Capítulo 4 - "La Vida de Ángel"

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Las luces rojas iluminaban la habitación, creando un ambiente de decadencia y desesperación. Ángel se despierta con un dolor de cabeza palpitante y un cuerpo adolorido.

Se ha acostumbrado a despertarse de esta manera, destruyéndose cada noche para olvidar su miserable situación.

Con un esfuerzo considerable, logra deslizar sus largas piernas fuera de las sábanas y se levanta tambaleándose de la cama.

Se dirige al baño, sintiendo la urgencia de lavar cada parte de su cuerpo para eliminar los olores y restos de fluidos que se han adherido a su piel.

El agua cae sobre su espalda, mezclándose con las lágrimas que brotan sin que él lo quiera.

A pesar de que ya debería estar acostumbrado a su situación, todavía le duele. Tal vez es porque su situación actual es un constante recordatorio de lo estúpido e ingenuo que fue al firmar ese contrato con Valentino. Ahora estaría atado a él hasta que su brillo se extinguiera.

Después de vestirse, Ángel sale de su habitación y se encuentra con un estudio en completo caos.

Demonios corren de un lado a otro, diablillos asustados se esconden en los rincones. Confundido, pregunta a una demonia que pasa por su lado qué está ocurriendo.

_ El señor Valentino, el señor Vox y la señorita Velvet están furiosos_ explica la demonia con nerviosismo.

Ángel maldice para sí mismo, sabiendo que no será un buen día para él ni para nadie en el estudio de los Vees.

Intenta llegar al elevador con cautela, rogando internamente para que no lo vean. Pero su intento es en vano, ya que Valentino lo ha visto.

_ Oh, Ángel _ lo llama con una voz sedosa pero espeluznante.

Ángel se ve obligado a responder con una sonrisa forzada, sabiendo que no puede negarse a Valentino.

Valentino le informa que lo llevará a una reunión, a pesar de que es su día libre. Ángel intenta protestar, pero Valentino no está dispuesto a escuchar.

_ No me importa lo que quieras o qué día sea, eres mi perra. Puedes ser la más cara, pero aún así solo eres una perra, ¿entendiste? _  dice Valentino, sujetándolo con fuerza por el cuello.

Ángel apenas puede responder antes de ser soltado bruscamente, cayendo al suelo.

Regresa a su habitación y abre su armario. A pesar de la ostentación de su vida, llena de drogas, alcohol, sexo y dinero, todo eso ha sido opacado por el dolor y la desesperación de estar atado a un demonio como Valentino.

Se viste con un vestido brillante de color negro con un corte profundo en la espalda, un abrigo blanco que solo llega hasta las costillas y unas botas negras altas.

Ángel se ve bien, cualquier demonio querría llevarlo a la cama esa noche. Pero no sabe a dónde lo llevará Valentino, solo sabe que, sea donde sea, terminará teniendo sexo con alguien que le dará una buena cantidad de dinero a Valentino por él.

Ángel sale de su habitación y se encuentra con Valentino. Ambos suben a la limusina y en cuestión de instantes, Valentino ya ha comenzado a besarlo.

Ángel intenta detenerlo, argumentando que arruinará su maquillaje y que no sería una buena imagen para Valentino. Afortunadamente, funciona y Valentino se detiene.

Al llegar a su destino, Ángel baja de la limusina y observa el lugar. Es un lugar lujoso y decadente, lleno de demonios de alto rango.

A medida que pasan los minutos, Ángel es tocado por uno que otro demonio, pero nada fuera de lo común. Solo será una noche más en su vida, una noche más de dolor y desesperación.





El segundo gobernante después de la historia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora