Capítulo 6

952 79 28
                                    

POV Wanda:

Mi cuerpo está que explota de la ira. En un momento incontrolable, muerdo el labio inferior de Strange. Hace un pequeño gruñido y se separa de mí. Mi mirada debe ser potente, ya que él me susurra un "lo siento".

Me acerca a su cuerpo y me abraza.

—Wanda, ya se que en este momento solo te apetece arrancarme la cabeza. Pero si ves hacia atrás, te darás cuenta que los hechiceros superiores solo sienten desconfianza. —Me separo y muevo mis ojos con disimulo por encima de mi hombro.

Tiene razón. Aunque me haya dado un beso, sus ojos siguen irradiando incredulidad. Suspiro y vuelvo a posar mi atención en Strange. Su labio sangra. Una pequeña sensación de culpa se extiende dentro de mi.

—No vuelvas hacer algo así sin avisarme. —Asiente. —Dejame curarte eso. —Paso mi pulgar con remordimiento hacia esa zona.

—¿Será siempre así? ¿Recibiré golpes de tu persona hacia la mía, y después, me curarás? —Su típico tono burlón está presente.

Eso me hace sonreír. Por qué se que no se ha enfadado.

—Olvida esto, no tiene importancia. Vamos a la biblioteca, allí podrás ver cualquier cosa que desees. —Asiento. —¡Atención! —Vuelve a dirigirse a sus alumnos con voz de mando. —Ya pueden hacer lo que sea que estuviesen haciendo, la reunión ha terminado.

Todos vuelven a lo suyo, mientras que Strange, agarrando mi mano, me baja del escenario.

—¡Niña, usa protección! —Me grita Dominga no se de donde, por qué he tenido que agachar la cabeza ya que estoy segura que mi rostro está rojo como un tomate.

—¡Dominga! —Suelto en tono avergonzada.

Stephen ríe a rienda suelta y yo solo deseo que me tragué la tierra. Menos mal todos están en sus temas y nadie ha atendido a ese pequeño mensaje.

—Esa mujer no tiene filtros. — Comenta cuando logramos salir de la sala. Niego para mostrarle que estoy de acuerdo.

Caminamos por largos y largos pasillos, que me obligo a recordar, pero es prácticamente imposible aprendertelo en un solo día.

—Voy a llevarte a un lugar privado Wanda. Solo Wong y yo lo conocemos... Ah, y América. —Pronuncia después de pensarlo un momento.

Parece un sitio completamente apartado. Pues apenas hay luz, y no hay ninguna habitación cerca. Es un pequeño pasillo escondido de lo más atesorado, casi un sótano.

Pero al entrar, mis ojos dislumbran una maravilla. Está lleno de estanterías casi del mismo tamaño que algunos edificios que he visto. Y no es exageración.

—Para llegar a ellos, debes volar. — Me dice, cuando se da cuenta que mis ojos están en la parte superior de las estanterías. —Te repito, todo esto está a tu disposición Wanda. Si quieres leer algo en específico, lo encontrarás aquí. Sea lo que sea.

Una idea ronda en mi cabeza. Esa voz tan grave... Debe existir alguna pista por aquí.

—¿Cómo puedo averiguar si mis visiones tienen algún significado?

Camina delante de mi y se posa en medio de la sala. Comienza a mover sus manos y susurrar unas palabras que no termino de entender. Entonces, un escalón se forma en sus pies.

—Vamos. —Me vuelve a ofrecer su mano. Siendo sincera, no me he dado cuenta cuando me ha soltado antes.

Aceptándola, me sube a esa pequeña plataforma donde nos conduce por todas las entaterías.

Entre Tu Mundo Y El MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora