𝐃𝐞𝐯𝐢𝐥 𝐞𝐬𝐜𝐚𝐩𝐞 || 𝐓𝐡𝐨𝐦𝐚𝐬 𝐒𝐡𝐞𝐥𝐛𝐲 𝐅𝐚𝐧𝐟𝐢𝐜

XXVII

⋅˚₊‧ ୨ ROMANTIC INTERRUPTION ୧ ‧₊˚ ⋅

alicia pov's;

después de dos días de haber visto a Tommy. no lo volví a ver. Carlos venía todos los días porque su familia lo mandaba a pasar tiempo conmigo. mi padre había desaparecido, ya no lo habria visto hace unos días.

estaba sentada sobre mi cama, leyendo un libro que encontré por ahí, aburrida. unos toques en mi puerta me espabilaron.

me levanté para abrir la puerta y abrí los ojos al ver a Tommy allí parado.

-¿Tommy?-

el ojiazul paso a mi habitación, con un cigarro entre los labios.

-lo siento por venir de la nada, pero te tengo una noticia.-

mostré una pequeña mueca de sonrisa y cerre la puerta para apoyarme sobre el marco.

-no te disculpes por venir, no me molesta.- murmure. -¿cuál es la noticia?-

-el bar acaba de abrir nuevamente. quería que fueras una de las primeras en verlo con renovación.- sonreí enseguida. -te pasaré a buscar más tarde. con mis hermanos iremos a la inauguración.-

-te esperaré entonces.-

el mostró un asentimiento y una pequeña mueca. sentía que el aún tenía una sensación rara con lo que pasaba a mi alrededor.

no le había contado con detalles lo que pasaba conmigo, entendía que sospechara algo con Carlos. Pero aún así, no podía mantenerlo lejos, aunque supiera que era peligroso y primero tenía que arreglar mis problemas, no podía alejarlo de mi.

carraspee y antes de que se acercará a la puerta, detuve su mano.

-tommy yo.. lo siento por haberte entregado una carta en la cual ni siquiera te explicaba lo que pasaba. de verdad, quiero contartelo pero es algo que se me va de las manos y yo.. - antes de seguir hablando, sentí sus manos tibias tomar mis rostro y levantarlo hasta mirarme a los ojos. esas hermosas perlas azules que siempre lograban envolverme.

-alicia, confío en ti y se que me contarás todo a tu debido tiempo.- mi corazón parecío relajarse ante sus palabras. -siempre estaré aquí para ti. nunca dejaría que te pase nada, aunque por eso llegará a poner en riesgo mi vida.- trague fuerte. sus palabras me llenaron el alma. se sentía bien escucharlo decir aquello. quitarme el peso de encima de que el pudiera perdonarme.

y entonces suspiré, tenía ganas, quizás las fuerzas, pero no quería arruinar el momento.

en otro momento le diria que compartía falso amor con alguien mas, que estaba casada en contra de mi voluntad. que todo había sido de la noche a la mañana, y que pronto robaría dinero a quien no conocía para pagar dinero que yo no debía directamente.

-gracias..- le mostré una sonrisa débil, levantando mis manos hasta dejarlas en su cuello y dejarle leves caricias. extrañaba todo de él, aunque no haya pasado tanto tiempo. la forma en que sus ojos me miraban, sus labios, la forma en que me hacía sentir, su voz.

todo de él me hacía falta. y es que era verdad que lo amaba y que sin el no podía vivir. se habia vuelto tan necesario en mi vida.

dos años juntos, quizás no oficialmente. pero ambos sabíamos que perteneciamos al otro.

-¿gracias por qué?- mostró una sonrisa, dando vista a sus blancos y perfectos dientes. una sonrisa que simplemente me podría hacer desvanecerme allí mismo.

-gracias por siempre ser tu, Sr. Shelby.- murmure cerca de sus labios, mis ojos trataban de mantenerse sobre los suyos, me costaba, pero tenían un tipo de magnetismo.

un suspiro escondido escapó de entre sus labios, ví como su labio inferior quedó atrapado levemente, tratando de disimular lo que el apodo le habría provocado.

-odio lo desesperado que me haces sentir cuando me dices así.- bajo su cabeza, casi escondiendola en el hueco de mi cuello. sentí su respiración y todo mi cuerpo tuvo descargas eléctricas. el aire me faltaba.

-¿así como, Sr, Shelby?- susurré contra su oído, bajando mi mano hasta su mandíbula y volteando un poco su rostro para poder dejar un beso húmedo en su cuello.

sentí su suspiro y sentí mis piernas flaquear. sabía que estaba poniéndole desesperado, y me encantaba cuando eso pasaba.

-alicia, no hagas esto, porfavor.- su voz salió casi rogando, era difícil verlo así de sumiso, de hecho creo que nunca lo había visto así. y podía decirse que me encantaba esa faceta, me ponía inquieta.

acaricié su mandíbula suavemente mientras mecia mis caderas hacia adelante contra su cuerpo. suspiré cuando ya pude sentir lo duro que estaba.

era impresionante como con simples palabras podía hacer que se pusiera así, incluso a mí misma. mi vergüenza en estos momentos desaparecia.

comence a bajar con los besos por la extención de su cuello, el aroma varonil y propio de el me embriagó por completo. mi cuerpo ya estaba respondiendo al suyo.

una de sus manos apenas rozó mis caderas, y allí nuevamente sentí una euforia.

se estaba conteniendo, como siempre lo hacía. y yo simplemente quería tenerlo, tocarlo y que me tocará. aveces la necesidad es muy reiterada, y eso me estaba afectando.

-tommy..- su nombre salió como gemido de entre mis labios. -no te contengas conmigo, sabes que no funciona.-

seguí acariciando su cabello, sintiendo como soltaba un suspiro y una risa en mi oído.
sus manos contornearon mis caderas para apegarme más a él. abrí mi boca sintiendo sus labios chocar con los míos. llenos de una sensación que ya creía conocer muy bien, ese placer, lujuria y amor. un deseo que simplemente sabíamos demostrarnos.

gemí cuando su lengua choco con la mía de imprevisto, el escalofrío recorrió mis piernas sintiendo su rigidez chocar aún más contra mi. tomo mis piernas y me dejó sujetarme con ellas a su torso. mi cuello fue tomado por una de sus frías manos, dándose paso a dejar besos en mi extención.

me fue inevitable no suspirar, la necesidad en mi abdomen crecía a cada segundo de una manera extravagante. nunca me había sentido tan desesperada, pero simplememte lo necesitaba.

Me balanceé nuevamente contra su pelvis, y lo sentí a la altura perfecta para darme espasmos.

-me hubieras dicho que me necesitabas tanto.- su voz más ronca de lo normal me hizo marearme. seguí acariciando su cabello sin ninguna distracción.

sus dedos comenzaban a entrar en mi blusa.

-para que decir algo, si puedo demostrarlo.-

escuché una risa ronca contra mi oído. sus dedos pasaron sobre mi brazier, mis pezones ya rigidoz me hicieron estremecerme aún más y gemir contra su cuello.

mi cuerpo choco contra la puerta a la vez que sus pelvis daban el movimiento de una estocada contra mis caderas.

mordí su cuello para ocultar un gemido fuerte. pero sus dedos, que ya estaban preparados para el trabajo sucio, pasaron sobre mi entrepierna y simplemente me sentí caer.

la puerta a mis espaldas hizo el ruido de alguien del otro lado.

suspiré cansada contra su cuello. escuché un gruñido salir de sus labios de manera desesperada.

-¿esperas a alguien?-

negué.

me solté de su cuerpo y abroche mi camisa para poder ver quien era.

abrí la puefta una vez recobre aire, pero este pareció irse enseguida al ver a la persona del otra lado de la puerta.

-¿Carlos?

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