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N.A: pido disculpas, empecé la universidad de nuevo y la verdad que no estoy organizada todavía con los horarios, con los tiempos "libres" para poder actualizar como me gustaría y esta historia tiene cierta complejidad para mí que me pide que preste más atención, los leo en comentarios, saludos!

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- ¡Val! – el semigigante la atrapó en sus brazos levantándola del suelo – que grande estás, estoy realmente feliz de verte de nuevo

- También estoy feliz de verte de nuevo, Hagrid – sonrió honestamente antes de sentir olor a sangre - ¿estás herido?

- Oh...lo siento – la dejó en el suelo viendo sus pupilas rojas – lo tengo tan naturalizado que no me di cuenta

- Sabes que no es un problema para mí – se encogió de hombros mientras tomaba su mano para analizar su rostro magullado – siéntate, voy a prepararte té y aplicarte algunas pociones

- Gracias, Val – la miró con una pequeña sonrisa mientras se movía por la cabaña - ¿Qué tal las cosas por aquí?

- Bueno, imagino que sabes que el Ministerio mandó a alguien para hacer las cosas difíciles y seguramente Umbridge no tarde en aparecerse para cuestionarte donde has estado – suspiró sacando algunas pociones curativas de su maleta, que su madre le había enseñado a preparar – te recuerdo que no puedo volar, y eres demasiado alto así que necesito que te sientes

- Correcto – se rio antes de sentarse y que Fang se acercara para lamer su mano – Dumbledore me advirtió que las cosas están complicadas por aquí

- Un poco – asintió aplicándole las pociones mientras escuchaba el agua hervir – sabes que no voy a preguntarte que ha ocurrido, pero necesito asegurarme de que tus heridas no van a empeorar

- Fueron momentos difíciles y agradezco que confíes en mí lo suficiente para no preguntar – sonrió mirándola - ¿Cómo estás llevando el trabajo de guardabosques?

- A decir verdad, casi no me dejan entrar al bosque los centauros, pero gracias a la imprudencia de Snape me dieron permiso – vio la sorpresa de Hagrid – pero imagino que van a estar muy molestos contigo

- No tengo idea de que estás hablando, Val – la miró un poco nervioso

- No voy a insistir, pero puedes enseñarme cuando quieras el latido extra que hay ahora en el bosque y hablarlo mejor

- Veo que has aprendido a entrenar tu oído – se sonrojó por la mirada que le dio después de alejarse – gracias por curarlas, siempre tuviste manos para esto

- Puedes preguntarle a Madame Pomfrey que más puede ayudar, para que no empeoren – sonrió sentándose frente a él – por cierto, seguramente el trío de oro aparezca por aquí para interrogarte

- ¿Fueron duros contigo? – vio la pequeña sonrisa crecer y no pudo evitar reírse – claro que contigo lo tienen difícil, porque eres una tumba

- De algo tiene que servirme estar muerta, amigo mío – ambos se miraron seriamente antes de reírse – te extrañe

- También te extrañe, y tu oscuro sentido del humor – negó antes de ver algo en su mirada – puedo ver que algo se te escapó ¿verdad?

- Al parecer, no puedo decirle que no a la joven Granger – suspiró negando – nada de qué preocuparse por supuesto, pero tengo que tener cuidado...además Dumbledore me ha pedido que los cuide

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