Pubertad

410 45 7
                                    

En la finca mariposa se encontraba Rengoku para visitar a Shinobu pero se había entretenido con las cachorras de la pilar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En la finca mariposa se encontraba Rengoku para visitar a Shinobu pero se había entretenido con las cachorras de la pilar.

—Rengoku-sama, ¿viene a hacerse un chequeo? —pregunto la pequeña Naho con mientras Sumi y Kiyo lo empujaban para llevarlo donde Kocho.

—¡Claro! Ser un cazador es muy peligroso y debo estar muy bien físicamente —exclamó encantado con las pequeñas cachorras. Siendo tan solo unas niñas eran muy educadas y responsables.

—Naho, Sumi, Kiyo, dejen al pilar —Aoi apareció detrás de ellos, llamando a las niñas para que dejaran en paz a su superior.

—Auuu —al unisono las niñas se apartaron del pilar —perdonenos, Señor —otra vez al unisono las niñas se disculparon y se fueron junto a Aoi.

—¡No se preocupen, pequeñas! Aprecie su compañía —se despidió de ella, alzando su mano y agitandola de lado a lado.

Al girarse se encaminó en lo más profundo de la mansión hasta llegar el despacho de Shinobu.
Al acercarse a esta y antes de entrar de manera brusca se detuvo al escuchar murmullos osea que se escuchaba claramente atra vez de la puerta.

Así que acerco su oído al Shoji* haciendo un claro esfuerzo en escuchar muy bien el diálogo en el otro lado.

--Shoji*=puerta tradicional japonesa

—Tomioka-san, es claro tu alto retraso en tu desarrollo —explicaba con preocupación la beta —Tienes 19 años, a esta edad ya deberías de haber curzado la etapa de tu pubertad —normalmente una sonrisa se formaba en el rostro de Shinobu, pero en ese momento estaba muy preocupada.

Tomioka solo miraba a la mujer en frente suyo. No le interesaba para nada ese tema, su cuerpo, su salud estaba bien y el único inconveniente era que su cuerpo no le había rogado procrear. Por los momentos se sentía un omega afortunado.

Shinobu suspiro. Sabía que esa noticia alguien a un cazador no le irritaria tanto. El hecho de no tener que sufrir por el celo era casi visto como una bendición al igual que la mujeres beta con la menstruación. Pero era vital para un funcionamiento normal y un desarrollo a la adultez.

Cambios como estatura, hormonas, cambios en el cuerpo y hasta su propia fertilidad.

—por el bien de tu salud, le pediré a Oyakata-sama que no te envíe a ninguna misión. Sospecho que tu cuerpo no se a relajado debidamente y eso ocasiona que no tenga la suficiente energía para completar tu desarrollo... ¿Tienes un nido? —el azabache asintió un poco apenado —bien, eso es una señal de que tu cuerpo se está desarrollando pero muy lento —se levantó del pequeño banquito para ir al escritorio tomando un botecito.

Shinobu abrió el botecito, tomando una taza con agua para dárselas al omega junto con una pastilla morada.
—Muy bien, esta pastilla acelerada el proceso, alterando tu hormonas así que no tendrás misiones durante un buen tiempo —dejando la taza y el medicamento en las manos del hombre esperando que este las tome.

Viento FuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora