Capítulo 36

277 31 26
                                    

Pov Wanda:

Observo a mi alrededor, atenta a absolutamente todo. Así que esto es Kamar-Taj... Estoy ciertamente abrumada. Hay una mezcla de emociones dentro de mí que no se descifrar con exactitud.

Caminamos con precaución hasta pararnos en el patio central. Hay cuatro filas de gente que van vestidos iguales, y los lidera, Wong... No compartí demasiado con él, pero si le recuerdo de cuando volvimos después de cinco años. Tras el chasquido... Stephen nos reunió a demasiadas personas a la vez.

Le observo por encima del hombro. Va detrás mío. Su mirada conecta con la mía y la desvío con rapidez. Me expresó lo que le pregunté con tanta sinceridad, que me impactó de sobre manera. Es cierto, fue sincero, o al menos, eso note en sus ojos. Sinceridad. Pero el problema, es que no le recuerdo en absoluto. El Stephen que ronda mi cabeza, con suerte, cruzó unas pocas palabras conmigo. Y no fueron precisamente gratas. Entonces, ¿Por qué debería confiar en él ahora? Suspiro mentalmente. Tengo que tomarme un descanso. Otorgarle calma a mi pensar.

-Wanda, Stephen, bienvenidos. -Wong hace una pequeña reverencia que me obliga a fruncir el ceño.

Doy pasos firmes hasta su posición y ladeo la cabeza ante él con duda. ¿Debería yo también hacer una reverencia? Igual es una costumbre de donde él sea. Observo a Stephen buscando una solución. Y al parecer, de nuevo, lee mi mente. Pues muestra una sonrisa ladina, expandiendo solo una comisura de su boca, y niega levemente.

-Todo esta exactamente igual. -Le menciona a Wong entrecerrando los ojos.

-Aparentemente... sí. -Posa sus manos en su espalda baja. Strange asiente.

-¡Calvo! -Una eufórica América se abre paso entre nosotros, para abrazar a Wong.

-Deja de llamarme así, o no volverás a entrenar nunca. -Ella chasquea la lengua.

-Stephen te ha contagiado su amargura. -Se aleja con una mueca de desagrado.

Wong me observa, en silencio. No sé que espera que haga, así que sólo alcanzo a alzar una ceja.

-Stephen... tenemos que hablar. Pero apenas habéis puesto un pie aquí. Pasad, por favor.

-¡Jefa, por fin! -Un chico, bastante joven, me atrevería a decir que ronda la edad de América, me abraza con fuerza cuando me ve.

Stephen lo aleja agarrando su hombro. Se le queda viendo unos instantes como un témpano de hielo. Eso consigue que el chico, trague saliva y se disculpe.

-¿No me dijiste que les habías explicado la situación? -Habla Strange. No se dirige al joven es esa frase, pero su vista sigue en el mismo sitio.

-Lo he hecho. -Responde Wong con parsimonia.

-Perdón doctorcito, se me había olvidado... -Se apresura a alzar sus manos y encogerse en su lugar.

-¿Doctorcito? -Escupe, acercando peligrosamente su rostro al del muchacho. -Preséntate como es debido, o no vuelves a poner un pie aquí. -Le espeta, con frialdad. Wong suspira, y yo voy a interferir, pero América me lo impide.

-No pasa nada, no lo hará. -Su calma, consigue ponerme más nerviosa.

-Soy Dominc, Wanda. Perdona si te has sentido incómoda. Había olvidado tu amnesia. -Ríe frotando su nuca.

-Está bien... Encantada. -Me obligo a crear una mueca simulando sonreír.

Él, en cambio, sí me sonríe, sin mostrar sus dientes, y sigue su camino.

-¿Dónde están Jean e Illyana? -Le pregunto a América en un murmullo mientras ellos nos adelantan.

-¡Ah! Tenían algo que hacer. Después iré por ellas. -Asiento. Aunque siga perdida.

Entre Tu Mundo Y El MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora