capitulo 12- Cambio de trabajo

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El trato ya estaba hecho y Husk regresaba al palacio con el alma de Ángel en sus manos.

Llegó al mismo tiempo que Rosie.

- Husk, querido, ¿cómo te fue? - preguntó acercándose al demonio gato, quien le ofreció su brazo. A pesar de la diferencia de tamaño, con Rosie siendo la más grande, ya se habían acostumbrado a esta dinámica.

- Todo bien, Rosie, solo deseo descansar un poco - respondió abriendo la puerta y dejando a Rosie entrar primero.

- Comparto tu deseo, Husk.

- Traeré unas bebidas.

- Me parece estupendo.

Husk trajo una taza de té para Rosie y una botella de cerveza para él.

- Ahora que lo recuerdo... - Rosie dejó su taza de té sobre el plato - Fui a una reunión con Zestial porque hay un asunto un poco extraño.

- ¿De qué se trata? - Husk prestó atención.

- Pues... Husk, Zestial ha notado una grieta en el pentagrama - el tono serio de Rosie hizo que Husk frunciera el ceño.

- ¿Qué es exactamente lo que te dijo Zestial?

- Hace unos días, una de las hijas de Carmillia estaba en el borde del anillo, en una curva extrayendo "armina", y cuando estaba saliendo de regreso notó que la pared del pentagrama está agrietada - narró Rosie.

- Eso es extraño y angustiante. No sabemos desde cuándo está la grieta ni cuántos saben de esto .... Carajo, el pentagrama siempre ha estado fuerte, incluso cuando Lucifer fue herido no se debilitó ni un poco - Husk no entendía por qué esto pasaba justo cuando hay una manera de que Lucifer despierte.

- ¿Crees que sea por...

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Rosie quería confirmar si Husk pensaba lo mismo.

- No lo sé, pero espero que no sea así - apretó la botella mientras bebía el último trago - Si es así, una nueva guerra con el cielo podría desatarse.

- Eso sería devastador - Rosie aún recordaba la batalla de hace cinco años.

- Lo sé, y ahora con Lucifer recién despertando, no podemos asegurar que el infierno esté a salvo - Rosie se acercó a Husk y se sentó a su lado.

- Pase lo que pase, lo afrontaremos juntos - tomó una de sus manos - Nos hemos vuelto una familia y podemos afrontar esto unidos - Husk sonrió y besó la mano de Rosie.

Ella siempre podía hacerle sentir mejor, por eso y más era su mejor amiga, una mujer admirable.

- Tenemos que decirle sobre esto a Alastor, él es el segundo soberano del infierno.

- Lo sé, pero no quiero aguar su alegría - Rosie dijo en un tono suave - Otra vez tiene un poco de chispa, aunque él no lo admita, sé que ha extrañado a Lucifer demasiado.

- Ja, se lo merece - Husk tuvo que frotar el costado de su brazo que fue golpeado por Rosie - Ambos sabemos las cosas desde el principio y lo único que me reconforta de ver a Lucifer en esa cama sin mover un músculo es que sé que Alastor sufre - declaró Husk.

- Sé que los motivos de Al no fueron los correctos pero su corazón se enamoró de verdad y no lo juzgues, nunca ha amado a alguien de manera romántica.

- No lo juzgo, Rosie, solo me satisface saber que puede sentir dolor, tristeza y arrepentimiento por dañar a alguien que le entregó amor y más - Rosie se inclinó hacia un lado y se recostó en el brazo de Husk.

- Sabes Husk, de cierta manera eres igual de retorcido que Alastor y muy en el fondo sé que tú también lo sabes

Husk no respondió y solo acarició el cabello corto de Rosie que había dejado su gran sombrero a un lado.

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Ángel había despertado y caminaba estirándose un poco. Quería llegar a la cocina para poder tomar un poco de agua y comer algún bocadillo.

Caminó hasta que vio una puerta y, como todas eran altas y de un tono oscuro, la única puerta clara era la de la habitación de Lucifer, que era de color hueso con decoraciones doradas. La princesa Charlie, al igual que su papá Lucifer, tenía una puerta de color hueso con decoración roja.

Abrió lentamente la puerta y entró, viendo a la dama que había conocido hoy por la mañana recostada en el hombro de Husk, quien le acariciaba el cabello.

El demonio alado, al notar su presencia, lo miró interrogante.

- Ángel, ¿sucede algo? - preguntó Husk en un tono bajo, pues había notado que Rosie se había quedado dormida y no planeaba molestarla.

- Oh, lamento interrumpir - se disculpó Ángel, pues se sentía incómodo al sentir que era un ambiente íntimo entre los dos.

Husk frunció el ceño - No interrumpes nada más que mi calma, así que dime qué pasa.

- Yo solo iba buscando la cocina, no la encuentro - Ángel, por alguna razón, se sentía incómodo.

- Si quieres algo, pídele a los sirvientes - Husk suspiró y se movió un poco, haciendo que Rosie se aferrara más a él.

- Lo siento, lo olvidé - habló bajo.

- No importa, siéntate - le pidió - Ya no le perteneces a Valentino.

La noticia repentina hizo que Ángel se sentara más rápido y solo soltara un "¿Cómo?" muy confundido.

- Como lo oíste, compré tu alma - Husk si que no sabía cómo dar noticias.

- Ahora te pertenezco - más como pregunta que afirmación, Ángel se lo decía a sí mismo.

- Sí, y como te dije, por contrato, tu trabajo solo es proporcionar tu energía a Lucifer.

- Entiendo - dijo Ángel.

- Husk, si no sabes hablar bonito - Rosie abrió los ojos regañando a Husk, quien la miró confundido - Cómo le puedes dar una noticia así sin ningún tacto. Decirle a alguien que compraste su alma de manera tan bruta no está bien. Mira al pobrecito, se está hiperventilando.

En ese momento, Husk vio cómo Ángel se sostenía el pecho y su respiración era irregular y fuerte.


- Mierda - maldijo Husk.

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Con la ayuda de Rosie, Ángel se sentía mejor y más calmado.

- ¿Te sientes bien, dulzura? - preguntó Rosie con una mirada tranquilizadora.

- Sí, estoy mejor - respondió Ángel.

- Lamento el poco tacto que tiene Husk, es un bruto en algunas cosas.

Ángel habría hecho un chiste de doble sentido si no fuera porque la situación debía ser tomada en serio, especialmente cuando su alma estaba en medio.

- Bueno, cambiar de trabajo no está tan mal - susurró para sí mismo, tratando de calmarse.

- Tranquilo, yo te ayudaré. Y no te preocupes, Husk puede ser un gruñón, pero no es un mal jefe. Y si lo es, dímelo, y yo haré que se coma sus propias plumas - Ángel rió por lo dicho

si no estaría mal cambiar de trabajo.




















El segundo gobernante después de la historia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora