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Así que, esa noche después de que la castaña guiara a los estudiantes a la sala común acompañada de la pelinegra, quién quería saludar al retrato de la Dama Gorda, se dirigieron minutos después a la habitación de Val a pesar de tener una conversación pendiente en ese instante Hermione simplemente quería disfrutar de los últimos minutos del cumpleaños de su novia amándola.

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Después de morir y despertar siendo un vampiro milenio, había llegado a odiar todo lo que tuviera que ver con descansar, las camas, el dormir, pues era algo que ya no podía hacer, por lo que le resultaba bastante molesto tener que pretender en el pasado durante sus primeros años como estudiante que lo hacía, cuando tenía que compartir habitación con sus compañeras.

No había nada que disfrutara menos que estar recostada, o eso había sido hasta conocer a Hermione, hasta que comenzaron a compartir la cama juntas, que se volvió rápidamente de sus cosas favoritas, el sentir el calor de la castaña junto a ella, su piel desnuda junto a la suya, su mano aferrada a su cintura, su respiración tranquila y los suaves latidos de su corazón. La combinación de todo eso, de lo que significaba compartir ese momento con el amor de su vida, había hecho que amara la idea de quedarse a su lado con los ojos cerrados a pesar de que ambas sabían que no necesitaba hacerlo o incluso dormir.

La castaña se lo había mencionado una noche, que podía quedarse junto a ella hasta que se durmiera y luego podía levantarse para leer o hacer cualquier cosa para no aburrirse, desde luego que ningún plan le parecía tan interesante como quedarse allí, y sin dudas no había manera de que permitiera que su novia se despertara sola en una cama fría y vacía, no cuando ella podía permanecer perfectamente a su lado.

Así que la mañana siguiente, con el primer día de clases oficial se encargó de despertarla con besos suaves en su rostro, acompañándola a su habitación luego de asearse para que se colocara el uniforme y juntas caminaran hasta el Gran Comedor para el desayuno. Minerva las miró con cierta desaprobación pues no le parecía que estuvieran siendo discretas, aunque claramente ningún estudiante a excepción de Ginny, Neville y Luna se habían dado cuenta de esa información, por lo que la pelirroja aprovechó para molestar a su mejor amiga sobre su noche.

Valkyria no negaría ni afirmaría a nadie los nervios que tenía al enfrentarse a su primera clase de la mañana con niños de primer año, o al menos lo había estado hasta entrar al salón sintiendo el miedo que tenían todos, los nervios y sobre todo lo acelerados que tenían los latidos por tener que enfrentarse a esa situación no sólo tan temprano sino considerando que algunos provenían de familias muggles.

- Buenos días a todos – le respondieron el saludo todavía nerviosos – antes de comenzar con las lecciones me gustaría que levantaran la mano aquellos que no han tenido ningún acercamiento a la magia hasta hoy – algunos levantaron tímidamente la mano – muy bien, ahora los que a pesar de conocer sobre la magia no tienen mucho conocimiento sobre las artes oscuras – del resto la mayoría levantó la mano – perfecto, en ese caso imagino que tengo que presentarles que significaban para que en caso de necesitarlo puedan defenderse

Los nervios fueron desapareciendo tanto en los alumnos como en la pelinegra al explicarles los orígenes de las artes oscuras, las cosas que aprenderían a lo largo de ese año dejándoles como pequeña tarea que investigaran por su cuenta alguno de los autores que mencionó y pudo ver que anotaron para debatir la siguiente clase.

Las siguientes clases con años más avanzados había repetido las preguntas modificándolas un poco sobre quiénes habían hecho hechizos hasta entonces, quienes no habían tenido la mala fortuna, así como si conocían criaturas mágicas o demás temas que entraban en el programa de cada año.

BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora