Capítulo 2: Vigila silenciosa

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La noche se cernía sobre la ciudad, y el Hospital Central de Tokio era un faro de luz en la oscuridad. En la unidad de cuidados intensivos, la enfermera tn hacía su ronda nocturna, su figura una sombra suave entre las camas de los pacientes. Al llegar a la habitación 305, se detuvo. Allí estaba Katsuki, sumido en un silencio profundo, su vida suspendida en un hilo delicado.

Tn se acercó a su cama y observó los monitores que rastreaban cada latido de su corazón, cada respiración artificial. —Otra noche, Bakugō —murmuró—Y aquí estamos, tú y yo— No había apretón de manos, no había respuesta, solo el sonido constante de la máquina de respiración y el parpadeo de las luces en los monitores.

Esa noche, tn decidió compartir algo personal. —Cuando era niña— comenzó, su voz apenas un susurro, —mi abuela me enseñó a buscar las estrellas fugaces. Decía que cada una era un alma que encontraba su camino a casa.— Se quedó en silencio un momento, perdida en el recuerdo. —Quizás, de alguna manera, puedas oírme. Quizás mi voz pueda ser tu estrella fugaz.

Con el pasar de las horas, tn continuó su vigilancia, hablando suavemente, leyendo fragmentos de poesía, manteniendo viva la presencia de Katsuki. Y aunque él no daba señales de escuchar, ella creía en el poder de sus palabras.

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~En coma~ (Bakugō x tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora