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Oikawa

El vestuario del Club San Juan estaba lleno de la energía y y burlas típicas después de un entrenamiento intenso. Juan, Felipe y Pablo, mis compañeros de equipo, se agruparon alrededor, sus miradas llenas de curiosidad y diversión daban miedo. De verdad que lo daban.

—Entonces, Toto —comenzó Juan, con una sonrisa burlona, —¿qué vas a hacer con tu nueva novia cuando volvamos a San Juan?

Me ajusté la toalla alrededor de la cintura, intentando parecer despreocupado.

—Bueno, todavía no es mi novia— corregí—, pero espero que pronto lo sea.

Felipe se echó a reír y se burló a continuación.

—¡Escuchen eso, el gran Oikawa Tooru alias el Toto, conquistador de la cancha y ahora de corazones!

Pablo, siempre el más tranquilo del grupo, me dio una palmada en la espalda.

—No te hagas drama, amigo. Si ella te vio jugar, ya está medio enamoradita.

—No es tan simple —dije, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo. —. __(tn) es... diferente. Es especial.

—¿__(tn), eh?—Juan se inclinó hacia adelante, interesado. —Contá más. ¿Cómo es ella? La conocemos de vista y apenas un poquito.

—Es inteligente, divertida, y tiene una pasión por Argentina que es contagiosa. También es medio boluda pero me gusta así — expliqué, sin poder evitar la sonrisa que se formaba en mi rostro al pensar en ella.

Felipe silbó.

—Parece buena onda. Pero, ¿cómo vas a manejar la distancia?

—Eso es lo jodido —admití.—Pero vamos a intentarlo. Llamadas, mensajes... lo que sea necesario.

—¡Ah, el amor en tiempos de WhatsApp!— bromeó Juan, provocando otra ronda de risas.

La conversación se desvió hacia el próximo partido, pero en mi mente, __(tn) seguía presente. A pesar de las bromas y las risas, sabía que lo que sentía por ella era real. Y aunque la idea de una relación a larga distancia me disgustaba, estaba decidido a hacer que funcione.

Después de la ducha, mientras me vestía, Juan se acercó con una expresión más seria.

—Toto, solo fijate de que esto no afecte tu juego. Sos una pieza clave para el equipo.

Le miré a los ojos.

—No lo hará. Ella... creo que me inspira a ser mejor, dentro y fuera de la cancha.

—Entonces eso es bueno —dijo Juan, asintiendo con aprobación. Y golpeando mi espalda como si fuera una pelota.
El muy hijo de puta me dejó sin aire.

Felipe y Pablo se agruparon a nosotros, y salimos del vestuario, hablando de tácticas y estrategias para el próximo partido. Pero una parte de mi cabeza seguía recordando esa preciosa cara que tiene.

"😔

Te extrr.año

Extraño*

El pelotudo de Pablo me puso el pie para caerme😡😡

Nos vemos hoy? 🥺

Enviado."

Reí interno. Sé lo mucho que le molesta que use emojis. Y amo hacerlo.

"Sí, dale.

Te hubieras caído, te lo mereces por usar esos emojis pedorros por dios toto

Te esperoo<3
Recibido"

Sonreí feliz. De verdad que lo hacía. Estar con ella se siente... como en casa, a gusto y en paz.

•••
¡hola y adiós!

Argentoto || Oikawa Tooru Y Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora