capitulo 13 - acostumbrándose a los cambios

687 77 5
                                    


Alastor caminaba hacia la habitación de Lucifer. En poco tiempo, podría volver a ver a su esposo despierto, con sus ojos llenos de amor que él no había valorado en su momento.

Abrió la puerta de la habitación suavemente y entró. Su voz se redujo a un susurro cariñoso al acercarse a la cama, acariciando las mejillas rojas de su amado.

_ Cielo, ya quiero que despiertes. Solo falta poco _ le dijo, mientras depositaba un breve beso en los labios de Lucifer.

En ese momento, la puerta se abrió nuevamente.

_ Oh, lo siento_ Ángel había ingresado a la habitación.

_ Ángel, toma su mano. Quiero escuchar su voz _ instruyó Alastor.

Sus palabras sonaban más como una orden que como una petición.

Ángel hizo lo indicado y se sentó junto a Lucifer, tomando su mano y sintiendo la conocida sensación de su energía siendo absorbida.

Pese a sentirse incómodo, sabía que no tenía otra opción y debía estar presente en ese momento.

_ Al _ la voz de Lucifer se escuchó llamando suavemente a Alastor. _ Corazón, me alegra que hayas venido a verme _

_ Luci, no he podido venir con frecuencia. Te pido perdón _ susurró Alastor, mientras daba un beso en los nudillos de su esposo.

Ángel se sentía un poco fuera de lugar. Sabía que debía aceptar su presencia allí, queriendo o no, pero ver al soberano Alastor tan dócil y sumiso no era la imagen que se tenía de él en el infierno.

_ Ángel _ fue sacado de sus pensamientos cuando Lucifer lo llamó. _ Puedes irte a descansar ya _

_ Majestad, si me voy, no podrán hablar entre ustedes _ dijo Ángel, un tanto confundido.

_ Tranquilo, nosotros no necesitamos palabras todo el tiempo _ respondió Lucifer. Ángel no quiso discutir más y simplemente asintió antes de retirarse de la habitación.

Se sentía demasiado cansado como para hacer cualquier tipo de chiste.

Cómo podía ser que en un día hubiese pasado de dueño y vivir una situación completamente distinta a la que estaba acostumbrado.

Los cambios en el infierno eran constantes y sorprendentes.

........................
..................
...........
......
...
.


Ángel caminaba por los pasillos del palacio. Ya habían pasado varios días desde que su vida había dado un giro completo de 180 grados. Había aprendido a adaptarse y entender la dinámica que se cumplía en ese nuevo entorno.

Rosie, la responsable de la comunidad caníbal, generalmente estaba ocupada por las mañanas y solo aparecía en ocasiones en las tardes o cuando la necesitaban.

Husk, por otro lado, siempre estaba ocupado, saliendo durante largas horas para cumplir con sus obligaciones. A veces, sentía que estaba demasiado ausente.

Ambos se encargaban de cuidar a la princesa Charlie. Rosie y Husk la llevaban fuera del palacio en raras ocasiones, pero Charlie siempre parecía estar en todas partes, corriendo por el palacio y conociendo cada rincón.

Y luego estaba Alastor, anteriormente conocido como el demonio de la radio y ahora el gobernante de todo el infierno. Solo aparecía en momentos puntuales, como en el desayuno o cuando iba a visitar a Lucifer, y Ángel estaba presente para facilitar la comunicación entre ambos.

Ángel se sentía un poco fuera de lugar. En su antiguo trabajo se sentía útil, pero ahora, aunque también tenía una utilidad, era una sensación diferente, y eso lo odiaba. Reconocía que ahora estaba en un lugar mejor y que no era maltratado ni explotado de la misma manera, y se odiaba por desear en algún rincón de su ser volver con Valentino.

Suspiró mientras continuaba su camino. El día había llegado a su fin y había pedido que prepararan su habitación. Sabía que debía dirigirse hacia allí.

_ Señor Ángel, señor Ángel _ una vocecita llamó su atención. Era la princesita, Charlie, que corría hacia él, seguida de dos sirvientes y una mucama.

La pequeña rubia saltó hacia él, y tuvo que pararse firme para evitar caer por el impulso con el que había sido abrazado por las rojas mejillas de Charlie.

_ Princesita, ¿qué sucede? _ le preguntó, pero la mucama interrumpió antes de que la niña pudiera contestar.

_ Señor Ángel, la princesa no quiere bañarse y está haciendo todo un escándalo _ se quejó la mucama.

_ Es cierto, rompió varias cosas en su berrinche _ añadió uno de los sirvientes.

_ No, no quiero bañarme _ se escondió en el pecho de Ángel, quien la abrazó con sus cuatro brazos y miró a los sirvientes con desaprobación.

_ Bien, no se preocupen, yo la bañaré. ¿Te parece bien, princesita? _ preguntó Ángel, a lo que la niña asintió con la cabeza.

_ Pero es mi trabajo, no tiene que molestarte _ la mucama parecía nerviosa, pero Ángel simplemente se encogió de hombros y se dirigió hacia la habitación de la princesa.

_ Señor Ángel _ dijo la niña en un tono un poco más bajo.

_ ¿Qué sucede, pequeña? _ respondió, preparando la bañera para que todo estuviera listo.

_ Usted me agrada mucho _ le confesó Charlie con una gran sonrisa.

_ A mí también me agradas, pequeña_ le dio una palmadita en la cabeza. _ Bien, ¿qué pijama deseas, la roja o la morada? _ preguntó, mostrándole las dos opciones.

_ La roja. Me encanta el color rojo y también el rosa ¡me encantan todos los colores! _ exclamó Charlie emocionada.

_ Está bien, hora del baño _ le dijo, llevándola al baño de la habitación.

_ Está bien, avísame cuando termines. Estaré aquí _ le dijo antes de que Charlie entrara al baño y cerrara la puerta.

........................
..................
...........
......
...
.


Otro día infernal llegaba a su fin y Alastor entraba de vuelta al palacio. El tema de las grietas en el pentagrama consumía todo su tiempo y las demandas de los pecados por saber qué estaba sucediendo y por qué el pentagrama estaba sufriendo tales estragos lo tenían estresado.

Ocultar esto a todos los habitantes del averno no era una tarea fácil. Él tenía la última palabra en todo, y ese poder que poseía jamás podría ser alcanzado por otra alma humana en toda la existencia.

Husk apareció por la puerta de su oficina, luciendo más cansado y malhumorado de lo normal.

_ ¡Husker, mi amigo! _ Alastor relajó un poco su sonrisa al estar con alguien de confianza.

"Maldita sea, Alastor, esto está yendo demasiado mal", se quejó Husk, sacando una botella de ron de la vitrina. _ Te juro que clavaré la cabeza de ese maldito niño engreído_ Un príncipe de una familia real del Anillo de la Avaricia era el dolor de cabeza de Husk desde hace dos días. _ ¡Qué estúpidas ideas tiene!

Sirvió los tragos con hielo y le entregó un vaso a Alastor. Ambos se sentaron, Husk extendio sus alas, disfrutando de un momento de relajo y Alastor ya no tenía su sonrisa tan marcada


De repente, el sonido de pasos apresurados y un ruido en el pasillo los hizo ponerse en alerta. La puerta se abrió de golpe y Ángel irrumpió en la oficina.

_ Husk _ dijo Ángel precipitadamente, pero cuando su vista se enfocó en Alastor sentado enfrente del escritorio, casi se lanzó hacia él. _ Tienes que matar a esos malditos _ declaró agitado.

_ Amigo afeminado, ¿se puede saber por qué entras de esa manera a mi oficina? _ preguntó Alastor un tanto molesto, su sonrisa temblando ligeramente.

_ Ángel, ¿qué sucede? _ Husk se le acercó para tratar de calmarlo un poco.

_ Charlie fue herida _ pronunció Ángel con evidente agitación.

_ ¿Qué acabas de decir? _ preguntó Alastor, con la interferencia de la radio sonando más fuerte en su cabeza.

_ Ángel, explica claramente qué pasó _ pidió Husk.

_ Le acompañé a Charlie al baño porque no quería que la mucama o alguien más la ayudara _ comenzó a contar Ángel _ Cuando salió con su bata de baño, me pidió que le ayudara a desenredar su cabello

_ Ve directo al punto, Ángel _ la paciencia de Alastor comenzaba a agotarse.

_ El punto es que vi algunos moretones en la piel de la princesita. Le pregunté y ella con pena me confesó que fue la mucama y algunos sirvientes _ reveló Ángel.

En ese momento, las paredes del palacio se llenaron de grietas verdes y símbolos vudú, y se escuchó estática de radio por todas partes, una clara señal de que el gobernante Alastor estaba enfadado.






El segundo gobernante después de la historia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora