No tan molesto

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El calor rodeaba su cuerpo, las mantas bien acomodadas tranquilizarban el dolor punzante en su vientre, los azotes de calor y fiebre.
Su nariz buscaba diversos olores en la habitación, olfateando algo dulce,algo que no era feromona; le dio tanta hambre ¿Desde cuándo no comía algo?

Abrió los ojos lentamente, parpadeando para que la imagen se proyectará bien ante sus ojos. Su cuerpo vibro adolorido y sus fuerzas estaban desplomadas. Movió su cabeza buscando algo que lo haga orientarse mejor.

—....—Kanao estaba en la puerta, con la boca abierta y un aparato bajo su nariz, sus manos parecían que estaban sosteniendo algo, pero ese algo estaba ahora en el suelo y hecho pedazos.

—Hola..—entrecerró los ojos, sonriendo con debilidad mientras veía como la alfa se le acercaba con lentitud para no asustarlo.

—Hola....

Ajustado

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Ajustado. No recuerda haber utilizado un kimono en su vida, solo un yukata y un hakama desarreglado en su niñez. Ahora estaba utilizando un largo kimono, con un bello Obi ajustado en su cintura ya su cabello recogido.

—Que lindo, que lindo —la pelirosada disfrutaba de arreglar al omega, arreglando por fin su rebelde cabello en un moño alto, colocando dos kanzashis* con flores blancas a los lados —Adoro saber que Shinazugawa-san y usted se llevan bien y aún mejor que son pareja ¡Kyaaaa! ¡Que romántico! —pataleo emocionada.

—Muchas gracias, Kanroji-san —con dificultad se puso de pie y ajusto su postura, sus piernas ya no tenían la libertad para moverse como quisiera.

—Tomioka-san, espero que siempre su cita sea la mejor de todas. No todos los alfas son tan románticos —Kanroji parecía desprender corazones —vamos, vamos. Shinazugawa-san se puede enfadar conmigo si estoy mucho tiempo a su lado —tomo la mano del ojiazul llevándolo fuera de la habitación.

Tarareando por el pasillo guiando al omega donde se encontraban el pilar del viento y de la serpiente. Cómodamente charlando, asomándose por la pequeña abertura, la mujer sintió un apretón en su mano mirando al causante que parecía estar indiferente pero sus manos parecían temblar.

—¿Tomioka-san? —murmuro para no llamar la atención de los dos individuos al otro lado, el rostro imperturbable le indicaba que todo estaba bien, pero lo demás —No se preocupe, luce hermoso —los labios del morocho se apretaron, soltó la mano de la alfa que solo lo miraba confundida.

—Vamos

Entrando a la habitación, la mirada pesada del pilar de la serpiente cayeron sobre el, el aura de celos podría hacerse visible si continuaba así. Giyuu aparto la mirada de los ojos  heterocromaticos.

—Vaya, aún no puedo creer que Mitsuri-san pudiera hacer milagros con tu horrenda cara —curvo las cejas molesto de estar viendo el rostro serio del ojiazul.

—Iguro, vuelve a decir eso y quebrarse cada hueso de tu cuerpo —golpeo la mesa entremedio, amenazando al omega frente suyo, le abriría más esa jodida cicatriz.

Viento FuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora