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Al terminar de leer la carta no pudo evitar contener la sonrisa en su rostro, mirando al pequeño autillo acomodado en el alfeizar de la ventana como si esperara que lo enviaran con una respuesta de regreso, se acercó para dejar una pequeña caricia en su cabecita viendo que se acurrucaba en su mano, no le temía y eso hizo que un calorcito se alojara en su pecho. Tomó un pergamino limpio de su escritorio junto a una pluma antes de sentarse para pensar en cuál sería la respuesta más adecuada para enviarle a Hermione, incluso un nombre, hasta que no tuvo dudas.

"Hermione:

No era necesario que me regalaras nada, no podía permitir que les ocurriera nada, en especial a ti, tampoco me molesta que hayas enviado una carta tan pronto sino todo lo contario. A mí también me gustaría tener una conversación pronto y está vez quizás un poco más honesta. Se me ocurre que el mejor nombre que podría tener es Runa, hazme saber si te gusta.

Con cariño, Valkyria."

Después de releerlo supo que no tenía mucho más para decir en ese momento, así que luego de dejarlo dentro de un sobre le pidió a su nuevo amigo que lo entregara al lugar de donde había venido y que tuviera cuidado...el pequeño revoloteo en su mejilla antes de salir por la ventana para emprender su vida de regresó. Decidió que lo mejor que podía hacer en ese instante era acomodar un par de cosas en su antigua habitación en lo que esperaba una respuesta de la castaña, quizás darse una ducha en lo que sus madres terminaban con su trabajo en Hogwarts.

La siguiente carta que recibió fue una afirmación del nombre, había comprado lo necesario para que estuviera cómodo, sin embargo, parecía preferir acurrucarse en el hombro de la pelinegra lo más cerca que podía de su cuello...sus madres se habían reído la primera vez que vieron la situación antes de sentir ternura por lo apegado que parecía el pequeño animal. Si alguien interceptaba sus cartas sin dudas no entenderían absolutamente nada pues comenzaron a hablar con runas, Hermione al principio un poco frustrada con un libro a su lado, hasta que comenzó a entender como funcionaba.

Incluso llegaron al acuerdo que la pelinegra buscaría a Hermione de casa de sus padres para guiarla a salvó hasta La Madriguera punto de reunión todos para mantener a Harry seguro, así que continuaron con sus correspondencias, hablando de cualquier cosa, libros, historias, runas, dejando de lado un poco las confesiones de antes, al menos hasta que se reencontraran personalmente. Durante el verano recibió a los Tonks en casa de sus madres para festejar adelantado su cumpleaños, antes de que Kingsley llegara con un mensaje de la Orden de que pronto Dumbledore se encargaría de trasladar a Harry y necesitaba la presencia de la pelinegra con él.

No había dudado en aceptar pues sabía que el hombre tenía demasiados planes para todos los involucrados de los que te enterabas eventualmente sobre la marcha, así que no quedó más opción que buscar primero a la castaña saludando educadamente a sus padres, abrazando a Molly con fuerza mencionando que regresaría al día siguiente pues tenía que acompañar al director a un sitio importante, compartiendo una pequeña, pero significativa mirada con la joven Granger sobre posponer su conversación unos días.

Ya había dejado su maleta en La Madriguera cuando Dumbledore llegó, se despidió de sus madres con fuerza mencionando que se verían pronto en el colegio, antes de aparecerse en Privet Drive sin más información que el hecho de que tenían que sacar a Harry de ahí con toda la discreción y el cuidado posible, pues sabían que los observaban entre las sombras. Las calles estaban vacías a esa hora, las luces desaparecieron momentáneamente hasta que suaves toques rompieron el silencio llamando la atención de los Dursley quienes no podían creer que estuviera esa gente del otro lado.

Harry bajó sorprendido de saber que estaban ahí de verdad, queriendo abrazar a la pelinegra al ver la sonrisa de lado que le dio, a pesar de haber compartido cartas no podía negar que la extrañó pues se había vuelto una gran confidente ese último tiempo y, aún más porque parecía entender perfectamente lo que sentía con la perdida de Sirius. Una conversación demasiado incomoda más tarde con sus tíos ambos pelinegros se enteraron de que el padrino del muchacho le dejó toda su herencia incluido a Kreacher, pero también que había nombrado a Valkyria su tutora en el mundo mágico.

- El Ministerio ha aceptado su petición por lo que solo les queda a ambos aceptarlo – miró con una pequeña sonrisa curiosa a ambos

- Estoy completamente de acuerdo – el joven no pudo evitar sonreír pues significaba que no pasaría tanto tiempo con sus tíos - ¿Val?

- Siempre voy a protegerte, Harry – asintió con una pequeña sonrisa y una mirada cargada de afecto – sé lo prometí en más de una ocasión a Sirius, no voy a faltar a su memoria

El chico se despidió de sus tíos, luego de que el director terminara con su monologo pues no habían emitido más que monosílabos, así que envió las pertenencias del chico hasta La Madriguera antes de manifestar que tenía que acompañarlo a otro sitio, Valkyria asintió al mensaje implícito de que debía aparecerse sola y esperar para conversar con el chico una vez que lo dejara a salvo.

Un par de preguntas de seguridad después por parte de Molly se encontraba sentada en la gran mesa familiar conversando sobre cómo estaban las cosas últimamente en el mundo mágico con los constantes ataques de mortifagos, los dementores robando la felicidad sin que los muggles se enteraran de absolutamente nada, Ginny bajó corriendo para abrazar a la pelinegra pues no había tenido oportunidad después de que dejara a Hermione el día anterior, explicándoles que Dumbledore necesitaba a Harry para algo antes de traerlo.

Lo que ocurrió minutos después, teniendo que responder a las preguntas que asignaron para eso, el chico aceptó el abrazo de la madre de su mejor amigo antes de tomar asiento junto a Val sorprendido de que los demás ya estuvieran descansando pues no imaginaba que fuera tan tarde...no pasó desapercibida su mirada hacia el reloj familiar Weasley que no dejaba de marcar "peligro inminente" sabiendo que la situación era incluso más grave de lo que se comentaba en El Profeta.

- ¿Tienes hambre, cielo? – lo miró con una pequeña sonrisa al verlo asentir – tengo algo listo para Arthur

- ¿Las guardias se extendieron? – Val vio que la mujer asentía, suspirando – incluso a mí me han llamado para regresar

- ¿Volver a ser auror? – Harry estaba sorprendido viendo que asentía – pero no has aceptado ¿verdad?

- No puedo aceptarlo, Harry – rodeo sus hombros con su brazo – el nuevo ministro no es mi mago favorito y sé que va a utilizar mi condición en mi contra de ser necesario

- ¿Qué sabes de él? – Molly se acercó entregándole un cuenco de sopa al pelinegro y una taza con sangre a la chica – Arthur no ha querido decirme mucho

- Él es uno de mi especie – vio la sorpresa en ambos – claro que no está registrado y ha sabido disimularlo muy bien durante años, por supuesto que no está de acuerdo con mi dieta

- ¿Cómo pudo llegar a ser ministro así? – Harry estaba bastante confundido

- Porque cuando la gente no sabe quién eres no puede temerte, sólo respetarte por tus hazañas – se encogió de hombros dándole un sorbo – si bien no fue él quién me mordió, si lo hizo su mano derecha

- ¿Y esa criatura está en el ministerio? – Molly se levantó alarmada – teniendo a cualquiera a su merced

- Está muerto, Molly – vio que se sentaba y sus latidos se tranquilizaban – junto a Moody nos encargamos de atraparlo hace tiempo

Escucharon la puerta antes de que Molly algo alarmada se acercara compartiendo las preguntas de seguridad que tenía con su esposo, saludando a ambos pelinegros con una expresión bastante cansada en su rostro, conversando de algunas cosas sobre todo lo que Dumbledore le había pedido al muchacho...aparentemente necesitaba que convencieran a un antiguo profesor para que regresara a la escuela a enseñar, Val podía imaginarse de quién se trataba sólo que no el motivo para hacerlo justamente ahora.

Cuando todos se fueron a dormir, la pelinegra se recostó en el sofá observando por la ventana la noche, sin evitar escuchar el corazón tranquilo de Hermione en los pisos de arriba antes de sentir que Runa se acercaba para acurrucarse en su cuello...había estado junto a Hedwig desde que llegó y ahora necesitaba su dosis diaria de atención, sabía que en la mañana con todos despiertos tendría que tener la conversación pendiente con la castaña, ya no podía postergarlo más, aunque lo intentara.    

BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora