capítulo 24: sueño revelador.

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Simón Vargas se encontraba recostado en su cama cuando de pronto su teléfono sonó, indicando un nuevo mensaje.

Con pereza el oficial lo tomó para ver quién le escribía.

Susana Isaza :

Oye Moncho, con los muchachos estamos planeando ir por una pizza ¿vienes?. 7:00 p.m.

Moncho:

No lo sé Susi, estoy un poco cansado y mañana toca trabajo duro en la estación. 7:02 p.m

Susana Isaza:

Andaaaa, No seas aburrido; bachi sí viene y nos gustaría que tú también vinieras para pasar un tiempo entre amigos como antes 🥺🥺🥺🥺🥺🥺🥺🥺🥺. 7:03 p.m.

Moncho:

😩😫😪😔. 7:03 p.m.

Susana Isaza:

Bien bien ya entendí, estás muy agotado; igual si cambias de opinión estaremos en la pizzería que le gustaba mucho a Papo. 7:04 p.m.

Moncho:

OK, está bien, de todas maneras gracias por la invitación. 7:06 p.m

Al enviar ese último mensaje, el pelinegro apagó la pantalla de su celular, lo puso en la mesita de noche y se dispuso a dormir un poco.

Simón caminaba por las frías y solitarias calles de Bogotá cuando de pronto vio a lo lejos una luz blanca y se acercó poco a poco a ella, pues tenía curiosidad de saber que era eso porque se suponía que en donde él estaba, no había ningún tipo de luz.

El chico avanzó con paso lento pero decidido y entró a un bosque bastante desierto.

Él estaba muy asustado pero aún así decidió continuar su camino, pues era como si esa luz lo llamara de forma silenciosa.

Después de haber caminado por un buen rato sin rumbo fijo, pudo observar dos sombras, las cuales lo atraían como si de un imán se tratara.

Al estar un poco más cerca, esas sombras fueron tomando forma convirtiéndose en la silueta de dos chicos que él conocía a la perfección.

Allí, en medio de ese espeluznante bosque, se encontraban Juan Pablo villamil y Alejandro posada, quienes con una señal de su mano, lo invitaban a acercarse a ellos.

Simón por favor ayúdanos, Te necesitamos. Esas fueron las últimas palabras del hojiverde antes de desaparecer de la vista del policía.

¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!. Gritó el azabache apenas despertó, alertando ha Martín quien por suerte, aún no había salido de la casa.

Moncho, Moncho ¿qué le pasa? ¿Por qué grita de esa manera??. Interrogó el chico preocupado en cuando entró y vio a su hermano en el suelo.

¡¡Noooooooooo!!. Volvió a gritar el azabache moviéndose como si estuviera en una piscina ahogándose.

El pecho del azabache se le apretaba y eso hacía imposible el que el joven pudiera respirar.

Su hermano enseguida lo notó y se acercó poco a poco a él para tratar de auxiliarlo aunque sea un poco.

Moncho, por favor trate de calmarse y respirar, acá estoy y no lo voy a dejar solo.

Bachi tuve un sueño horrible. Explicó el chico entre sollozos al mismo tiempo que el menor lo abrazaba y le acariciaba la espalda suavemente, logrando que se calmara un poco.

¿Me quieres contar?. Preguntó con cautela.

El chico comenzó a relatar con detalle el sueño, mientras su hermano lo escuchaba atentamente y lo miraba como si estuviera analizando cada palabra que él pronunciaba.

¿Es la primera vez que has tenido un sueño de ese tipo?. Preguntó.

No, la verdad es que no; de hecho recién cuando pasó todo, fue que tuve el primer sueño pero no le di mucha importancia porque pensaba que solo se trataba de algo totalmente normal, pues había sido algo reciente y era obvio que me afectaría porque los conozco de toda la vida; además que pensaba que todo eso era porque me sentía culpable por el simple hecho de no haber podido salvar a ninguno de los dos, sobre todo cuando le prometí a los villamil que cuidaría de papo con mi propia vida si era necesario, pero hoy fue como si me pidieran ayuda a gritos; Y eso lo sé porque jamás me habían hablado hasta hoy. Explicó tomando con fuerza la mano de su hermano menor.

Pues mira monchi, me encantaría decirte que no le des importancia, que es solo un sueño y que muy pronto pasará pero si me dices que no es la primera vez, entonces es porque algo significa; creo que deberías investigar más a fondo la muerte de Villa y Alejo, así te podrás quedar más tranquilo. Sugirió el de los hoyuelos tranquilamente.

¿Sabes algo bachi? Algunas veces pienso que ellos podrían estar vivos pero luego recuerdo que Papo murió frente a nosotros y todo se me pasa.

Pues vuelvo y te digo hermano, creo que deberías averiguar más a fondo porque sinceramente no entiendo cómo es que alguien dejó pasar a Juan Pablo si se supone que todos los policías estaban rodeando el hospital; además es como si algún interno haya estado de acuerdo con él para hacerle daño a los chicos. Reflexionó Martín en voz alta mientras que su hermano lo miraba como si se hubiera vuelto loco, aunque por otro lado sabía que su hermano tenía razón, aún habían bastantes cosas que aclarar sobre la muerte de esos dos chicos y él se encargaría de que la verdad saliera a la luz.

Escucha, yo voy a escribirle a Susana para decirle que tampoco voy a poder ir con ella y las chicas a la pizzería. Declaró el pequeño Vargas levantándose de la cama para ir en busca de su teléfono.

Si quieres ir ve, por mí no te preocupes, Yo estaré bien. Replicó el mayor intentando detener su avance pero el pequeño era testarudo y cuando decía no, era no.

Ya dije que me quedaré contigo y no quiero protestas, Así que hazme el favor y recuéstate que yo iré por un vaso de leche caliente para que te puedas relajar. Y sin esperar ningún tipo de respuesta por parte del policía, el chico hizo lo que había dicho y unos minutos después, ya estaba en el cuarto de su hermano con una taza de leche en sus manos, la cual extendió al otro y este la aceptó gustoso.

Duraron un largo rato hablando de todo un poco hasta que Simón por fin se quedó dormido y Martín se recostó a su lado, pues quería acompañarlo por si las pesadillas volvían nuevamente; no obstante lo que ninguno de los dos se imaginaba era que ese sueño solo era el inicio de algo que ni ellos mismos podrían creer y que detrás de todo lo que había pasado, había un secreto muy oscuro, del cual se iban a enterar gracias a ese sueño revelador que había tenido el oficial.

la última canción  - Juan Pablo Villamil & Susana Cala.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora