Viento Fuerte

Ofrenda

La había liado, las últimas palabras de Rengoku fueron muy bien recibidas pero muy mal ejecutadas. Había llegado con toda la intención de cumplir las últimas peticiones y hablar con Senjuro, su hermano menor pero el inconveniente de el Rengoku mayor no estaba en lo esperado.

Aunque no se iba a quedar de brazos cruzados con las sucias palabras que salieron de él líder Rengoku. Dando a respetar su honor y su valentía por el enfrentemiento y la palabra de débil e ingenuo podría volversela a tratar.

Aun así estaba  arrepentido y avergonzado de haberlo golpeado hasta dejarlo noqueado y encima siguió siendo atendido por Senjuro con mucha amabilidad.

—Aquí tiene su té, bebalo por favor —paso con delicadeza la taza caliente.

—Ahhh... Gracias. Lamento haberle dado un cabezazo a tu padre.. ¿Se encuentra bien? —tambaleó su voz avergonzado, sinceramente no sabía como sentirse.

—Creo que esta bien, en cuanto despertó fue por más alcohol

—Ya veo...

—No tiene por que disculparse, le agradezco por haber defendido el nombre de mi hermano. Me siento aun más relajado —jugo con sus manos mirando cabizbajo —me gustaría saber ¿cuales fueron sus últimas palabras? —.

Como se le fue pedido, Tanjiro recitó las últimas palabras de difunto alfa, como si estuvieran grabadas en su cabeza sin posibilidad de olvidarlas. No se perdonaría olvidar los últimos alientos de pilar de la flama.

—Así que era eso, el fue un glorioso guerrero hasta al final. Muchas Gracias —fue inevitable que sus ojos derramada lágrimas, había llorado lo suficiente en el funeral, pero aceptar que ahora estaba solo lo deprimía aun más.

—No, y-yo. Lo siento no pude hacer nada para ayudar —reverencio sintiendo su corazón adolorodido. Por culpa de su cuerpo en mal estado no pudo ser de ayuda y si hubiera intervenido probablemente ahora no estaría en esas andadas.

—Por favor no se preocupe. Estoy seguro de mi hermano se culparía si usted hubiera salido herido —Senjuro conocía al omega, las pláticas qué tenia con su hermano desde que lo conoció habían sido interesantes en cuanto la emoción del mayor en sus planes a futuro —Estoy seguro de que se de cuales libros habla, mi padre solía leerlos todo el tiempo —saco los escritos mostrándoselos al cazador —Tanjiro-san, tal vez esto contenga lo que quiera saber —el borgoña asintió tomando el libro, la sorpresa ante el libro dañado los dejo sin habla.

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—Me alegro haber conversado con usted —reverencio el pequeño rubio. El estaría ayudaría a Tanjiro con los escritos, estaba dispuesto en ayudar al cazador en su travesía para volverse más fuerte —por favor tenga cuidado de regreso —.

—El gusto fue mio, muchísimas gracias —se inclino también. Había cumplido los últimos deseos del difunto Rengoku, llenando su corazón en paz, no tendría por que deprimirse, sería fuerte y seguiría adelante hasta que su cuerpo no de más y el también de su último suspiro.

—Ah es cierto, Tanjiro-san, me gustaría darle esto —envuelta en una tela estaba el tsuba con forma de flama, muy parecido al del Rengoku —Y-y esto también... —desenvolcio de su otra mano la tela revelando un collar plateado con varias joyas naranjas rojas —Mi hermano me contó que quería dárselo a usted, en forma de ofrenda... Es una reliquia de la familia y se pasa por generaciones por eso-

—¡No puedo aceptarlo! —interrumpió —Sejuro-kun, deberías de quedártelo, no soy de la familia Rengoku, no me lo merezco... Y tampoco el tsuba, no podría aceptar algo tan preciado —por mucho que si corazón se alegrará al ver esos detalles, no se sentía muy digno de poner sus manos o siquiera pensarlo.