capítulo 5: ¿en quién te convertiste?

43 8 2
                                    


Al día siguiente, Susana se despertó a las 8 a.m; lavó sus dientes, se dio una ducha, se puso una ropa bastante cómoda, peinó su cabello y se dispuso a ir al cuarto de Juan Pablo a buscarlo para comer juntos y entonces hablar de lo que había sucedido la noche anterior ya que ella se sentía culpable por la manera en la que había tratado a su hermano.

  Tocó la puerta suavemente pero nadie respondía; volvió a tocar y nada. Por tercera vez tocó pero esta vez más fuerte y nuevamente no hubo respuesta. De pronto miles de escenarios pasaron por la cabeza de Susana; tal vez no estaba allí, tal vez le había pasado algo o tal vez simplemente no quería hablar con ella. Entonces se puso a analizar lo que estaba pensando y se dio cuenta que nada tenía sentido. Ella sabía que él tendría que estar ahí ya que cada vez que salía le avisaba por más enojado que estuviera; por otro lado tampoco pudo haberle pasado nada malo pues si algo hubiera sucedido se hubiera enterado o por sus amigos o por su novia así que esa opción estaba más que descartada para ella; entonces solamente quedaba la tercera opción y él simplemente no quería escucharla luego de lo que había pasado y no lo culpaba pues sabía que esa discusión no había acabado nada bien. Ella decidió esperar un rato para ver si él aparecía pero ni sus luces.

  Pasó alrededor de una hora y como Juan Pablo nada Que aparecía, Susi decidió dejar de esperarlo y salió a comer a una cafetería que se encontraba cerca de la casa en la que ella vivía.

  Al llegar allí, buscó una mesa cerca de la ventana pero lejos de la puerta para que nadie pudiera molestarla. Entonces sintió como alguien se le acercaba y le colocaba una mano en la espalda; cuando se volteó para ver quién era, se encontró con la figura de aquel chico del que Juan Pablo villamil la había salvado la noche anterior.

-Se puede saber usted qué hace aquí? me está siguiendo o qué?. Preguntó mientras tomaba la carta

  -A ver Susana; esta es una cafetería O sea que es un lugar público; Así que no tienes derecho a reclamarme porque estoy aquí.

  -Ya sé que esto es un lugar público pero te estoy preguntando qué haces acá detrás de mí? O bueno si no me entiendes voy a reformular la pregunta; qué quieres?.

  -Princesa por favor solo quiero hablar contigo.

  -A ver Alejandro; primero, no me llames princesa, sabes que no me gusta y segundo, yo no quiero hablar contigo.

  -Por favor Susi escúchame; aunque sea por un segundo, Por favor te lo pido; escúchame.

Okay Alejandro pero solo tienes 5 minutos; así que dime lo que tengas que decir y lárgate de una vez.

Yo solo quiero disculparme por lo que pasó anoche; enserio no  medí mis palabras, ni mis actos; estaba pasado de copas y...

Y por eso crees que tengo que aguantar tus golpes, solamente porque estás pasado de copas?.

Yo sé que esa no es excusa pero tú también sabes que yo no soy así.

Yo solo sé que no sé nada.

Cómo?.

Que es cierto tú no eras así pero realmente no sé en quién te has convertido; entiende muy bien esto Alejandro. Que esta sea la primera y última vez que tú me pones una mano encima, porque eso sí que no te lo voy a permitir por segunda vez; y  a mí no me vengas con esos cuentos de que nunca va a volver a pasar, porque ambos sabemos que el que golpea una vez, golpea dos, tres, cuatro y más veces si es necesario; y créeme que yo no me voy a convertir en una estadística más de víctimas de violencia contra la mujer; Eso ni en sueños.

  -Susi por favor no me dejes por esto, te lo pido. dijo mientras se sentaba en la mesa justo frente a la chica.

  -No sé Ale, la verdad me da miedo lo que pueda pasar de ahora en adelante

  -Susi por Dios; no me digas que ese chico se metió en tu cabeza.

  -Ahora tú de qué me estás hablando?.

  -Sabes perfectamente de qué, mejor dicho, de quién te estoy hablando.

  -Si lo supiera, no te lo estuviera preguntando; no crees?.

  -De ese tipo con el que te fuiste anoche en ese taxi, el que se metió en nuestra pelea; de ese te estoy hablando.

  -Aaah, de Villa? Él no me dijo nada de lo que pasó anoche solamente me acompañó a mi casa Y por cierto se ganó un reclamo de mi hermano Por tu culpa.

  -Mi culpa?.

  -Sí, por tu culpa porque él hizo todo un drama porque llegué con Villa tarde a mi casa y además toda golpeada y él con la nariz rota.

  -Se lo merecía y lo sabes.

  -No, no se lo merecía Y tú lo sabes porque él simplemente trató de ayudarme y defenderme.

-A ver y de quién; de mí? de tu novio?.

  -Pues sí; de ti porque la verdad es que te convertiste en un monstruo y no sé qué hiciste con el chico adorable, tierno, amable, comprensivo, respetuoso y dulce del que yo me enamoré; porque definitivamente no es este. Y como te lo dijo Villa anoche el ser mi novio no te da derecho a tratarme como lo hiciste.

  -Aaah claro! ahora solamente escuchas lo que él te dice no?. Dime una cosa Susana; de verdad ya no te importa nuestra relación?.

  -Claro que me importa, Solo que  para serte completamente honesta, a veces me gustaría saber qué es lo que realmente te pasa; qué es lo que te preocupa, que villamil pueda alejarme de ti??.

  -Y por qué tendrías que hacer eso? Todas las parejas tienen sus peleas Pero no por eso tienes que alejarte de mí o es que acaso él te gusta?.

  -De verdad que contigo no se puede. Sabes que? mejor dejemos este tema hasta aquí. Ella trató de levantarse de la mesa para irse Pero él la detuvo bruscamente del brazo.

-A ver qué te pasa? Ya suéltame!. Dijo mientras intentaba zafarse de su agarre.

  -No! tú y yo vamos a hablar y resolver esto de una vez por todas!.

Por favor, entiéndeme un poco sí?.

  No, tú entiéndeme a mí!. Susana por Dios! no quiero perderte! Yo te amo y lo sabes.

  -Suéltame Alejandro! no te lo vuelvo a pedir otra vez!. Ella intentó alejarse Pero él nuevamente no quería soltarla.

  -Suéltame! volvió a pedir esta vez más desesperada, haciendo que todos los presentes los voltearan a ver. Él intentó replicar nuevamente pero una voz detrás de ella se lo impidió.

Oiga no escuchó? que la suelte imbécil!.

la última canción  - Juan Pablo Villamil & Susana Cala.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora