El segundo gobernante después de la historia

capitulo 20 - Salir juntos

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Lucifer dormía plácidamente abrazando a Alastor, quien se acurrucaba contra su pecho, sumido en un profundo sueño.

Le fascinaba ver a su indomable esposo comportarse de forma tan dócil.

¿Quién habría creído que el gobernante Alastor podría llegar a ser tan mimado?

Seguramente cualquiera consideraría que era una completa blasfemia.

Una risa escapó de sus labios por sus pensamientos mientras aspiraba el relajante aroma de la habitación.

Sintió algo frío pero familiar envolviendo sus piernas.

_ Se que estás ahí _ sonrió al ver la sombra de Alastor asomarse por las sábanas. _ También te extrañé mucho _ le dedicó una sonrisa y rió ligeramente al notar la sombra un tanto avergonzada.

Era una extensión de Alastor, pero a la vez alguien distinto.

Se movió ligeramente para acariciar a la sombra, que se acercó más a su tacto.

_ Buenas noches... Ali _ nombró a la sombra de su amado Alastor, esperando que no le molestara.

Observó cómo la sombra se ruborizaba más antes de desvanecerse.

Decidió dormir, pues al día siguiente quería pasar un día especial con su esposo y su hija.

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La mañana llegó y notó su ausencia a su lado, ya que el exquisito aroma ya no llenaba la habitación, solo quedaba un leve rastro de su ausencia.

Pequeños pasos captaron su atención y la puerta se abrió, confirmando quién era.

Su pequeña hija había entrado a la habitación y saltó hacia la cama cayendo sobre él.

_ Buenos días, papá Al _ saludó risueña su princesa.

_ Buenos días, mi adorada niña _ respondió devolviendo el abrazo de su primogénita.

La risa melodiosa que inundó sus oídos lo hizo girar para ver a Lucifer saliendo del baño de la habitación, con el cabello mojado y envuelto en una bata de baño que indicaba que acababa de bañarse.

Se acercó a la cama, subiéndose para estar junto a Alastor y su hija, a quienes besó, a la princesita en la frente y a Alastor en los labios.

_ Mis papis se dan besitos _ dijo Charlie, recordando lo que su tía Rosi le había explicado sobre los besos y la muestra de afecto que representaban.

_ Sí, mi manzanita, tus papis se quieren mucho _ abrazó Lucifer a la niña, quien respondió feliz, emocionada ante la idea de pasar un día juntos.

_ Vamos, manzanita, debes alistarte. Hoy tendremos un día los tres juntos_ anunció Lucifer.

Charlie se emocionó y salió corriendo hacia su propia habitación para prepararse.

_ ¿Un día juntos? _ preguntó Alastor, sin haber sido informado previamente de esa decisión.

_ Sí, será bueno hasta que yo retome parte del mando del infierno y estemos ambos ocupados _  explicó Lucifer, sentándose sobre el regazo de Alastor, quien yacía recostado en la cama. _ Compartir un momento los tres será maravilloso _

Alastor se perdió por un instante en la mirada de Lucifer, pero volvió su atención a la conversación.

_ Por supuesto, Lucifer, solo me gustaría que me avisaras con tiempo. Tengo que apartar mi agenda, cielo _ tomó las caderas de Lucifer acercándolo hacia él, notando el pequeño jadeo que provocaba. _ Pero dame un momento y tendré todo desocupado _

Las manos de Alastor se aventuraron bajo la bata de baño blanca que Lucifer llevaba, incrementando la tensión en el ambiente, pero fueron interrumpidos por un toque en la puerta.

Alastor gruñó, con su ángel caído sobre él y dispuesto a compartir un momento íntimo, interrumpidos por quienquiera que estuviera al otro lado de la puerta ignorando la situación.

_ ¿Qué sucede? _  preguntó Lucifer mientras se levantaba de Alastor y de la cama.

_ Nuestros majestades, el desayuno está listo y la princesa los espera _ la voz de una sirvienta resonó desde detrás de la puerta.

_ Bien, iremos en un momento, puedes retirarte _  respondió Lucifer, ya vistiendo su atuendo, luego miró a Alastor. _ Apúrate, no podemos hacer esperar a nuestra hija _ le dio un último beso antes de retirarse.

Suspiró, debía apurarse, otra reunión de última hora lo esperaba.

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Lucifer caminaba hacia el comedor, donde vio a Husk, Ángel y a Charlie. Sonrió al entrar y saludar a todos.

_ Buenos días, Lucí _ respondió Ángel con una sonrisa, mientras servía jugo para Charlie y para él.

_ Buenos días, Lucifer _ Husk le dio una ligera sonrisa al pasarle un tazón de fruta picada.

_ ¿Papi Lucí y papá Al? _ preguntó la niña al no ver a su otro papá.

_ Solamente se está demorando un poco, ya viene _ respondió, y en ese momento Alastor apareció por la puerta.

_ Buenos días, familia _ saludó sin pensar Alastor mientras se sentaba a la mesa.

La mañana transcurrió entre conversaciones y planificando lo que harían ese día.

Una sirvienta entró y se disponía a dirigirse a Alastor para entregarle una bandeja con una carta, pero al recordar que Lucifer también estaba presente, dejó la carta en la mesa entre ambos y se retiró.

Lucifer abrió la carta, la leyó y sonrió mientras se la pasaba a Alastor, quien también leyó su contenido.

Era una confirmación del Príncipe Goetia asistiendo a la fiesta de la princesita.

_ Ángel y yo ya nos retiramos _  Husk terminó de desayunar y se levantó de la mesa, tenían mucho por hacer, más allá de simples compras.

_ Así es, vamos, Husk _ Ángel se despidió de Charlie con una sonrisa.

_ Está bien, nos vemos en la cena. Rosie también estará presente _ despidió a ambos Lucifer.

_ Papá Lucí, ya vamos, estoy muy emocionada _ Charlie se bajó de la silla y fue hacia donde estaba Lucifer.

_ Ya nos vamos, Charlie, espera un momento _ Lucifer le sonrió mientras terminaba su último bocado de panqueques.

_ Ya está todo listo _ esta vez fue Alastor quien habló. Con un chasquido, hizo aparecer su bastón característico.

_ Bueno, vámonos _ Lucifer se levantó feliz y los tres caminaron por los pasillos para marcharse, pero un sirviente se interpuso.

_ Su Majestad Alastor, el señor Vox lo espera _  habló educadamente, informándole sobre la reunión con el insufrible demonio.

Lucifer frunció el ceño. ¿Quién era ese y por qué tenía una reunión privada con su esposo?

No obstante, Alastor no le dio importancia y le pidió al sirviente que informara a Vox que tenía asuntos más importantes. El sirviente se retiró y ellos pudieron salir del palacio tranquilamente.

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