Blood

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Hermione entendió que ese era su lugar en el mundo, en los brazos de su pelinegra, pues desde que descubrió que era una bruja recibió demasiados insultos por ser hija de muggles, incluso Draco le dijo muchas veces el término "sangre sucia", pero ahora con su esposa, un vampiro milenio y hechicera de sangre pura...decidiendo usar su apellido con orgullo y honor, le llenaba completamente el corazón de amor y emoción

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Disfrutaron de su nuevo status de casadas durante esos cuatro días después de la boda, completamente solas, compartiendo de la calma y comodidad de ser simplemente ellas sin temor a la guerra, a tener que estar escondidas, a tener que pretender que eran profesora – alumna. Tuvieron algunas charlas banales, otras más serias, muchas caricias, hacer el amor hasta que el sol volvía a iluminar el día, antes de regresar en la Víspera de Noche Vieja a La Madriguera.

Fueron recibidas por abrazos de sus amigos y familiares que se encontraban ahí preparando todo para la cena de despedida de ese año tan caótico, pues si alguien les recordaba que en el anterior comentario se encontraban en guerra temiendo por sus vidas no lo creerían en caso de no haberlo vivido. Ayudaron en la medida en que Molly las dejaba pues estaba más interesados en preguntarles que tal habían pasado esos días a solas, Hermione comenzó a contar sobre lo increíble que era la cabaña mientras que su esposa escribía una carta para Kingsley, pidiendo una reunión.

En vez de recibir una carta en respuesta a su petición, se sorprendieron de verlo aparecer en los terrenos mientras preparaban la mesa para la cena, algunos se alarmaron pensando que estaba ocurriendo algo verdaderamente grave hasta ver la sonrisa que acompañaba su rostro.

- Ministro – Molly fue la primera en romper la tensión que se había generado - ¿ocurre algo?

- En realidad, eso me gustaría saber – el hombre sonrió antes de dirigir su mirada hacia la pelinegra – Valkyria me escribió una carta para reunirnos

- ¿Vas a volver a ser auror? – Harry miró a su tutora con ilusión de volver a compartir el campo con ella

- Por supuesto que no, Harry – sonrió antes de tomar la mano de su castaña – queríamos hablar con usted de algo

- Seguro – asintió dejando confundidos a todos

Se alejaron un poco por los terrenos para tener una conversación un poco más privada, la mayoría se relajó al ver que la pelinegra rodeaba en sus brazos a Hermione apoyando su barbilla en su hombro, nada que fuera tan grave o serio las tendría a ambas en ese estado de relajación. Ambas sonrieron antes de expresarles su idea a Kingsley de adquirir un terreno en el que construir su próximo hogar familiar, donde seguir viviendo la historia que querían para ambas.

- Bueno, esas cuestiones se manejan en otra área del ministerio – Kingsley las miró con una sonrisa – podría intentar averiguarlo y enviarles la información estos días

- Eso sería increíble – Hermione sonrió acariciando las manos de su pelinegra – aunque teníamos otra idea

- ¿Qué idea? – las miró un poco confundido

- Queríamos saber si la casa de los gritos está dentro de la jurisdicción mágica – vieron la sorpresa crecer – es una linda propiedad y la verdad que trabajando en Hogwarts sería algo bueno para nosotras

- Es jurisdicción mágica, si están interesadas en renovarla estoy seguro de que puedo conversar para que sea de ambas – asintió con una gran sonrisa – prometo enviar noticias en unos días ¿es urgente?

- No realmente, todavía nos quedan unos meses en Hogwarts – Hermione se apoyó más en el pecho de su esposa – nuestra idea es renovarla durante el siguiente verano

Acordaron que el ministro enviaría información por carta en unos días luego de investigar mejor en el sector correspondiente del ministerio, se despidieron del hombre antes de regresar con los demás que seguían mirándolas expectantes de que contaran que estaban tramando, así que mencionaron que lo contarían en la cena, claro que antes de que alguien se quejara los gemelos se aparecieron detrás de Valkyria antes de tomarla entre sus brazos para llevarla otra vez apartada de los demás.

- Me gustaría una explicación para que me alejaran de mi esposa – levantó una ceja mirándolos – y para no golpearlos

- Bueno, no nos gustaría que nos partas estás maravillosas caras – George sonrió mirándola – con Fred estuvimos pensando en nuevos productos

- Y queríamos un poco de tu ayuda para eso – Fred la miró juntando sus manos en suplica – eres la que más sabe sobre ingredientes, combinaciones poco peligrosas

- Me encantaría ayudarlos, pero a la vez quisiera saber que son esas cosas con las que quisieran innovar – se cruzó de brazos distrayéndose un momento con la risa de su esposa seguramente por algo que había dicho Ginny

- Queremos que sortilegios Weasley sea también una tienda donde vendamos cosas que sean más allá de las bromas – se sorprendió al escucharlos decir eso

- Creemos que podemos ayudar a más de uno desde otro lugar a parte de las bromas

- En ese caso, me encantaría ayudarlos – asintió extendiendo sus manos para estrecharlas con los gemelos - ¿en qué quieren trabajar primero?

- En la forma de que las criaturas, brujas que deseen tener hijos y no puedan de manera "natural" – George hizo comillas en esa palabra pues no le gustaba del todo – puedan hacerlo, a través de una poción o quizás un hechizo

- ¿De verdad? – no pudo evitar emocionarse pues era algo que habían hablado con Hermione

- Pensamos en ti – Fred asintió rodeando su hombro con una inmensa sonrisa – no tenemos mucho conocimiento sobre vampiros milenio, pero si podemos nos gustaría ayudarlas

- A veces son adorables – sonrió limpiando una lágrima que se deslizaba por su mejilla rodeándolos en un abrazo – lo que necesiten pueden escribir una lista para investigarlo o incluso si lo sé puedo escribirlo para ustedes y enviarlo si ya estoy en Hogwarts

- Tenemos que aprovechar que no duermes – no pudieron evitar reírse pues era cierto – ahora regresemos antes de que mamá nos venga a buscar

Claramente ninguno quiso revelar de que se había tratado su reunión, Hermione se preocupó un poco al ver una lágrima solitaria deslizándose por la mejilla de su esposa, solo basto compartir una mirada para entenderse de que no era nada grave sino todo lo contrario. Durante la cena aprovecharon para contarles su idea de comprar la casa de los gritos, ganándose algunas miradas de sorpresa, otras de emoción al verlas completamente seguras de el proyecto a futuro que querían juntas.

No habían quemado ninguna etapa, conociéndose de a poco, siendo ellas mismas con la otra sin esconderse, dejando que vieran la parte más vulnerables, siendo amigas, luego novias y ahora siendo esposas estaban seguras de que querían en un futuro quizás no tan lejano querían ser madres.

Recibieron el año nuevo con esperanza, alegría de nuevas posibilidades, sobre todo el poder planear más a futuro sin temor a que un villano sin corazón como lo era Voldemort regresara para hacerles la vida imposible. Se despidieron después de muchas risas, anécdotas viejas, con la promesa de reencontrarse al día siguiente para pasarlo juntos quizás jugando al Quidditch.

La nuevapareja de casadas, decidieron la privacidad de la carpa que usaron durante susmeses escapando, la pelinegra no pudo evitar contarle lo que había conversadocon los gemelos viendo la emoción crecer en la mirada de su castaña, esaposibilidad casi tangible de ser madres en un futuro cuando se sintieranlistas. Así que, sin dudas, Valkyria ayudaría en todo lo que pudiera a losgemelos, sabiendo que al despertarse todos en la mañana le entregarían unalarga lista que seguramente tenían preparada desde antes de preguntarle parahacer todo el trabajo más fácil.