Capitulo 31

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Pov Strange:

Mis manos están en mi espalda baja. No me muevo, y es evidente que tampoco se me nota nervioso. Gracias a ser médico, aprendí a disimular cuando algo lograba hacerme sentir incómodo. Si no podía lograr algo yo, nadie más lo conseguiría, así de simple. Pero admito, que en este momento me tiemblan las piernas. Y es que, a pesar que Wanda no haya demostrado ningún ápice de tener un mínimo sentimiento de amor hacía Visión, siento un poco de ¿inseguridad? Sí, creo que así lo llaman. Y eso es molesto. Jamás en mi vida he pensado que cualquier mujer que quisiera se me resistiría. ¡Vamos! Soy atractivo, inteligente y magnético. Sin embargo, Wanda nunca se me acercó con ese tipo de interés. De echo, podría jurar que le caí mal al principio. Nunca he sido romántico, iba en contra de mi propia personalidad, pero ella... ¡Maldita sea! Con ella me sale natural estar pendiente a cualquier pequeñez que la rodeé. Es completamente involuntario, pero solo puedo observarla a ella si está cerca mío. Es como si una parte de mi cerebro fuese ella. Soy doctor, es decir, creo que en la ciencia, todo tiene explicación, excepto lo que la brujita me hace sentir. Solo sé que haría cualquier cosa que ella me pidiese mirándome con esos maravillosos ojos verdes.

-¿Qué, yernito? ¿Preocupado? -Dominga hace unos momentos que ha aparecido, y por supuesto Illyana se ha encargado de ponerla al día. Ruedo los ojos y suelto un pequeño bufido. -¡No te preocupes! -Pronuncia dándome golpes en la espalda. - Wanda es inteligente, no necesita más inteligencia, y menos artificial. -Frunzo el ceño. ¿Acaba de darme el insulto más refinado que me han hecho?

-¿Qué quieres decirme exactamente con eso? No me siento halagado, precisamente.

-Stephen, el pasado no se olvida, pero si se supera. Y mucho mejor si es con ayuda.

Noto como mi corazón late de manera desbocada. Estoy nervioso, pero no hasta ese punto. Entonces, me doy cuenta que no soy yo, si no que se trata de Wanda. Me entrelazo por completo con ella, y mis ojos se abren hasta casi tocar mis cejas. Está tan descontrolada en este momento, que temo incluso que le dé un infarto. Giro mi cuerpo con brusquedad, y corro adentrándome en el pasillo hasta llegar a la habitación en la que está ella. Abro con fuerza la puerta, lo que provoca que choque contra la pared, y deje casi un invisible golpe. Sí... muy poco notorio.

La escena me deja sin palabras. El chico agarra desesperadamente la muñeca de Wanda, ella esta temblando, y aunque deduzco que no por miedo, no sabría describir sus sentimientos. Visión contempla en silencio. ¿Qué demonios ha ocurrido aquí?

Pov Wanda:

Minutos antes:

Me quedo estática en mi lugar. ¿Me giro? ¿Salgo de la habitación? ¿Le creo o...? Trago saliva, pero ahí no hay nada. Mi garganta esta completamente seca. Mi intuición me grita que es cierto, que él es mi Billy... pero eso es imposible ¿no?

-¿Mamá...? -Pronuncia, suavemente.

-No me llames así. -No tengo la menor idea de donde he sacado el coraje para poder formular esa frase sin trabarme y que suene creíble. -Tu no eres mi niño. -Cada letra se me atraganta. Cuchillas se clavan en mi alma con cada frase que logro terminar. Mis ojos siguen llenos de lágrimas, pero no me permito soltarlas.

-Dime eso mirándome a los ojos. Atrévete a contradecir a tu interior. Sabes que no miento. -Él también intenta mantener la calma, pero se le empieza a oír desesperado. Oigo como sus pies se mueven, se esta acercando a mí. Pero mi cuerpo no responde en absoluto.

-Billy... -Pronuncia Visión.

-Mamá, mírame. -Exige, ignorando el llamado anterior. No me muevo, no hablo... nada. -¡Mamá, mírame! -Me repite, alzando la voz. Cierro los ojos con fuerza. Pero él agarra mis hombros para darme la vuelta. -Abre los ojos, por favor. -Su voz se rompe, y mi corazón también.

Entre Tu Mundo Y El MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora