capítulo 32: roto.

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El ojos verdes tomó una respiración profunda antes de comenzar a hablar pero antes de que eso sucediera, el teléfono de Simón volvió a sonar, indicando una llamada entrante de la estación de policía.

Maldición. Murmuró el azabache antes de contestar de mala gana.

¿Qué pasa?.

Oiga jefe, Yo sé que está muy ocupado y que me pidió que no lo molestáramos pero es que al fin conseguí la prueba de lo que pasó esa tarde con Isaza. La voz preocupada de Maxi se escuchó del otro lado de la línea haciendo que todas las alarmas del pelinegro se activaran.

¿Qué mierda dices? ¿Qué carajo fue lo que encontraste? ¿Cómo lo hiciste?. Preguntaba El oficial atropelladamente mientras el otro solo suspiraba antes de hablar.

Bueno es que estaba revisando las cosas de Villalobos y encontré una cámara y al sacarle la tarjeta SD y ponerla en la computadora pude ver unos videos de todo lo que sucedió esa tarde. Explicó el ojiverde al mismo tiempo que movía unos papeles.

Muy bien espíndola, necesito que guardes muy bien esa evidencia porque nos servirá para el juicio de María Cristina que se llevará a cabo en algunos días. Ordenó el mayor tomando la mano del hojiverde quien aún seguía intentando llamar la atención de sus acompañantes.

Como usted diga, jefe. Fue lo último que respondió el compañero de trabajo de Simón antes de finalizar la llamada.

Simón sabía que como el oficial a cargo de aquella investigación, él debía mirar las pruebas con sus propios ojos pero la verdad era que no se sentía capaz de ver en vivo y en directo cómo es que abusaban de su mejor amigo y él no pudo hacer nada para evitarlo.

¿Pasa algo?. Preguntó villamil luego de un rato de silencio. Es que te veo demasiado pálido. Comentó con un tono preocupado al no obtener ninguna respuesta por parte de Simón.

No, no pasa nada, es solo que... no importa, dime qué era lo que necesitabas hablar con Juan Pablo y conmigo. Pidió el azabache para intentar desviar esa conversación.

Bueno lo que pasa es que cuando alejo y yo estuvimos secuestrados, María Cristina me contó algo que creo que ustedes tienen que saber. Empezó el menor jugando con sus dedos nerviosamente.

No, por favor, no me digas nada; ya sé de lo que se trata y no quiero volver a escucharlo. Habló el ensombrerado por fin captando la atención de sus dos acompañantes.

Pero... Intentó hablar villamil mas el Juan Pablo mayor lo interrumpió.

¡No! ¡Ya dije que no quiero escuchar Cómo es que la mujer que alguna vez amé abusó de mí sin importarle absolutamente nada! ¡No quiero escuchar que se puso en complicidad con Villalobos para poder entrar a la celda sin que nadie se diera cuenta! ¡Ya lo escuché de la boca de María Cristina y no quiero volver a saber nada más del tema! ¡Por favor entiéndanlo y acéptenlo de una buena vez! ¡Ya basta Por favor! ¡Ya no me sigan haciendo más daño con esto! ¡Yo sé que me merezco todo lo que me pasó pero por Dios ya no más!. Gritaba el ojos cafés envuelto en lágrimas, al mismo tiempo que caía de rodillas al piso, en signo total de derrota.

El ojos verdes al notarlo, como pudo se levantó de la cama y se acercó al mayor para intentar abrazarlo pero este lo alejó como si su piel lo quemara, lo cual por supuesto le dolió, Pues en ese justo momento se dio cuenta que su mejor amigo estaba totalmente roto, y el hecho de pensar que jamás podría reconstruirse lo mataba lentamente.

Por favor Juan Pablo, déjame abrazarte, déjame demostrarte que nosotros seguimos aquí contigo, y por favor no vuelvas a decir que te merecías lo que te pasó porque no es así; es verdad que tú hiciste mucho daño pero esa no era razón suficiente para que ella hiciera lo que hizo. Decía villamil con la voz entrecortada cayendo en el suelo junto a su amigo e intentando acercarse poco a poco pero el resultado seguía siendo el mismo.

Está bien, no voy a acercarme más pero por favor déjame decirte algo. Suplicó el chico y el contrario solamente asintió con la cabeza en modo de respuesta, pues necesitaba escuchar la voz de aquel que durante toda su vida había Sido su mejor amigo aunque fuera un momento, ya que esa sería la última vez que lo vería.

Mira, yo sé lo que te pasó porque María Cristina me confesó todo antes de que Simón llegara pero no es de eso de lo que te quiero hablar. Villamil intentaba con todas sus fuerzas que su voz no se quebrara pero era imposible, pues le dolía en el alma ver a su mejor amigo cayendo en un vacío del cual no iba a poder sacarlo jamás.

La verdad es que no sé por dónde empezar Pero lo primero que quiero que sepas es que te perdono por todo lo que me hiciste hace 3 años atrás, porque sé que fuiste una víctima más de las circunstancias, sé que la mamá de Alejandro se metió en tu cabeza y aprovechó tu vulnerabilidad para dañarte y convertirte en lo que eres hoy en día. Con cada palabra pronunciada por villamil el corazón de isaza se iba rompiendo más de lo que estaba, Pero sabía que necesitaba escuchar lo que fuera que él tuviera para decirle, así que decidió dejar que el ojos verdes continuara con su discurso por más de que le doliera escuchar todo eso.

Isa, yo sé que todo lo que sucedió te duele y crees que no hay salida pero déjame decirte que no es verdad; por favor déjame ayudarte, déjame intentar hacer algo por ti para al menos poder sacarte de ese pozo en el que estás cayendo, déjame intentar curarte ese corazón roto; créeme cuando te digo que jamás quise que todo esto sucediera pero no pude hacer nada para evitar que te hicieran daño; sin embargo sí puedo hacer algo para ayudarte a sobrellevar este dolor porque no estás solo Juan Pablo, nosotros estamos aquí y queremos dar lo mejor de nosotros para que vuelvas a ser quizás no el mismo pero sí alguien nuevo y puedas recuperar esa hermosa sonrisa que te caracteriza.

Perdóname Papo pero ya no puedo más, no puedo porque perdí absolutamente todo; perdí tu confianza, tu amistad y no solo a ti también perdí a Martín, Alejandro y a Simón, Y como por si fuera poco mi hermana me odia. Yo tengo bastante claro que por más que lo intente, sé que no voy a poder hacer nada para salvarme, así que por favor no lo intentes más y déjame en paz. Esas fueron las últimas palabras del joven antes de levantarse del suelo y salir de ese lugar como alma que se la lleva el diablo.

¡Isaza! ¡Vuelve aquí por favor! ¡Juan Pablo isaza piñeros! ¡No se te ocurra hacer ninguna tontería! ¡Por favor déjame ayudarte! ¡Por favor regresa y hablemos! ¡Esto lo podemos resolver todos juntos! ¡Isaza por Dios confía en nosotros! ¡Por Dios detente ya!. Gritaba villamil desesperado corriendo detrás del otro ignorando completamente los gritos de sus padres y amigos diciéndole que debía regresar a la clínica.

Villamil por favor no me sigas más, no hagas esto más difícil, por favor déjame acabar con esto A mi manera. Suplicó como último recurso pero el hojiverde era testarudo y no lo iba a dejar en paz y mucho menos al notar que habían llegado al edificio más alto que había por esa zona de Bogotá.

No lo hagas, Isaza, por favor, no lo hagas; si saltas yo salto contigo. Habló el chico una vez que estuvieron en la azotea abrazándose como un koala al más alto.

Lo siento, Papo, de verdad lo siento pero ya no puedo más con esto. Respondió el contrario intentando liberarse de aquellos brazos que lo tenían prisionero pero el ojiverde era mucho más fuerte, por lo cual no se lo permitió.

Sí puedes, Yo sé que sí puedes; mira, en la fundación hay una psicóloga que te puede ayudar pero solo si tú se lo permites; por favor lucha, lucha, lucha por tu vida, por salvarte, no dejes que María Cristina y la estúpida de la Carrasco acaben contigo; Isaza ¿Es que acaso no ves que tú eres lo más importante para mí? Y tal vez te pueda parecer egoísta Pero no quiero que me dejes porque te necesito, Te necesito a mi lado para poder volver a ser yo mismo; necesito a mi mejor amigo, a mi confidente, a mi cómplice, a mi hermano, Te necesito a tí, Juan Pablo. Villamil lloraba y lloraba sin parar mientras seguía hablando, pero con un movimiento estratégico El chico del sombrero logró alejarlo y en el lugar solo se escuchó El grito herido de villamil.

¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!.

la última canción  - Juan Pablo Villamil & Susana Cala.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora