capítulo 8

1.1K 84 73
                                    

Parte 2:

POV Strange:

Observo a Wanda bailando. Está borracha. Después del beso que me dió, me pidió otro Cosmopolitan. Y ya lleva como cuatro. Cuando sus ojos me dislumbran, me saca una sonrisita. Se acerca con coquetería a mi.

—Cariño, ponme otro cóctel de esos porfa. —Pestañea constantemente y me saca una sonrisa inocente.

—Wanda. Creo que ya has bebido suficiente por hoy.

—¿¡Qué!? —Se indigna y me hace un puchero. —Es que están muy buenos. —Pone sus brazos sobre mis hombros. —Estás muy guapo esta noche.

—Vale. Creo que es hora de que vayas a dormir.

—¡No doctorcito, no tengo sueño! La noche es joven. Vamos a bailar otra vez. —Empieza a moverse pegada a mi cuerpo. Bastante coordinadamente, para mi sorpresa. Creo que no está tan borracha como yo pensaba.

La agarro del brazo para llevarla a la habitación. La meteré en la ducha mientras le preparo un café y después a dormir.

Pero se resiste. Niego. Va a ser imposible llevarla como una persona normal. Así que, la cojo en brazos al estilo princesa y suelta una carcajada descarada.

—Estas muy fuerte. ¿Haces constante ejercicio? —Sigue parloteandome. Ahora es ella quien tiene ese tono juguetón que suelo usar yo.

Lo que más me llama la atención, es su manera de hablar ahora. Gracias a que está más relajada, el acento Sokoviano ha salido a relucir. Admito que es bastante sexy.

Dominga nos observa con su ceño fruncido. ¿Por qué nos ve así? Se supone que le gustaba nuestra "relación".

Se acerca a mí. Wanda aprovecha que me distraigo y se baja. Se dirige hasta donde están Dominic y América. Están conversando tranquilos. Pero ella, siendo un terremoto en este momento, agarra las manos de América y se pone a bailar con ella. La pobre niña no sabe cómo actuar. Pero después de que Dominic le susurre algo, comienza a seguirle los movimientos a Wanda. Parece estar más contenta y sobre todo, cómoda, con el pasar de los segundos. Empiezan a disfrutar el baile y Dominic solo sonríe viéndolas mientras niega con la cabeza.

—Stephen. —¡Vaya! El que Dominga me llame por mi nombre de manera tan serie, hace que me ponga erguido de inmediato. —Wanda me ha contado algo. Necesito saber si es cierto. —Asiento. —Me ha explicado parte de su vida. Esa muchacha necesita atención y cariño. Mucho cariño, Strange. —Toma una pausa antes de decir mi apellido. — ¿Estás dispuesto a dárselo? —Cruza sus brazos. Estoy seguro que Wanda le ha contado algo más que no quiere decirme. Pero asiento.

—Mañana hablaremos. Creo que ahora lo mejor es que la niña duerma. A este paso, le va a dar un coma etílico. —La regaña a distancia. Por qué, eso último, lo ha gritado.

—¡Dominga! —Oh no. —Dominga, baila conmigo. —Ahora es a ella a quien le baila. — Cuéntame más anécdotas de cuando eras joven. Por cierto, tengo una duda. ¡Ya que siempre hablas de ello! —Se acerca para susurrarle. Frunzo el ceño. No se qué animalada puede soltar ahora. —¿Tu marido era bueno en la cama? —Vale, hora de pararla.

Dominga suelta una carcajada. Agarro a Wanda de la cintura y la subo a mi hombro. Empieza a darme golpes en la espalda y a patalear.

—¿Que haces? He preguntado algo importante.

—¡Lo era! Espero que tú tengas la misma suerte. Ya me contarás. — Le responde. Pero estas dos juntas...

Wanda hace un gesto con su mano. No puedo ver que es exactamente, por que, está a mi espalda. Colgada de ella, mejor dicho. Empiezo a subir las escaleras mientras me sigue diciendo burradas que prefiero no escuchar. La dejo en la cama y suelta otra carcajada. Antes de levantarme, me agarra de las solapas de la chaqueta, (otra vez, se le va a hacer costumbre) y me acerca a ella.

Entre Tu Mundo Y El MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora