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Oikawa

La mañana iniciaba, iluminando el cielo y los edificios de Buenos Aires.
__(tn), estaba repasando una y otra vez sus apuntes a la par de un gesto fruncido debido a la exasperación. Hoy era el día de su examen, (¿parcial le decian aqui, verdad?) más importante en la UBA, y aunque su nerviosismo estaba a flor de piel, yo confiaba en que le iba a ir bien.

—Confía en vos misma, __(tn). Has estudiado mucho— le dije, intentando de contagiarle confianza.

Ella me ofreció una sonrisa agradecida. —:Gracias, Tooru. Solo espero que todo este esfuerzo valga la pena —respondió, cerrando sus hojas y soltando un extenso suspiro.

La acompañé a rendir, es una universidad que siempre me había impresionado por su arquitectura grandiosa y su aire de "poderosa". Mientras ella entraba tras las puertas del aula, me quedé afuera, mi mirada perdida en los detalles de la fachada, cada escultura y cada ventana. ¿Cuántas gente habrá pasado por aquí?

El edificio no sé si tenía algun tipo de poder pero, me hizo pensar en muchas cosas. Pero sobre todo, en que la mujer que acaba de entrar aquel salón, esta influenciando fuertemente en mi vida.

Los minutos pasaban a la par de los estudiantes que caminaban frente a mí hablando entre ellos o incluso, con sus hojas. Este podría haber sido mi futuro... ¿verdad? Uno de ellos...

Finalmente, la puerta se abrió y __(tn) salió. Su cara reflejaba una mezcla de alivio y cansancio. Sonreí feliz al verla y me levanté del banco.

—¿Cómo te fue? —saco de mi bolsillo su chocolate favorito, el cual era de una marca llamada "Felfort".

—Creo que... me hicieron el orto —respondió agotada y aceptó el chocolate—. O capaz que no. No sé, ¡dios! —se quejó refregando su cara con sus manos.— Gracias por acompañarme, Tooru.

—¿Qué te parece si vamos a comer? Es mi invitación por tu esfuerzo. En mi país se aprecia mucho eso —sugerí, deseando pasar más tiempo con ella.

Ella asintió, y caminamos dirigiéndonos hacia un pequeño café que conocíamos bien.

—¿Sabes, __(tn)? Hay algo que quiero decirte —comencé, mi corazón latiendo con fuerza me dificulta el habla.

Pero antes de que pudiera continuar, fuimos interrumpidos por un compañero de Díaz que salía del aula.

—¡Díaz! ¿Cómo te fue en el examen?—preguntó con entusiasmo.

Díaz se volvió hacia él, y la oportunidad se desvaneció.

—Fue bastante bien, creo. ¿Vos? — respondió enfatizando el 'creo', y la oportunidad se me fue de las manos.

Entendí que quizás no era el momento de confesarme. Ella se despidió de su compañero y me miró ansiosa.

—Me olvidé que era —mentí—. Vamos, tengo hambre.

El café lo habia encontrado hace unas semanas, recorriendo con lis compañeros. Era un café que te transportaba a una época ya olvidada de Buenos Aires. Me gustaba. Siento que era una época pintoresca.

—Este lugar es hermoso, Tooru. ¿Cómo lo encontraste? —preguntó Díaz, mirando a su alrededor con aprecio.

—Un poco de exploración —respondí con una sonrisa. —,Y algo me decía que te gustaría. Tu orgullo por tu país te puede más —me burlé.

Pedimos un 'brunch' puesto que ella estaba "cagada de hambre" como me confesó, cosa que me dio risa. Demasiado. Hay palabras o expresiones que no termino de procesar y me generan tanta diversión.

—Siempre quise ir a Japón —confesó, sus ojos brillan con el deseo. —La cultura, la comida, los paisajes... debe ser increíble.

—Algún día iremos —dije, y algo en mi tono hizo que ella me mirara con curiosidad.

Porque, de verdad, que quiero que ella conozca un poco más de mí.

Mientras ella comía no paraba de pensar en como hubiera sido si estuvieramos en otro lado... como en Japón. Iwa me molestaría pero estaría orgulloso de que al fin, tengo novia, si bien solo tuve una, mis fans impedían cierta... cercanía hacia otras mujeres.

El Aoba... Dios. Como los extraño. Como extraño eso...

—Che, ¿Estás bien?

—Sí, sí. Me puse nostálgico. Shoyo me trae recuerdos de aquellos años.

Ella sonrió enternecida y siguió con los suyo.

¿He cambiado? Si me viera Iwa... ¿diría que he cambiado o sigo siendo el mismo capitán del Aoba Jhosei?

••
¡hola y adiós!

Argentoto || Oikawa Tooru Y Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora