¡Isaza! ¡Tienes visita!. La voz del oficial espíndola se escuchó asustando al joven quien se encontraba sentado en su cama con los brazos en las rodillas y la cabeza entre sus manos.
No quiero ver a nadie. Respondió secamente sin moverse de su posición.
Juan Pablo por favor, Yo sé que no terminamos muy bien pero necesito verte. Al escuchar la voz de aquella pelinegra que suplicaba por un poco de su atención, una nostalgia lo invadió Pero de igual manera se mantuvo firme en su decisión; no quería ver a nadie y mucho menos a la persona que le había hecho tanto daño.
Lo siento, pero ya dije que no quiero ver a nadie, así que por favor váyanse y déjenme en paz. La chica estuvo a punto de replicar pero Espíndola le hizo una seña para que se fuera, y en cuanto lo hizo, él entró hacia donde el castaño se encontraba, sentado llorando como un niño chiquito cuando lo alejan de su mamá.
¿Qué pasó?, ¿Por qué no quieres ver a nadie?, ¿Quién te hizo eso?. Interrogó dulcemente señalando los moretones que el chico tenía por toda su cara y parte de sus brazos.
Juan Pablo no respondió, solo siguió llorando desconsoladamente abrazando su cuerpo hecho bolita en la cama y enterrando su cabeza entre sus rodillas cual tortuga que se esconde en su caparazón.
Quiero ver a Simón por favor. Suplicó envuelto en lágrimas y con la voz entrecortada.
Lo siento mucho pero él no está. Respondió el oficial intentando acercarse a él, fallando en el intento, pues el chico se enrolló aún más si es que era eso posible.
Después de un rato, el castaño decidió alzar la cabeza un poco y en cuanto lo hizo, se fijó en los ojos de aquel oficial y su yanto se intensificó aún más, pues ese color verde, le recordó a los ojos de aquella persona a quien él le había hecho tanto daño y que ahora lo estaba pagando muy caro con lo que le había pasado hace algunas horas atrás.
Entonces vuelva en cuanto venga porque no hablaré con más nadie. Respondió con decisión y volvió a acostarse nuevamente dándole la espalda.
Resignado, el oficial se levantó de la cama y con paso lento se dirigió a la puerta, soltó un suspiro largo y cansado y finalmente la abrió para salir y dejar a aquel castaño quien al estar completamente solo, volvió a llorar nuevamente como hace unos instantes atrás.
Por otro lado, los hermanos Vargas se encontraban en el cementerio buscando la tumba de los chicos, cuando de pronto el mayor recibió una llamada de la estación de policía, la cual le indicaba que lo necesitaban allí lo más pronto posible; así que sin esperar nada más, el oficial y su hermano regresaron allí con la certeza de que más temprano que tarde volverían para descubrir lo que sea que hubiera detrás de la muerte de esos chicos que significaban tanto para ellos.
Al llegar, el oficial espíndola le comentó lo que había pasado y sin preguntar más nada, Simón se dirigió a la celda de Juan Pablo, pues necesitaba averiguar lo que le había sucedido como para que no accediera a ver a la mujer que él amó algún día.
Hola. Saludó el oficial apenas entró a la celda.
Me dijo espíndola que querías hablar conmigo. Agregó sentándose a los pies de la cama del castaño.
Entre tanto, en algún otro lado de la ciudad, se encontraba Susana Isaza quien cocinaba una pasta con salsa bechamel para ella y Martín, quien había ido a la casa de la chica después de dejar a su hermano en la estación.
Oye ¿no crees que ya es tiempo de ir a visitar a tu hermano?. Preguntó el castañito mientras buscaba unos cubiertos, platos, vasos y servilletas para poner en la mesa.
Pues no, él dejó de ser mi hermano desde el mismo momento en que puso un pie en esa cárcel. Respondió ella sin dejar de revolver la salsa.
¿Y no te parece que estás siendo un poco dura con él? Digo, sabemos que se equivocó pero tú también sabes que aunque pase lo que pase, él siempre será tu hermano, pues al final llevan la misma sangre. Insistió y la chica por fin dejó lo que estaba haciendo y se volteó para enfrentarlo.
Pues no, no me parece; es más, por mí se puede morir si le da la gana porque a mí ya no me interesa; total, él nunca fue el hermano que yo necesitaba; además, él sólo se buscó el rechazo de todos por haber atacado a alguien que nunca le hizo nada; ahora, no entiendo porqué lo defiendes tanto si al final de cuentas, Villa también era tu amigo, y gracias a él está muerto. Habló con voz fría y se volteó nuevamente para seguir cocinando.
No es que lo defienda Susana, es solo que me pongo en su lugar y creo que no es justo que él esté pasando por todo esto solo y mucho menos teniendo una hermana por quien dió absolutamente todo, porque si, él fue quien mató a Villamil pero por tí hizo todo lo que pudo, así que no me parece que ahora le des la espalda cuando más te necesita; además, tú no puedes hablar porque mientras Papo estuvo con nosotros, tú te encargaste de hacerle muchísimo daño, incluso más del que le pudo haber hecho tu hermano, porque él te amaba y te amaba sin condiciones pero tú estabas loca por alguien que al final de cuentas te terminó lastimando, y cuando te encontraste sola, fue que decidiste buscarlo pero ya era demasiado tarde, así que no puedes señalar a Juan Pablo porque tú tampoco hiciste las cosas bien. Y con esas últimas palabras, Martín se levantó y salió de esa casa enojado, pues le molestaba la actitud de la chica.
Y es que sí, era cierto que Juan Pablo se había equivocado, pero ¿Quién es perfecto? Tal vez Isaza había hecho las cosas mal pero eso no significaba que ellos tuvieran que comportarse de la misma manera, pues eso no era lo que hubiera querido Villamil.
Con eso en mente, Martín se prometió a sí mismo que buscaría la manera de averiguar que había sucedido con Villamil, porque si era cierto lo que ellos creían, entonces significaba que Juan Pablo no debía estar en esa cárcel, o al menos no por tanto tiempo.
Simón Vargas seguía sentado en la cama de Isaza sin que éste pronunciara palabra alguna, pues continuaba llorando como cuando llegó; así que al oficial no le quedó de otra que intentar acercarse pero el castaño lo Alejó como si su piel le quemara.
A ver Juan Pablo ¿me vas a contar lo que te pasa o voy a tener que averiguarlo por mi cuenta?. Preguntó el azabache ya cansado de ese largo silencio que se prolongaba cada vez más.
Me violaron Simón ¡Me violaron!. Soltó el castaño y la cara del contrario palideció por completo.
Y antes de que me lo preguntes, no sé, no sé quién fue porque Villalobos se encargó de golpearme hasta dejarme inconsciente, así que no pude reconocer a la chica que lo hizo. Añadió al notar que Vargas abrió la boca para preguntar algo más.
No te preocupes Juan Pablo, me encargaré de averiguarlo y créeme que esto no va a quedar así. Prometió y salió de ese IV dispuesto a acabar con Villalobos si fuera necesario. Ya tendría tiempo para regañar a Espíndola por lo sucedido, por ahora lo único que le preocupaba era saber quién le hizo algo como eso a este chico; pues aunque se había equivocado, Simón estaba consciente de que esa no era razón suficiente para hacerle algo así.
Lo que el oficial ignoraba por completo, era que todos esos echos estaban relacionados unos con otros y más temprano que tarde, se descubriría a quien estaba detrás de todo ese plan maligno que habría terminado por destruir tanto a los Villamil como a toda su gente.
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la última canción - Juan Pablo Villamil & Susana Cala.
FanfictionJuan Pablo villamil Cortés, es un joven que sueña con conquistar la industria musical y entre sus planes nunca estuvo enamorarse pero luego de reencontrarse con su amigo de la infancia Juan Pablo isaza y conocer a su hermana Susana, su vida dará un...