Antiguo suspiro Pt. 1

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Rengoku y Tomioka caminaban juntos en medio del bosque con el sol sobre sus cabezas estando en paz mientras la noche no se avecine.

Pasando por los frescos bosques con las pequeñas aves y cigarras cantoras, el rocío que cubría las hojas de los árboles dándoles un exquisito aroma de la naturaleza.

El rubio olfato bien a su alrededor, aquel aroma a lluvia y tierra mojada se hacia más fuerte, mirando al cielo entre las hojas de los altos mástiles, visualizando nubes griseasas qué se acumulaban entre sí.

—Tomioka, presiento que lloverá —llamo la atención del ido compañero a su lado —busquemos un lugar para pasar la lluvia —apuntó al cielo enseñándole las nubes grises.

El morocho asintió, dejándose sujetar por la muñeca llevándolo más adentro del bosque lejos del cendero, en busca de una cabaña abandonado a una cueva qué funcionará por lo menos. El cuervo kasugai de Rengoku de dedico a volar alrededor del borque en busca de alguna señal de algún demonio bajo en cielo nublado.

Se resguardaron en una cueva vacía y pequeña adecuada para protegerlos de la lluvia, no había viendo dando una buena señal de que la lluvia no duraría mucho.

—Esta lluvia no durará mucho, pero mejor evitarnos un resfriado —bromeó Kyojuro viendo como su cuervo llegaba a la cueva.

Las nubes liberaron el agua dentro con pequeñas gotas liberando de a poco más gotas de lluvia, liberando el aroma a petricor.

—Me gusta la lluvia —admitió Tomioka acercándose a la entrada de la cueva —me agrada mojarme con el agua que cae sobre mi —quitándose el  haori de dos patrones para no mojarlo  con la lluvia —siento consuelo, como si las nubes lloraran conmigo —salió de la caverna qué le protegía de la lluvia.

Las gotas cayeron den su rostro y cabello, deslizandose por su cuerpo mojando su uniforme de cazador. Le daba la espalda al alfa confundido, no dejando que viera su rostro dejándose llevar por las 'lagrimas' de las nubes.
Suspiro relajando sus hombros acomodándose en la tierra dejando que que la lluvia lo mojara por completo.

Kyojuro preocupado mira al cielo, el omega estaba empapado y seguía sin moverse debajo de la lluvia. Se quito su capa blanca acercándose preocupado a su compañero.

—Rengoku, no te mojes —murmuró al sentir que era tapado por la capa del alfa.

—Tomioka, prometí mantenerte a salvo incluso si es de una enfermedad —su cabello se comenzó a mojar gracias a la lluvia, aplacando su rebelde dabello rubio.

El omega bufo molesto poniéndose de pie, entrando otra vez a la cueva sintiendo un escalofrío.
Se abrigo con su haori sentado junto a la pared.
Kyojuro se sentó a su lado, tomando su capa envolviendo al morocho con junto con sus brazos dándole calor.

—No debiste mojarte así —bajo el tono de su voz, manteniendo cerca al pilar del agua —pero te mantendré caliente —apretando más el abrazo ronroneando un poco, su lobo se sentía feliz al darle seguridad al omega.

Tomioka no se inmuto, dejándose abrazar tranquilamente aferrándose a su haori. Adoraba la amabilidad del rubio pero no podía evitar vestirse incomodo ante tal situación. El ronroneo amoroso, su aroma desbordando felicidad y la calidez de su abrazo.

Se dedicaría a cerrar su ojos descansar su mente, necesitaría mucha energía para cumplir su misión.

Se dedicaría a cerrar su ojos descansar su mente, necesitaría mucha energía para cumplir su misión

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