Capítulo 12

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POV Strange:

Abro los ojos con lentitud. Me duele todo el cuerpo. Siento como si un camión hubiera pasado por encima de mí varias veces. Hago una mueca de dolor cuando intento incorporarme. Pero entonces, a pesar de que me cuesta sentir mis propios músculos, noto un peso encima de mi cuerpo. Bajo la mirada, y observo a Wanda dormida en mi pecho. Una sensación agradable nace en mí, y hasta se me olvida el dolor que tengo. Acaricio el brazo que tiene a mi alrededor. Se remueve, pero no sé despierta, hasta un rato después. Abre con dificultad sus maravillosos ojos verdes, y cuando me ve, me sonríe.

—Buenos días. —Murmura con su voz rasposa.

—Muy buenos diría yo. —Vuelve a cerrar los ojos. —¿Estoy soñando? —Niega sobre mí pecho.

—Si es así, estamos ambos en el mismo sueño. ¿Cómo te sientes? —Pregunta de pronto.

—Como si un tren me atropellase constantemente. —Ríe.

—Si tienes humor, significa que estás bien.

—¿Y América? ¿Dominga? —Me alerto.

—Sanas y salvas en sus habitaciones. Debo ir a ver a ambas luego.

Muerde su labio inferior, como si quisiera decir algo, pero no lo suelta.

—Venga, dímelo. —Frunce el ceño, confundida alza su mirada. —Se que quieres decir algo. Dilo. —Me remuevo para estar más cómodos. Ella lo malinterpreta.

—¡Ah, perdona! ¿Te hago daño? —Suelta apenada y se separa de mí. Con rapidez, agarro su muñeca y la rodeo encerrandola entre mis brazos.

—Ni siquiera noto tu peso.

—Tengo qué decirte unas cuantas cosas. La primera, ya estamos casados. —Alzo las cejas.

—Creo que me lo he perdido.— Ríe.

—Lo que quiero decir, es que debemos casarnos cuanto antes. Le dije a Mikel que lo estábamos y que América era nuestra hija adoptiva. Se la llevaba para... Sabe Dios lo que querría hacer con ella. Así que... La única salida que se me ocurrió, fue esa.

—Hiciste bien. Mikel no tiene escrúpulos Wanda. América estaría encerrada y algo peor ahora sí no fuera por ti.

Levanta la cabeza con decisión y se zafa un poco de mi agarre.

—Cuéntame todo de ellos Stephen. Mikel, me ha declarado la guerra. Necesito estar preparada.

Suspiro. Tiene toda la razón. Si vamos a casarnos, debo contarle lo más importante. Definitivamente, ellos no son lo más importante, pero si lo más peligroso. Me apoyo mejor y me preparo mentalmente para todo lo que voy a soltar.

—Los llaman los hechiceros implacables. Eso sí, solo lo hacen los que saben de su existencia. Que son pocos. Cuando Clea me buscó, y decidí ayudarla, poco después me presento a esta gente. Me dijeron que me uniera a ellos, pero, a Mikel le gustaba Clea. Así que, cuando notó que ella me prestaba más atención, me mostró su verdadera cara. —Me presta total atención. —El caso es, que cuando me aleje de Clea por qué solo me atraía físicamente, no quería involucrarme más con ella, también lo hice de los demás. Me fijé en que había algo muy raro rondándoles. Investigue junto con Wong. Son una organización terrorista oculta. Lo peor es que tienen mucha más influencia que un político, y mucho más poder. Roban niños, adolescentes y hasta adultos que ellos ven con potencial para experimentar y hacerlos armas sin mente, sentimientos ni raciocinio. Nadie hace nada.

—¿Es algo así como Hydra? —Pronuncia tras meditarlo.

—Sí... Pero, la diferencia es que, ellos son más influyentes, secretos y peligrosos. Por qué no solo tienen un ejército, también sus poderes como hechiceros. El problema es que, no lo puedo demostrar, ni frenar. Si ellos dicen algo, se hará sin rechistar. —Frunce el ceño y se pierde por unos momentos.

Entre Tu Mundo Y El MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora