capitulo 03: ya quiero que despiertes

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Alastor se encuentra en su oficina, con la mirada fija en la puerta por donde salió hace un momento el demonio gato con alas.

Su deseo de despertar a su esposo, Lucifer, se intensifica cada día que pasa. Han transcurrido ya cinco largos años y el sexto se acerca rápidamente.

Alastor ha tenido que presenciar el crecimiento de su pequeña hija, Charlie, mientras su amado esposo sigue durmiendo sin ninguna señal de despertar.

Alastor suspira y se levanta de su silla, apoyando su báculo en el suelo con un chasquido.

Las sombras a su alrededor se agitan y lo envuelven, transportándolo instantáneamente a su destino. Ha llegado el momento de la reunión que había mencionado anteriormente.

Mientras camina por los pasillos del inframundo, Alastor no puede evitar pensar en todo el amor y atención que Charlie merece y cómo Rosie y Husk han sido de gran ayuda en su crianza. Aunque Alastor no lo admita abiertamente, sabe que cuenta con ellos para cuidar de Charlie en su ausencia.

Finalmente, Alastor llega al lugar de la reunión. Se encuentra rodeado de otros demonios importantes pero logras distinguir al príncipe Estolas, discutiendo asuntos cruciales para el equilibrio del inframundo.

Aunque su mente está ocupada con las responsabilidades que tiene como gobernante, su corazón sigue anhelando despertar a Lucifer y reunir a su familia una vez más.

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La habitación de Lucifer está sumida en la penumbra, con solo la luz tenue de las velas iluminando el espacio. La pequeña Charlie, con pasos cuidadosos, entra en la habitación y se acerca a la cama donde su padre yace inmóvil.

Con ternura, sube con cuidado a la cama y se sienta junto a él.

Charlie comienza a hablarle a Lucifer acerca de su día, compartiendo todos los detalles emocionantes que ha experimentado.

Le cuenta sobre el delicioso desayuno que tuvo, con pan tostado y mermelada de fresa, y cómo pasó tiempo con su querida tía Rosie. Rosie la llevó a explorar una zona boscosa del barrio caníbal, donde Charlie pudo ver árboles altos y escuchar el canto de los pájaros.

La pequeña Charlie continúa hablando, mencionando cómo su tío Husk le preparó un batido de frutillas, su favorito.

Mientras bebe el batido, Husk le contó historias divertidas y le hizo reír con sus ocurrencias.

Aunque Lucifer permanece en la misma posición de siempre, sin moverse ni responder, Charlie sabe que él la escucha atentamente.

Con un gesto lleno de amor, Charlie se inclina y besa una de las mejillas de Lucifer. Luego, se acuesta a su lado, abrazándolo suavemente.

En un susurro, le dice cuánto desea que despierte y vuelva a estar con ella. Aunque Lucifer no responde, Charlie siente en su corazón la esperanza de que algún día su padre despertará y podrán compartir momentos juntos nuevamente.




El segundo gobernante después de la historia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora