Anuncio: Despues de desaparecer quedarme atras con varios temas, pense en escribir una nueva historia con mis personajes favoritos de KNY.
Sannegiyuu
~𖣘 Aun con una suave brisa helada ᯾~
estrellandose en su rostro,
...
Estaban atardeciendo en unas cuantas horas de comenzar la noche. Frente a una casa de las glicinias que estaba lejos un poco lejos del pueblo, ambos cazadores junto al pegadizo pueblerino estaban entrando.
-Aún no entiendo ¿por que quedarse en este lugar? -abrazo al omega por los hombros -¿No quieres quedarte en mi casa? -le susurro al oído juguetón.
Tomioka se ruborizo un poco, volteando la mirada sin mostrarle algún tipo de reacción al joven alfa.
-Este lugar mantiene alejado a los demonios -exalto a los chicos detrás suyos adentrandose en la finca hablando con la dueña para obtener ls habitaciones.
Kouta lo tomo y se lo llevo a la parte trasera de la finca. Estampandolo en la pared dejando sorprendido al omega, tomo la saya de la katana con intención de quitársela pero fue detenido por el cazador.
-¿Que crees que haces? -frunció un poco el ceño para intentar intimidar al alfa que insistía en quitarle la katana.
-Solo suéltala por un momento -gruñó acercándose al rostro pálido del omega -Vamos, todavía no la necesitas -logrando sacar la katana del cinturón del cazador.
Los labios del alfa se estrellaron en los suyos, quedándose quieto sin corresponder nada. Mirando como el alfa seguía besándolo con los ojos cerrados tocándole la cintura con sus traviesas manos. Lo apartó con gentileza empujandolo por los hombros.
-No deberías de hacer eso -por mucho que controlará sus sentimientos no podía evitar sonrojarse y que su corazón latiera rápido.
"Apartalo"
-¿Que? ¿Por que no? -reprochó el alfa acercando más el cuerpo del omega al suyo.
-Es muy rápido y... -se detuvo pensando en sus palabras. ¿Por que no quería? Se emocionó cuando lo beso pero no pasa nada después de ese breve sentimiento de euforia.
"No me gusta"
-Um... Viéndolo así entonces creo que te tendré que cortejar a la antigua -suspiro aburrido, le gustaba la idea de tener fácil a un omega coquetearle y endulzarle el oído con bellas palabras.
Se quedó callado apartandose del alfa para poder tomar su katana qué estaba en suelo volviendola a poner en su cintura. Kouta no lo dejo solo y lo siguió acompañándolo a su aposento.
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Luego de varias horas se encontraban perdidos en un bosque, los cuervos habían partido en busca alguna salida para ambos cazadores pero estaban tardando mucho.
El aire era tenso, el alfa menor era una bomba de mecha corta y el albino alto era un niño con cerillos siendo ignorante de lo que podría suceder.
Irradiando humo por doquier, inquieto por no saber a donde carajos iban a parar y la actitud tan serena del más alto lo fastidiaba.
