Capitulo 34

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Pov Stephen:

Observo a Wanda, con sus piernas y brazos cruzados removiéndose inquieta en la silla. Muerde el interior de su labio inferior y me mira entrecerrando sus ojos.

-¿Me puedes repetir, por favor, qué hacemos aquí? -Pregunta, ladeando su cabeza.

-¿Te parece poco perder los recuerdos de los últimos años de tu vida? Además... Hay que revisar que nuestro hijo esté bien... -Sus brazos caen hacía sus costados y su expresión es de impacto total.

-¿Qué? ¿Acaso estoy...? -Asiento. Parpadea un par de veces seguidas y se gira hacía América. -¿¡Por qué no me dijiste algo tan importante!? -Ella se encoge en su asiento.

Estamos en el hospital. A pesar de que Wanda se negó rotundamente a venir, nada más explicarme que no recordaba nada de lo que habíamos vivido, inmediatamente la alce en mi hombro y la obligue a venir. Por eso está tan molesta. Fue un completo caos cuando aparecimos de la nada y ella pataleaba como una niña pequeña. Muchos doctores y gente en general, acudió por que pensaron que era un secuestro. Al final se calmó y ella misma explicó la situación dejándome al margen. No la terminaron de creer del todo, por eso han ido a buscar a alguien en concreto.

-¡Eres un animal! Quizá he querido yo olvidar nuestra relación. -Se limpió la ropa como si yo tuviera algo contagioso.

Fue lo que me gritó cuando la solté.

-Estabas demasiado contenta ¿Sabes? Me querías tanto que no te importaba dar tu vida por mí. -Le repliqué, con calma.

-Imbécil.

-Di lo que quieras, pero te vas a sentar ahí hasta que te revisen, ¿Entiendes? - Expresé con autoridad. Me observó, con sus grandes y expresivos ojos verdes, alzando sus cejas y cruzando sus brazos, a la defensiva.

Esa fue nuestra conversación. América llegó unos momentos después.

-Ay... es que... ¡No tuve tiempo! - Wanda va a rechistar, pero aparece Christine regalándome una mirada de cansancio y desesperación.

-¿Ahora qué?

-Te traigo a mi esposa. -Ella alza las cejas, sorprendida, y dirige su vista a Wanda quién le sonríe sin mostrarle los dientes. -Ha perdido parte de su memoria y...

-¿Y..? -Alarga la letra alzando sus cejas invitándome a seguir hablando.

-Nuestro bebé... Necesito saber si está bien. -Tomo una pausa por que siento la mirada pesada de alguien sobre mi.- ¡Ah!, y a ella. -Muestro un tono de voz simulando que no me interesa su presencia y ella abre su boca, ofendida.

-¡Ey! no soy tu esposa, pero soy un ser humano. -Resopla y rueda sus ojos mientras yo escondo una sonrisa.

-Stephen, yo no soy obstetra. No sigo un embarazo...

-Por favor, solo puedo confiar en ti para que la revises... en nadie más. Nadie mas tiene el derecho a tocarla. -A pesar de que no la veo de frente, por el rabillo del ojo noto como comparte su mirada entre yo y Christine con su ceño levemente fruncido.

-¿Ellos dos han tenido... o tienen algo? -Escucho con claridad como se lo murmura a América.

-Más o menos... ya te explicaré después.

-¿Por qué no me lo preguntas a mí directamente? -Me giro y ella me mantiene la mirada, sin bajarla ni un segundo.

-Explícame, mejor, esa frase de que nadie mas tiene el derecho a tocarme. -Exige, demandante.

-Bueno... Será mejor que me acompañes... Wanda ¿Cierto? - Christine intenta rebajar la tensión. La nombrada asiente y se levanta sin apartarme aún su vista.

Entre Tu Mundo Y El MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora