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Díaz

La noche se había despejado después de la lluvia, dejando el aire fresco y limpio. En mi departamento, el ambiente era acogedor, lleno de risas y el olor de tacos caseros. La mesa estaba llena de tortillas calientes, salsas picantes y un montón de rellenos: carne, verduras crujientes y un queso que tenía toda la pinta de estirarse en cada mordida que le des.

Oikawa, con esa sonrisa que últimamente me desarma, se sentó a mi lado.

—__(tn), ¿alguna vez has probado los tacos al estilo japonés? —preguntó, con un brillo de picardía en sus ojos que acompañaba a su gesto.

Levanté una ceja, divertida.

—¿Tacos japoneses? No sabía que eso existía.

Shoyo, desde el otro extremo de la mesa, no pudo contener su curiosidad.

—Bueno, no son tradicionales, pero Oikawa dijo que nos haría algo especial. Una fusión de Japón y México. No me dijo exactamente el qué —lo miró atento.

Sofía, mi mejor amiga, soltó una carcajada. —Me llama ma atención. ¿Qué tenes planeado, Oikawa?

Él se levantó con un aire teatral y su sonrisa arrogante qué empezaba a adorar.

—Prepárense para los tacos de cerdo al estilo japonés —anunció, sacando ingredientes de su mochila como un mago sacando conejos de su sombrero. —. Cerdo marinado en salsa de soja, jengibre y ajo, cocinado hasta que esté perfectamente dorado.

Shoyo casi saltó de su silla.

—¡Eso suena genial! ¿Necesitas ayuda?"

Oikawa lo miró con una mezcla de fastidio y diversión. Aunque podría ser también de disgusto. Estos dos tenian cierta enemistad, ¿amistad rivalidosa? No, esa palabra que acabo de inventar es horrible.

—Shoyo, tu entusiasmo podría quemar la cocina —dijo, pero había un brillo juguetón en sus ojos. —.Pero está bien, te lo permito. Solo no toques nada sin preguntar.

Con un asentimiento, Shoyo se unió a Oikawa en la cocina. Los dos parecían un dúo cómico; Shoyo demasiado ansioso por ayudar y Oikawa tratando de mantener todo bajo control. "¡Oye, eso no va ahí!" escuché a Oikawa decir en un momento, mientras Shoyo colocaba una tortilla directamente sobre la estufa.

Sofía y yo no podíamos parar de reír mientras los observabamos desde la mesa a estos dos en la cocina.

—Esos dos van a terminar haciendo tacos carbonizados en lugar de tacos de cerdo—Sofía dijo burlándose y en respuesta, asentí, porque tenía razón.

No podía dejar de mirar a Oikawa. A pesar de la pequeña rivalidad amistosa que tenía con Shoyo, trabajaban bien juntos. Y verlo tomar el control de la cocina... bueno, digamos que encendía algo más que el fuego de la hornalla.

Sofía me dio un codazo suave y susurró:

—Boluda, ese pibe va a hacer que te enamores, si no lo hiciste ya.

Le devolví el codazo, sintiendo cómo mi corazón se aceleraba un poco.

—Puede ser... —dije—. Pero por ahora, solo estoy concentrada en los tacos. ¿Y vos con Rodrigo?

Ella se encogió de hombrosz restandole importancia.

—Nos llevamos bien, fue algo casual... más de una vez pero, no creo que sea el tipo que me guste... quizas más adelante, no sé. Ahora solo es algo casual... nos... nos ayudamos mutuamente —rió y la miré incrédula para después reír.
Esta piba es terrible.

Apoyé parte de mi cabeza en mi mano, como típica enamorada, observando atenta su espalda como se contraia por los músculos, por las acciones que realizaba... lo concentrado que estaba, sentí que ponia total atención y dedicación casi igual que cuando juega o entrena. Y sentí que quizás, algo más se esta cocinando aparte de la comida.

•••
¡hola y adiós!

Ya terminé de escribir el fic PORFIN LOCO PORFIIINN
En los próximos días les estará llegando la notificación jiji
Tengo que terminar de corregir unas cositas y listo el pollo.
Alfin lo que tanto esperaban (yo mas q nada) se concreta gente✊️😔

Argentoto || Oikawa Tooru Y Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora