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N.A: Hola! Nuevo capítulo, los leo en comentarios, saludos!

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Sin dudas sería una tarea difícil mantener cierta distancia durante el día con Hermione, porque cada vez que sentía su corazón latir con fuerza lo único que quería era rodearla entre sus brazos, besarla y porque no permanecer ahí para siempre.

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Los siguientes días antes del fin de semana aprovechó la petición de Dumbledore de mantenerse alerta y vigilar el castillo para conversar con Hagrid quién se encontraba por las mañanas vigilando los pisos inferiores dejándole a ella los superiores. Eso solo significaba que podía pretender que estaba haciendo su trabajo en lo que saludaba a la castaña en la biblioteca, saludando a Madame Pince.

- Siempre es un placer verte por aquí, joven Valkyria – asintió con una sonrisa - ¿vienes buscando algo en particular?

- Lectura ligera – asintió antes de caminar hacia la sección de runas antiguas

- ¿No deberías estar vigilando el castillo? – escuchó la voz de la castaña antes de girarse y guiñarle un ojo

Tomó uno de sus libros favoritos que casualmente sabía que podría servirle para sus clases a la castaña antes de acercarse y dejarlo sobre la mesa, notando que levantaba una ceja intentando averiguar que pretendía con eso, se encogió de hombros con una sonrisa de lado colocándose las gafas de sol.

- Puede ser de ayuda con la tarea de runas antiguas – asintió – la veo luego, señorita Granger al parecer tengo que vigilar el castillo

- Gracias, Val – sonrió mirando el libro antes de verla caminando hacia la salida - ¿nos vemos está noche?

- No puedo esperar – se giró antes de ver a Madame Pince - ¿no llegaron nuevos libros?

- Lo siento, Val – sonrió de lado – por ahora tenemos los mismos de siempre

- Claro, voy a hablar con unos amigos a ver si pueden enviar nuevos – asintió antes de salir de la biblioteca

La castaña no pudo evitar abrir el libro una vez que la pelinegra desapareció de ahí notando que efectivamente era lo que necesitaba para las tareas pendientes que tenía de Runas Antiguas, no entendía cómo podía saberlo, pero no evito que su corazón se acelerara por lo detallista que era al ayudarla sin decir mucho.

Val por su lado continuo su trabajo sorprendiéndose cuando Hagrid se acercó mencionando que había una situación en el lago, las criaturas del agua estaban comportándose de manera extraña y alguien tendría que entrar allí para tranquilizarlas. Suspiró sabiendo que se congelaría demasiado, pero siendo de las pocas que sabía hablar sirenio no tuvo alternativa, dejó su saco junto a sus botas antes de arrojarse a las profundidades con la mirada curiosa de algunos estudiantes.

Salió minutos después con una expresión bastante seria en su rostro y su camiseta bastante destrozada por haberse enfrentado a la ira que sentía las criaturas de que alguien estuviera intentando colarse en sus terrenos, por fortuna pudo explicarles que estaban a salvo y nadie les pediría que hicieran nada malo.

- ¿Estás bien, Val? – Hagrid se acercó con una gran toalla – parece que te dieron una paliza

- Jamás te metas en medio de seres con cola, Hagrid – negó agradeciéndole pues estaba bastante frío – pero está solucionado y ahora voy a tener que visitar la enfermería

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