuando la regañó, pero cuando abrió el capítulo dedicado a aquel suceso histórico sus ánimos decayeron. Era demasiada información, demasiadas fechas, demasiados lugares. Su cabeza cayó derrotada sobre el libro, estaba perdida. Cuando se trataba de memorizar fechas y lugares específicos su memoria se rompía fácilmente, debía ponerle prioridad por las demás materias para poder entender lo que leía y lo que sucedía en cada fecha.