capítulo 5

907 98 40
                                    


Todo está obscuro. La nada absoluta me rodea. Tengo la piel de gallina por que el ambiente es demasiado frío. Entrecierro mis ojos intentando que se adapten a la oscuridad, pero es imposible. Intento usar mis poderes para crear una pequeña luz pero... No funcionan.

Camino sin rumbo. No se ve nada, no tengo nada... Estoy como en un vacío gigantesco. Siento mi cuerpo, pero es como si no estuviera dentro de él. Lo percibo todo como si alguien estuviera viéndolo desde fuera, pero, sin embargo, todas las sensaciones revolotean a mi alrededor. El frío en mis brazos, los cuáles me restriego buscando un calor inexistente, el pequeño susurro del leve aire que hace, y un casi inaudible susurro.

Muevo mi cabeza para percatarme de que sigue en su sitio. Por qué igual suena absurdo, pero el estar fuera y dentro al mismo tiempo, es la sensación más extraña que he experimentado.

"Wanda, déjame verte. Permíteme hablarte"

Esa voz. Es angustiada, pero no transmite negatividad. Lo peor es que no logro distinguir de quién es, si es el hombre o la mujer.

"Wanda, Wanda, escuchame, no me ignores, te lo ruego"

La sien me palpita y empieza a molestar de nuevo. Es entonces cuando me percato que esto no es real, es un sueño.

"Wanda despierta, vamos, ¡Despierta!"

Abro los ojos de golpe escuchando como el corazón me golpea en el oído. Me levanto bruscamente cuando siento unos brazos alrededor de mi cintura.

-Wanda tranquila, todo está bien. -Strange hace más fuerte su agarre sin hacerme daño para aportarme seguridad.

Mis ojos se encuentran con los suyos y por fin distingo algo en esos orbes azules. Me ven preocupados. Pero aún así, su mirada aporta tanta tranquilidad que mi respiración se va calmando.

-Gracias. -Mi voz apenas es un susurro. -No hacía falta que estuvieras aquí.

-No pasa nada. Estaba preocupado Wanda, te desmayaste sin más. ¿Que ha pasado?

Estoy apunto de hablar cuando Dominga entra como un torbellino a la habitación. Es increíble que siendo una mujer tan mayor tenga tanta energía.

-Mi niña, que susto nos has dado. Menos mal, que aquí, el buen mozo. -Sonrié a Strange y le levanta las cejas juguetona. -Evitó que cayeras al suelo. Te agarro más rápido que un rayo.

-¿De verdad? - Vuelvo a verle a los ojos, por qué me acabo de dar cuenta de que tiene un azul cielo muy llamativo. Me hace un pequeño asentimiento y no me baja la mirada.

-Ha sido tan amable de traerte a su cuarto en brazos, dice que no quería dejarte sola. Se ha quedado contigo todo el tiempo. Ha sido tan romántico. -No puedo evitar fruncir el ceño.

Ahora que me lo ha dicho, me fijo que estoy en el cuarto de Strange. Es más amplio que el mío, pero no es algo exagerado. Lo que si es diferente son las paredes. Las mías son de un beige muy claro, las suyas, son de mármol.

-¿Dominga te parece romántico que me desmaye?

-¿¡No estarás embarazada!? -Me atragantó con mi propia saliva mientras Strange se ríe por lo bajo.

-No, eso no es. -El brillo de sus ojos va desapareciendo.

¿Que demonios...?

-Wanda, está noche te quedarás aquí conmigo. -Me suelta de golpe como si fuera lo más normal del mundo.

-¿Qué? ¡Claro que no! Strange, eso no habíamos acor... -Freno de inmediato cuando me doy cuenta que Dominga me ve confundida. - Quiero decir, te dije que hasta después del matrimonio no dormiríamos en la misma cama. -Suelto con más calma.

Entre Tu Mundo Y El MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora