capitulo 5: "La Misión de Husk"

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Husk se encontraba en un bar de mala muerte, cumpliendo un capricho de su mejor amiga, Rosie.

Ella había oído hablar de un demonio cabra cuya carne, según decía, sería deliciosa al vapor.

"Soy una dama y no iré a esa clase de lugares tan vulgares. Tengo clase, querido Husk, pero realmente me encantaría cocinar al vapor esa carne. Además, en el infierno es muy escasa y es raro ver a un demonio cabra", le había dicho Rosie.

Aunque a Husk no le gustaba la idea, no podía negarse a los deseos de Rosie, una dama encantadora que se había convertido en una figura importante en su vida. Así que allí estaba él, en ese lugar vulgar, cumpliendo el capricho de su amiga.

Husk entró al bar y arrugó la nariz. No es que no estuviera acostumbrado a este tipo de lugares, después de todo, era el dueño del territorio con mayor número de casinos, casas de apuestas y bares en todo el infierno.

Se dirigió a la barra y pidió un buen trago, que le fue servido con habilidad. Tomó un trago y empezó la cacería. Volteó la silla y sus pupilas se contrajeron, buscando a quien debía llevarse esa noche para que sea deliciosamente preparado por Rosie.

Pasaron los minutos y finalmente lo encontró. El demonio cabra estaba saliendo por la puerta trasera.

Husk lo siguió y lo encontró besando a la fuerza a un demonio araña que se movía bruscamente para escaparse. Husk estaba a punto de intervenir cuando un disparo se escuchó. El demonio araña había disparado en la cabeza al demonio cabra.

_ Por poco y me creo que eras una princesa en apuros _  se burló Husk, haciéndose notar.

El demonio araña, al notar su presencia, entró en pánico y apuntó a Husk con la misma arma con la que había disparado al demonio cabra.

Justo cuando el demonio araña, Ángel, estaba a punto de hablar, la puerta se abrió de golpe y Valentino apareció.

_ Ángel, ¿ya terminaste? _  preguntó. Pero al ver el cadáver de su cliente, su rostro se ensombreció de furia. Parecía que estaba a punto de golpear a Ángel, pero Husk intervino rápidamente.

_ Yo lo maté _ declaró Husk en voz alta, _ tenía una deuda conmigo, sabes cómo es _ Valentino pareció olvidar momentáneamente a su cliente muerto y se volvió hacia Husk. _¿Y qué trae al gatito del soberano Alastor por aquí?_  preguntó con una sonrisa burlona.

_ Ya dije, solo vine a llevarme a este bastardo _  respondió Husk, envolviendo en su poder demoníaco el cuerpo del demonio cabra, que se transformó en un dado que guardó en su bolsillo.

_ Entonces, ¿me pagarás lo que iba a darme por mi puta? _ preguntó Valentino con altanería. Husk sonrió tétricamente. _ Claro, dinero es lo único que quiere alguien tan insignificante como tú _ respondió, lanzándole un fajo de billetes a Valentino.

_ Con eso espero que tengas suficiente _  añadió Husk. Valentino rió y asintió. _ Claro, con esto pagas toda una noche con mi estrella. Ángel, atiéndelo bien _  ordenó antes de volver a entrar al bar.

_ Bueno, soy tuyo toda la noche, gatito_  dijo Ángel, mirando a Husk. _ Ni me interesa, gracias _ respondió Husk, comenzando a caminar fuera del callejón. _ Espera, si regreso sin hacer mi trabajo, Val va a matarme. Por favor, si no vas a follarme, al menos no me dejes aquí _  suplicó Ángel.

_ Bien, sube al auto _  indicó Husk mientras caminaba fuera del callejón. Ángel subió al auto como Husk le indicó, pero se mostró confundido cuando Husk mencionó que iban al palacio. _ ¿Al palacio? _  preguntó Ángel, sin entender por qué irían allí.

Husk sonrió con malicia. _ Realmente no sabes quién soy, ¿verdad? _ dijo Husk, y Ángel negó con la cabeza. _ Ja, no sé si eres tonto o ingenuo_  se burló de Ángel, rodando los ojos.

_ Bien, llegamos. Guarda silencio _  indicó Husk mientras bajaba del auto y ayudaba a Ángel a bajar también. Ángel se sujetó del brazo de Husk y rió un poco.

_ Oh, así que el gatito es todo un caballero _ comentó.

Al llegar a las grandes puertas del palacio, estas se abrieron con un sonido espeluznante. Un imp fue llamado y se acercó a Husk.

_ Prepara una habitación _ ordenó Husk con autoridad.

_ Si, señor Husk _ respondió el imp y se apresuró a cumplir la orden.

Husk y Ángel entraron al palacio, adentrándose en un ambiente lujoso y oscuro.

Tal vez esta noche no sería igual, tal vez esta noche sería la que cambiaría su destino y su podrido estilo de vida.


















El segundo gobernante después de la historia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora