2

9.8K 1.2K 1.7K
                                    

Díaz

—¡Te lo juro! El chabon está buenísimo. Es extranjero y mide como dos metros y su carita y aa —suspiré ilusionada.

—No es como mi Rodri...

—Dejate de joder pelotuda, ese es un enano del orto y encima feo. No puedo creer que te dejes pelotudear por esa cosa.

Me dio un golpe.

—¡No seas forra! Está confundido...

Rodé los ojos.

—Sos una mogolica, literalmente, pero bueno...

—Bueno seguime contando, ¿y?

—¿y que? —repetí.

—¡El tipo ese boluda! Él que juega con la pelotita.

—¡Ah! Es de allá de esos-

—¿Los chinos, coreanos esos?

—Es japonés —corregí—. Bueno, cuestión, se llama Oikawa Tooru y me dijo que lo llame Toto. Es re buen pibe-

—Apenas lo conociste.

—¡Dejame terminar, infeliz! —suspiré— Tiene pinta de ser buen pibe, jugaba allá por lo que me dijo así rapidito y se vino para acá, juega en el club ese San Juan —hizo una mueca—, ni me preguntes de donde es porque es la primera vez que escucho ese club así que ni puta idea —rió—. Y... nada, eso. ¡Ah! Y claramente lo chamuyé, le dije que le quería agradecer por lo del teléfono que esto y que lo otro, que si quería le hacía de guía —guiñé el ojo—, hacia mi boca.

—¡Que trola! —reímos a carcajadas bromeando.

—Es joda, bueno y nada eso, así que ahora estoy esperando que me mande un mensaje o algo.

Sonrió pícara.

—Bastante rapidita.

—¡Hooola! ¿Por casa como andamos? —rió.

—Bueno, bien. Re lindo igual que hayas conocido a un extranjero, acá son todos re... tontitos.

Asentí.

—Ni me lo recuerdes. ¡Ay pero te juro! Tenía una carita preciosa y era re dulce y ¡Dios!

—Ya te enganchaste.

—¡No, pelotuda! ¿Qué flashas?

Se encogió de hombros y abrió la puerta para ambas.

—Nunca se sabe, pudo ser amor a primera vista —entré al salón de clases.

—Ojalá... Tenía unas manos que uff y una sonrisa y encima era altísimo.

—No lo sueltes que acá son todas re buitres.

Reímos y nos sentamos en las sillas.

—Dios, no quiero estudiar más...

—No lo hagas.

La miré de mala gana.

—Ja, ja. Que chistosa, me muero de la risa... mogolica.

—¡Eh! Sh. Ahí viene el profe.

—¿Pa' que vengo a la universidad? Mejor me hago stripper —murmuré.

—O vender fotos de pies.

Contuvimos la risa.

—Suena bien.

—Bueno gente, hoy vamos a tener una clase bastante movidita así que... presten atención que no voy a repetir las cosas dos veces —habló el profe.

Mi celular sonó, indicando que me habían mandando un mensaje. Lo tomé ilusionada de que sea Toto.

"Tr.e pan.

Trae*

Recibido"

La felicidad en mi cara desapareció tan rápido como cuando me robaron mi celular.

"Ok mamá. ¿Algo más?

Enviado."

"Sí.
Llamaron del dep.artamento ese.
Dicen qq ya casi están listos los papeles para q te vayas

Recibido."

—¿Y esa sonrisa? ¿Toto hizo su gran aparición? —preguntó burlesca.

Negué.

—¿Te acordas del departamento ese? Bueno, el chabon me llamó hoy, atendió mi vieja y dijo que ya casi están los papeles.

—¡Uuh! Ya vas a vivir sola, ya era hora mamita, estás en la universidad y vivís con tus viejos.

—Cerra el orto idiota —corté.

—Bueno presta atención, no te voy a andar explicando todo después.

—Ah, cierto. La clase —bloqueé mi celular y volví la vista al frente, pendiente del profesor y su explicación. Frunci mis cejas al ver el pizarrón — ¿De dónde salieron esos números?

Bufó.

—¿Ves? La concha de tu hermana __(tn), presta atención después te explico.

La abracé con fuerza.

—¡Gracias gracias, Sofi! Te amo aunque no me tengas paciencia.

—Callate.

Reí y dejé de molestarla. Al menos voy a entender a medida que explica... ¿no?

•••
¡hola y adiós!

Argentoto || Oikawa Tooru Y Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora