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Oikawa

El sonido de la notificación me sobresaltó tanto que casi dejo caer el celular. Mis compañeros, que nunca pierden la oportunidad de burlarse, lo hicieron. Estaba despistado como nunca antes en mi defensa.

— Eh, ¿Quién es, Totito? ¿Otra admiradora? —preguntó en burla  Juan, con una sonrisa.

—No es nada —respondí, intentando parecer despreocupado mientras desbloqueaba el celular.

Pero no era "nada". Era un mensaje de __(tn). Mi corazón latía con fuerza mientras leía el mensaje: "¿Podemos hablar? Hay algo importante que quiero decirte".

En menos de un minuto, me vi transportado a un pasado no tan lejano, cuando mi ex novia me dejó con palabras que aún resonaban en mi mente: "Solo te importa el voleibol". ¿Y si ella pensaba lo mismo? ¿Y si ella también quería dejarme? ¿Ella de verdad piensa eso? ¿Piensa que no me importa? O quizá sí pero no lo suficiente... Siento que mi mente me está jugando una mala pasada pero otra parte de mí dice que no está tan errado. Es posible. Sucedió una vez, ¿por qué no dos?

—No, no puede ser —murmuré para mí mismo. —Esta vez será diferente.

Con una mezcla de miedo y ansiedad le respondí que ya estaba yendo a su departamento.

Mientras me preparaba para salir, decidí que esta vez demostraría que __(tn) tenía un lugar en mi vida, tan importante como este deporte. Que ella era igual de importante para mí. Que la amaba. Que la quiero. Que la necesito y que la adoro.

—Voy a hacer que sea mi pareja— pensé, mientras me ponía el abrigo.

Alto. ¿Que seas mi pareja? Se va a reír en mi cara. Que seas mi wacha. ¿O novia era? ¿Mujer? ¡el idioma argentino es tan difícil a veces!

Saludé al portero una vez que llegué y subí por el ascensor. El mensaje de Díaz me había llenado de esperanza. Decidí tomarlo por ese camino y no por el malo. No debo hacerme ideas. Pero antes de que pudiera tocar la puerta, escuché su voz. Estaba hablando con alguien. Shoyo. Mi amigo. Y lo que escuché me dejó sin aliento.

—Díaz, quiero seguir conociéndote— decía Shoyo. —Eres increíble. Quiero que compartamos más momentos juntos. Y... creo que... te amo.

Mis manos temblaban. Mi voz no quiso salir. ¿Cómo puede ser? ¿Díaz estaba enamorada de Shoyo? ¿Shoyo estaba enamorado de mi chica? ¿De todas las personas, ella?  El dolor se apoderó de mí. Me sentí traicionado, como si el mundo se hubiera derrumbado a mi alrededor.

Escuché más palabras, como cuchillos en mi corazón.

—Quiero que seamos novios. Quiero que seas parte de mi vida.

No podía soportarlo. Me alejé de la puerta, sin poder procesar lo que acababa de escuchar. Díaz, mi Díaz, estaba enamorada de Shoyo. Y él... él también sentía lo mismo.

Caminé por las calles, sin rumbo fijo. Las lágrimas nublaban mi vista. ¿Cómo podía haberme equivocado tanto? ¿Cómo no vi las señales? ¿Cómo pude ser tan imbécil de presentarle a Hinata? ¿Cómo pude pensar que Díaz quería estar conmigo? Mi amigo... mi __(tn)... ¡Dios! Que estúpido y traicionado me siento. Que alguien se lleve el dolor que siento en el pecho.

Recordé a mi ex novia, las palabras que me había dicho. "Solo te importa el voleibol". Ahora parecía que tenía razón. Mi corazón estaba roto, y no sabía cómo recomponerlo. Siento que me fallan los pulmones.

Llegué al hotel y me dejé caer en la cama, tratando de que mis compañeros no me vean y así evadir las preguntas. El dolor era insoportable. Díaz y Shoyo. Dos personas que significaban mucho para mí. Dos personas que ahora estaban juntas. Confié en Shoyo, confié. Ese maldito cuervo molesto...

Me odié por no haberme dado cuenta antes. Por no haberle dicho a Díaz lo que sentía. Por no haber luchado por ella.

El teléfono vibró en mi bolsillo. Era un mensaje de ella preguntando donde me encontraba, que necesitaba hablar.

No podía enfrentarla. No podía soportar verla. Pero sabía que tenía que hacerlo. Me levanté, limpié mis lágrimas y la llamé.

Toto, ¿qué pasó?

No puedo —dije, mi voz se estaba quebrando —No puedo estar aquí. No puedo verte con Shoyo. Te oí. Los escuché.

¿Qué...? ¿De qué carajo estás hablando? Esperá, ¿estuviste...? ¡No es lo que pensás! No entendiste. Yo-

No quiero entender— le interrumpí. —; Creí que... creí que había algo entre nosotros. Pero supongo que me equivoqué.

Le corté la llamada y bloqueé su número. El dolor me consumía, pero no podía quedarme. No podía soportar verla con otro. No podía soportar la traición. De ella, de alguien a quien consideré amigo... de ambos.
Solo quiero llorar y que la almohada ahogue todo llanto.
Quizá exagere un poco pero es lo que siento en estos momentos, estoy pasando por muchas emociones en poco tiempo y duele.

•••
¡hola y adiós!

Argentoto || Oikawa Tooru Y Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora